Dos gatos abrazándose.

Dos gatos abrazándose.

Mascotario

Una educadora de gatos revela cómo sufren el estrés: "Esta señal es desapercibida, pero puede significar ansiedad"

Esta conducta puede esconder un problema emocional más profundo, generando hábitos repetitivos que pueden volverse patológicos.

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"Muchos gatos muestran su estrés en silencio", afirma la etóloga Paula Calvo en un vídeo de su canal Instagram. "No siempre maúllan ni hacen algo evidente, pero sus cuerpos hablan".

A pesar de su naturaleza tranquila, los felinos domésticos sufren ansiedad y agobio con cambios mínimos en su comportamiento o rutinas. Detrás de sus silenciosos paseos y sus largas siestas puede ocultarse una realidad invisible.

La antropóloga especializada en interacción humano-animal explica que la conducta de un gato depende de su entorno, que está regido por el humano y la relación que tiene con su tutor. Ella observa, escucha y traduce lo que muchas veces queda atrapado en frustraciones, miedos o incomprensiones.

"Estas señales suelen pasar desapercibidas para quienes no saben leer el lenguaje felino, pero son clave para su bienestar", advierte la educadora.

Un cuidado básico de higiene

La primera señal es lamerse en exceso. "Lo que parece simplemente un cuidado básico de higiene, puede ser un signo de ansiedad".

Muchas veces los lamidos esconden una obsesión emocional o un malestar físico. Los gatos son animales que cuidan por sí solos la limpieza de su pelaje. Sin embargo, un autocuidado excesivo no siempre es buena señal.

El acicalamiento funciona como un mecanismo de auto-calmado frente a situaciones que les resultan perturbadoras o incómodas. Cuando se siente ansioso o sufre cambios, tiende a lamerse impulsivamente para intentar reducir su malestar.

Pero, este hábito repetitivo puede volverse patológico, causando calvas o heridas y reflejando un problema emocional más profundo.

Percibir amenazas

"Esconderse más de lo normal también es otra señal que hay que tener en cuenta", afirma Calvo. Cuando un gato se aísla en lugares donde antes no lo hacía, está buscando seguridad. Es una forma instintiva de protegerse cuando percibe amenazas.

Busca un lugar apartado para sentirse seguro y reducir su exposición a factores que les generan tensión. Es importante diferenciar entre la necesidad natural del gato de tener espacios donde refugiarse y esconderse de manera excesiva.

Alarmas de incomodidad

Por último, Paula Calvo añade que hay que tener cuidado con el cambio de postura. "La cola baja, las orejas hacia atrás y el cuerpo encogido son pequeñas alarmas de incomodidad".

Cuando un gato está estresado, es común que adopte posturas defensivas o de alerta que le ayudan a prepararse para una posible respuesta de huida o defensa.

Reconocer las señales sutiles de estrés en gatos es fundamental para cuidar su bienestar emocional y prevenir problemas mayores en su salud física.