Un gato naranja estirándose.

Un gato naranja estirándose.

Mascotario

Un veterinario revela cómo evitar que tu gato se alimente de la comida del perro: "Este es el único truco que funciona"

El metabolismo de los gatos requiere más proteínas y una adición artificial del aminoácido taurina para no sufrir deficiencias nutricionales.

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La alimentación de los gatos suele generar múltiples dudas, especialmente en hogares donde coexisten con perros. Uno de los interrogantes más frecuentes es si resulta adecuado que los felinos consuman comida diseñada exclusivamente para perros.

Abordar esta cuestión requiere comprender las diferencias fundamentales en las necesidades nutricionales de cada especie y las posibles consecuencias de sustituir sus dietas.

"Un consumo esporádico no es dañino, pero la alimentación diaria con comida para perros puede causar deficiencias nutricionales importantes en los gatos", afirma en un vídeo de YouTube el veterinario Manuel Manzano.

Deficiencia de taurina

Si el gato come continuamente alimento para perros, desarrollará una deficiencia de taurina. "Es un problema enorme que tendrá repercusiones en todo su organismo". Esta peligrosa costumbre representa un riesgo importante para su salud.

Aunque perros y gatos suelen convivir como mascotas en muchos hogares, sus necesidades alimenticias son muy diferentes. "Los gatos son carnívoros estrictos que requieren nutrientes específicos y en concentraciones particulares".

El experto enfatiza que requieren más proteínas y el aminoácido taurina. Estos elementos están presentes en menor cantidad o ausentes en la comida canina, que a menudo contiene más vegetales.

"La dieta de los perros es más variada y menos especializada". Está diseñada específicamente para su metabolismo, el cual es muy diferente al metabolismo del felino.

Carnívoro estricto

La comida para perros incluye una cantidad importante de vegetales en su formulación, aun cuando el alimento esté seco. Por lo tanto, no contiene tanta proteína como el de los gatos.

El veterinario enfatiza que el gato es un animal carnívoro estricto. "El consumo habitual de vegetales no le conviene y necesita mucha más proteína proporcionalmente que el perro".

Además, los perros tienen la capacidad de sintetizar el aminoácido taurina, pero los felinos carecen de esta habilidad. Por ello, el alimento para gatos se suplementa artificialmente con taurina, mientras que la comida para perros no la contiene.

Problemas hepáticos y renales

Esta disparidad hace que la comida destinada a perros no sea adecuada para gatos, pudiendo llevar a problemas de salud si se les alimenta con ella regularmente. Esto causa problemas en el metabolismo del gato a medio y largo plazo.

"De hecho, la falta continua de estos nutrientes puede provocar problemas a nivel hepático y renal a mediano y largo plazo en los felinos".

El método que funciona

Sin embargo, cuando un gato convive con un perro, es más complicado controlar de qué comida se alimenta. Por esto, Manzano afirma haber probado muchos métodos para evitar que el felino coma pienso o latas caninas.

Según el profesional, este es el único truco que funciona: hay que poner a comer a ambos al mismo tiempo y, pasados al menos 15 minutos, retirar la comida del perro.

El veterinario explica que el perro se acostumbrará a comer lo que necesita en ese periodo de 15 minutos y ya no tendrá más hambre. En cambio, la comida del gato no se retira de inmediato, ya que el gato come a su libre albedrío.

De esta forma, el gato ya no tendrá acceso al alimento del perro, salvaguardando su salud y su bienestar.