Gatos abandonados en medio de la calle.

Gatos abandonados en medio de la calle. Istock

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Revelan el número de perros y gatos abandonados en España: "No para de crecer"

Un estudio sobre la adopción de animales de compañía en España muestra que en 2024, las protectoras recogieron más de 292.000 perros y gatos.

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Desde que empezó el verano, las protectoras de España miran al horizonte con desesperación. Todos los espacios están ocupados, los centros desbordan y los animales abandonados no paran de llegar.

El estudio Él nunca lo haría sobre el abandono, la pérdida y la adopción de perros y gatos en España revela que, en 2024, las protectoras recogieron más de 292.000 perros y gatos. Esto representa un aumento del 2% respecto al curso anterior.

En el caso de los canes, el incremento ha sido aún más notable, con un 7% en los últimos 5 años. A pesar de esta crecida, las cifras actuales aún están por debajo de los niveles de recogida anteriores a la pandemia, cuando se superaban los 300.000 animales en 2019.

"La movilidad estaba muy reducida y obviamente también se abandonaba menos", afirma Laura Rodríguez, responsable de la comunicación de la Fundación Affinity. "Ahora, estamos recuperando, año tras año, las cifras anteriores a la pandemia".

Los motivos

Según los datos recogidos, el motivo más frecuente de abandono es la camada no deseada. "Por cuarto año consecutivo, este es la causa número uno, representando el 16% de los abandonos", menciona Rodríguez.

El problema es especialmente grave en gatos, donde aproximadamente la mitad de los que llegan a protectoras son gatitos de camadas no planificadas.

"El control de la reproducción es otra responsabilidad nuestra que, como tutores, que no podemos eludir", afirma rotunda la portavoz de la fundación. Los centros veterinarios se ocupan de informarnos sobre la mejor forma y el mejor momento para esterilizar a los gatos.

Dos perros en una protectora de animales.

Dos perros en una protectora de animales. Istock

El segundo motivo es la pérdida de interés por el animal. Se relaciona con expectativas no ajustadas antes de incorporar una mascota a la vida familiar. De hecho, Rodríguez cuenta que en repetidas ocasiones se adoptan perros por voluntad de los hijos, pero sin estar suficientemente responsabilizados sobre el tema.

La dificultad de encontrar viviendas de alquiler que permitan la convivencia con animales, es otra de las razones que lleva a algunas personas a no ver otra salida que entregar a su mascota a una protectora. Un traslado, un cambio de domicilio o viajar frecuentemente pueden ser decisivos.

Otros motivos menores que inducen al abandono del animal incluyen el fin de la temporada de caza, problemas de comportamiento del animal y factores económicos.

La importancia del microchip

Un problema crítico que destaca Rodríguez es la falta de identificación. "Muchos animales que llegan a las protectoras se han perdido, pero la carencia de un microchip hace prácticamente imposible que puedan encontrar a su familia y que pueda ser devuelto a su casa".

Mientras que aproximadamente el 89% de los perros en hogares sí lo llevan, solo el 25% de los perros recogidos en protectoras cuentan con él.

En el caso de los gatos, la situación es aún peor, con solo un 5% llevando microchip, a pesar de que la creencia de que "los gatos no se pierden" no sea cierta. Y es que, como indica Rodríguez, "poder identificar correctamente a nuestros animales es nuestra responsabilidad".

Su vida corre peligro

Las mascotas abandonadas llegan a las protectoras tras un aviso de vecinos, por medio de la policía o a través de particulares, resultando preocupante que solo el 10% de los tutores lleva a su animal personalmente a una protectora.

"Hay que hacer mucha concienciación con eso, porque nunca podemos dejar un perro o un gato en una carretera, en un bosque, en cualquier sitio, porque su vida corre peligro", declara Rodríguez.

Más allá de la concienciación, la fundación propone cuatro grandes estrategias para abordar el problema del abandono. La identificación, a través del uso del microchip, o la educación tanto del animal, para mejorar su comportamiento y la convivencia, como de los tutores, para fomentar expectativas realistas, son algunas propuestas.

Otra apuesta es la adopción. Es decir, ofrecer otra familia y otro hogar a ese animal que está esperando en la entidad protectora. "Aunque no reduce la tasa de abandono, sí disminuye la presión de las protectoras".

Por último, se puede optar por las casas de acogida, que son una buena estrategia, ya que proporcionan un entorno más amable para el animal. Es un hogar, aunque no sea definitivo.