Un gato bengala.

Un gato bengala. Istock

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Mascotario

Un educador felino revela la raza de gato más cara del mundo: "Puede llegar a costar más que un coche de lujo"

El mundo de los gatos de lujo requiere mucho dinero y un compromiso especial por cumplir las regulaciones específicas que cada felino requiere. 

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En el universo felino, no todo se mide por ronroneos y caricias: para algunos, los gatos representan autenticidad, exclusividad y, en ocasiones, auténticas fortunas. El mercado de gatos de raza ha evolucionado hacia el lujo, con ejemplares que envidiarían el precio de cualquier producto de gama alta.

Aquí, la genética, la rareza y la belleza son factores determinantes y estos gatos de élite se transforman en símbolos de estatus y sofisticación. 

"¿Sabías que hay gatos que pueden costar más que un coche de lujo?", pregunta el educador felino del canal Mundo Michi en un vídeo de YouTube. Este dato despierta la curiosidad incluso de quienes simplemente aman a los animales.

La escasez y el pedigrí elevan aún más el valor de estas razas. Así, el mundo de los gatos de élite se convierte en un fascinante viaje entre la pasión y la extravagancia, donde cada ejemplar es mucho más que una simple mascota.

Por esto hoy vamos a revelar las razas más caras del mundo. Cada una de ellas posee una historia fascinante y características singulares. Más allá de la compañía y el afecto, estos gatos se han transformado en rarezas, representando la cúspide del lujo.

El mito vivo del lujo felino

Encabezando la lista está el ashera, una raza casi legendaria. Este impresionante felino, fruto de mezcla genética entre gatos domésticos y animales salvajes, como el leopardo asiático, destaca tanto por su belleza exótica como por su precio astronómico.

"Llegar a tener un ashera puede implicar desembolsar hasta 125.000 dólares", afirma el educador. Con su imponente tamaño y pelaje moteado, parece un pequeño leopardo.

Su escasez contribuye a su estatus de símbolo de exclusividad. Sin duda, representa la combinación perfecta entre misterio y sofisticación.

Exotismo y energía

En segundo lugar, el gato de bengala seduce por su manto manchado, similar al de las panteras. Esta raza es el resultado del cruce entre gatos domésticos y leopardos asiáticos, lo que le confiere un aspecto realmente salvaje.

Sin embargo, su carácter suele ser afable y juguetón. "Algunos ejemplares especialmente codiciados alcanzan precios que pueden llegar a los 25.000 dólares". Su pelaje exótico y su personalidad activa lo han convertido en un favorito entre quienes buscan una mascota diferente y llamativa.

Elegancia salvaje en el hogar

El savannah se sitúa entre los gatos más grandes y llamativos que se pueden tener como mascota. "Resultado de la combinación entre un gato doméstico y un serval africano, este felino destaca por sus largas patas, orejas prominentes y actitud enérgica".

Un ejemplar de gato Savannah.

Un ejemplar de gato Savannah. Istock

Los ejemplares de generaciones cercanas al serval pueden costar en torno a 50.000 dólares. La experiencia de tener un savannah es única, pero requiere un tutor experimentado, ya que sus necesidades y su carácter difieren sustancialmente del gato tradicional.

Un cuidado especial

Si sueñas con compartir tu día a día con uno de ellos, ya sabes cuánto tendrás que ahorrar. Sin embargo, elegir uno de estos gatos implica asumir un compromiso especial.

Sus cuidados suelen ser más exigentes, requieren espacio, atención y recursos, y muchas veces, la tenencia de híbridos demanda cumplir regulaciones específicas según el país y el tipo de cruce genético.

Más allá del deseo de exclusividad, es fundamental considerar si el estilo de vida y el entorno son aptos para estos animales excepcionales. Para aquellos que solo sueñan con tener uno de los gatos más costosos, la fascinación reside en su apariencia tan insólita como atrayente.

Para los que ya conviven con ellos, el verdadero valor está en la conexión y la convivencia diaria. Lo importante es que, sean exclusivos o mestizos, todos los gatos merecen respeto, cariño y cuidado responsable.

Al final, la auténtica fortuna está en el vínculo que, día tras día, se crea entre humanos y felinos.