Un gato con los ojos cerrados mientras lo cepillan.

Un gato con los ojos cerrados mientras lo cepillan. Istock

Mascotario

Un veterinario da la clave para cuidar el pelaje de tu gato: "Cepillar desde la raíz previene nudos y dermatitis"

Esta práctica elimina la suciedad, ayuda a prevenir enfermedades cutáneas y promueve el bienestar de los felinos.

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Cepillar a un felino puede parecer una simple costumbre doméstica. Pero, en realidad, se convierte en un pequeño ritual que encierra grandes beneficios para el bienestar y la felicidad de nuestras mascotas.

Esta práctica, tan cotidiana como íntima, tiene el poder de transformar una rutina en momentos de conexión y salud. En casa, el cepillo se convierte en una especie de varita mágica.

Elimina los nudos, la suciedad y el pelo muerto que los gatos no alcanzan con su lengua experta. También libera la piel de escamas y favorece el crecimiento de un pelaje brillante y sano.

"Las pasadas del cepillo, si se hacen con cariño, son como un masaje que activa la circulación y cuida el tono muscular del animal", afirma el veterinario Carlos Gutiérrez en un vídeo de YouTube.

Problemas cutáneos

"Es importante cepillarlo para mantener la salud de la piel, retirar todo el pelo muerto y las descamaciones". El pelaje de tu animal de compañía va a estar mucho más saludable.

Es una rutina fundamental en los felinos de pelo largo, donde los nudos pueden crear zonas mal ventiladas, propensas a problemas cutáneos. "Un pelaje apelmazado y sin ventilación puede ser la puerta de entrada a dermatitis y otras afecciones dermatológicas".

Estas enfermedades suelen pasar desapercibidas si solo nos fijamos en la superficie. Por esto, cepillar desde la raíz es fundamental.

Una rutina diaria

La frecuencia del cepillado depende del tipo de gato. Los de pelo largo requieren el mimo diario del cepillo. Mientras que para los de pelo corto o medio, aunque no se explicita la necesidad diaria, el consejo veterinario sigue siendo la constancia por el bien de la piel.

Para los felinos de manto largo, Gutiérrez recomienda además usar, una vez por semana, un cepillo especial. El Furminator, que permite retirar grandes cantidades de pelo muerto y ayuda a evitar la formación de nudos.

Escoge el cepillo ideal

No hay un único modelo válido para todos. "Hay gatos de todas las formas y colores y con pelos más largos o más cortos. Entonces no hay solamente un modelo de cepillo".

La clave, según el especialista, está en el tipo de pelaje y en la protección de la piel. Para un manto corto o medio, son ideales los modelos con puntas protegidas por bolitas, que minimizan el riesgo de arañazos y lesiones en la piel.

Los cepillos metálicos sin protección, advierte el veterinario, deben evitarse por el daño potencial. Para uso diario en pelo largo, se recomiendan también los peines de puntas protegidas, reservando el Furminator para la limpieza más profunda semanal.

La técnica lo es todo

El cepillado correcto empieza desde la raíz. El error más común es pasar el cepillo solo por la parte exterior, donde el pelo luce suelto y bonito. Pero debajo puede esconderse una capa de pelaje apelmazado que, sin una intervención profunda, termina favoreciendo la dermatitis.

"No te quedes solamente en la superficie, vete a la raíz a cepillar bien para soltar todo el pelo desde el origen", aconseja Gutiérrez, subrayando que este paso es especialmente crítico para los gatos de manto largo.

Al final, su mensaje para los tutores es claro y cálido. Más allá de la belleza del pelaje, el cepillado es una rutina de salud que mantiene la piel ventilada, libre de lesiones.

Con la técnica y herramienta adecuadas, fortalece el vínculo diario entre humano y felino. Una rutina sencilla, pero con gran impacto en la calidad de vida del animal.