Un gato mordiendo las manos de una persona.

Un gato mordiendo las manos de una persona. Istock

Mascotario

Un veterinario revela la clave para controlar la agresividad de tu gato: "Repetirlo cada vez que te ataque es fundamental"

Comprender sus causas, expresiones y formas de prevención resulta esencial para promover una convivencia armoniosa y el bienestar del animal.

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La agresividad en los gatos domésticos representa uno de los problemas de conducta más frecuentes y, al mismo tiempo, uno de los más difíciles de abordar para tutores y profesionales veterinarios.

Aunque los felinos son percibidos comúnmente como animales independientes y tranquilos, diversas circunstancias pueden desencadenar respuestas defensivas u ofensivas que ponen en riesgo tanto a las personas como a otros animales con quien conviven.

El veterinario Carlos Gutiérrez cuenta que, en su día a día, es común recibir mensajes de personas desesperadas porque sus gatos muerden, llegando incluso a sentir miedo de sus propias mascotas y a considerar buscarles otra familia.

Comprender sus causas, expresiones y formas de prevención resulta esencial para promover una convivencia armoniosa y garantizar la salud física y emocional del animal. Por esto, el veterinario ofrece diversas soluciones.

Causas comunes

Gutiérrez explica que son muchas las razones por las que un felino puede morder a una persona. Comprender el origen es el primer paso para corregir la conducta.

"Es bastante frecuente que un gato muerda cuando está jugando", explica, ya que forma parte de su instinto de depredación de la presa: acecho y después la caza.

La agresividad por juego puede surgir si a los gatitos se les enseña a jugar con las manos o pies de las personas. Cuando es un cachorro, puede parecer gracioso, pero al crecer y pesar cinco kilos, los mordiscos dejan de serlo.

Los felinos que no pasan suficiente tiempo con otros gatitos de pequeños, o que son separados de su madre y sus hermanos a temprana edad, no aprenden a controlar su fuerza al morder, atacando como si se tratara de una presa.

Instinto de caza

"Si pasa mucho tiempo encerrado o sin demasiados estímulos, puede manifestar agresividad, especialmente persiguiendo las piernas". Porque, su instinto cazador no está satisfecho, el animal buscará lo primero que se mueve, que a menudo son sus dueños en casa.

Gutiérrez sugiere que, en ocasiones, los dueños son responsables de este comportamiento si incentivaron el juego con manos y pies cuando la mascota era pequeña.

En ocasiones, los felinos pueden volverse agresivos "de un día para otro" sin una causa aparente. Según el veterinario, la palabra clave para explicar esto es estrés.

Si una situación o un estímulo que él no puede manejar (como un ruido fuerte o un vecino tocando la trompeta) le pone nervioso, este redirige esa ira hacia ti o hacia sus hermanos felinos.

La agresividad por estrés puede incluso derivar en violencia territorial, donde el gato ataca a cualquier persona u otro gato que considere una amenaza en su entorno, por miedo a que le quiten su comida o zonas de descanso.

Soluciones y estrategias

"Cuando es pequeño, no le tienes que enseñar a jugar con ninguna parte de tu cuerpo". Se deben proporcionar juguetes adecuados que sean pequeños, manejables y que el animal pueda cazar para completar su ciclo de acechar, cazar, saltar y morder.

De esta forma, va a poder redirigir esas actividades de juego hacia sus juguetes. Esto permite un juego activo y estrecha el vínculo sin poner en riesgo las manos.

Un gato mordiendo las manos de una persona.

Un gato mordiendo las manos de una persona. Istock

Cuando muerde, el veterinario recomienda tener una reacción exagerada. No se trata de gritarle, sino de indicarle como si te doliera mucho para que se dé cuenta de que eso no te está gustando.

"No tienes que regañarle nunca, ya que esto solo lo estresará, lo hará sentir inseguro y debilitará la relación, pudiendo empeorar su agresividad". Tampoco se debe dar caricias ni premios, ya que podría confundirse y entender que su comportamiento es correcto.

Redirigir

Si el animal está mordiendo, intenta lanzar algún otro juguete con tu otra mano para que él te suelte. Si ataca, es importante no tirar de la mano o pierna, para evitar mayores daños.

Una vez que suelte, llévalo a una habitación y enciérralo durante algunos minutos. Esto ayuda a que se tranquilice y baje su nivel de estrés. "Debe hacerse siempre que te ataque, no importa las veces al día que lo tengas que repetir".

Es crucial que tengas siempre algo que hacer en casa, incluyendo actividades y momentos de descansos. Proporcionar juguetes que le estimulen, zonas para escalar y herramientas para poder mirar por la ventana puede disminuir la agresividad.

Compartir tiempo

"Puede ser interesante que adoptes un gatito para que compartan tiempo juntos". Suelen jugar a cazarse entre ellos, y si tiene un compañero, jugar va a ser más fácil.

Sin embargo, Gutiérrez advierte que no hay que adoptar otro animal simplemente porque ya convive con uno. Es fundamental pensar si se puede mantener a ambos, considerando el temperamento de la mascota actual, ya que algunos no toleran bien a otros felinos.

Si el gato se estresa por visitas, es preferible dejarle un entorno seguro para que se pueda esconder. No se recomienda encerrarlo, sino que tenga acceso a entrar y salir de su casa. Las visitas no deberían invadir las zonas más privadas de la mascota.

En caso de que fuera sensible a los ruidos, se puede realizar una terapia de sensibilización. Esto implica exponerle al ruido de forma controlada y a volúmenes más bajitos en una situación tranquila, aumentando gradualmente el volumen para que se acostumbre y no lo perciba como una amenaza.

Gutiérrez recomienda las feromonas faciales sintéticas felinas como un potente aliado en casos de estrés. "No son un remedio mágico, no servirán si no se elimina la causa del estrés", concluye.