Pedro Bendala, director del aeropuerto de Málaga, en su despacho.

Pedro Bendala, director del aeropuerto de Málaga, en su despacho.

Turismo

"Pensé que iba a pasar a la historia como el director del aeropuerto de Málaga con el récord negativo de tráfico"

Pedro Bendala, que ha conseguido que el aeropuerto de Málaga pulverice su máximo de pasajeros hasta los 22,3 millones, está convencido de que la instalación captará más rutas, subraya que tiene capacidad de sobra a medio plazo sin necesidad de ampliaciones y resalta el gran interés de las aerolíneas y los turistas por Málaga. 

14 febrero, 2024 05:00

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El onubense Pedro Bendala es el director del aeropuerto internacional Málaga-Costa del Sol, el cuarto más grande del país en volumen de pasajeros, desde julio de 2019. Sus primeros ocho meses fueron plenamente satisfactorios hasta el punto de que la instalación batió un récord de usuarios. Llegó la pandemia y todo se complicó mucho, pero han conseguido no solo remontar el vuelo sino pulverizar el registro de 2019 y rebasar los 22 millones de pasajeros en 2023

¿Se quedará el aeropuerto de Málaga pequeño? Por ahora no ya que tiene capacidad para acoger hasta 30 millones de usuarios. Hasta 2026 hay comprometidas inversiones por valor de 103 millones de euros, pero no para grandes infraestructuras. Luego se irá viendo en función de la evolución de la demanda. Bendala responde a estas y muchas otras preguntas en esta entrevista con este diario. 

Han superado el 2023 con récord histórico de pasajeros (22,3 millones) y enero ha empezado mejor que el año pasado.¿Esperaba este fuerte crecimiento?

La verdad es que el 2023 fue muy bien. Pensé que iba a pasar a la historia por ser el director con el peor récord histórico de tráfico del aeropuerto de Málaga cuando tuvimos la pandemia y me alegra de que tenga ahora también el récord positivo [se ríe]. Y no es tanto por el número sino por el hecho de que se haya recuperado el tráfico aéreo y lo que eso significa para este territorio en el que vivimos. En el sector turístico en Málaga hay gente con mucha fuerza, con mucha energía y eso significa que se está trabajando mucho y haciéndolo muy bien. Pasar de 22 millones de viajeros en el aeropuerto de Málaga es una cosa bastante importante y sitúa al aeropuerto como un referente a nivel nacional e internacional.

Tras las creación de la T3 y la segunda pista hay capacidad para 30 millones de viajeros. Entiendo que aún hay margen de crecimiento.

Sí. El documento de regulación aeroportuaria nos sitúa la capacidad del aeropuerto en 30 millones de pasajeros y en 2023 hemos tenido 22 millones, por lo que tenemos todavía un recorrido bastante grande de 8 millones de pasajeros y eso nos da un tiempo suficiente para tener cosas pensadas para cuando algún día haga falta ampliarlo. Ahora estamos en el segundo periodo de ese documento de regulación aeroportuaria y contamos con las inversiones necesarias para este periodo, que son 103 millones de euros de los cuales 88 millones se destinan a la parte aeronáutica.

¿En qué periodo se invertirán esos 103 millones de euros?

Hasta el 31 de diciembre de 2026. Todos los años se van haciendo inversiones en el aeropuerto, que no son inversiones icónicas que se vean como muy relevantes, pero que son continuadas. Actualizamos el tema de climatización, mejoramos baños, cambiamos los filtros de seguridad, adaptamos las salas de embarque… Son cosas pequeñas, pero todas necesarias y va adaptándose a las necesidades de la calidad de servicio y de la demanda del propio aeropuerto en este periodo.

No hay entonces aún inversiones previstas para ampliar la terminal o hacer una tercera pista si fuera necesario.

Ahora mismo no. Eso lo tiene que autorizar la Dirección General de Aviación Civil cuando detecten que hay una demanda suficiente para ello. Siempre digo que el aeropuerto está para dar servicio a la sociedad, en este caso a Málaga, a los pasajeros que demandan el transporte aéreo y a las compañías. Si esos tres agentes trasladan un mensaje de que es necesario más, en este caso el regulador, que es la Dirección General de Aviación Civil, tendrá que incluirlo en sus programas y nos preguntará a Aena qué propuesta hacemos. Y Aena, como siempre, tendrá muchas cosas pensadas y que proponer para someter a su aprobación, porque el trabajo de Aena es siempre tener pensadas las cosas, no improvisar, planificar y hacer números para intentar anticiparnos a los posibles escenarios futuros.

Vamos, que con 8 millones de pasajeros de margen sobre la capacidad total entendemos que aún hay aeropuerto para varios años sin necesidad de ampliarlo más.

Sí, tenemos aún recorrido por delante.

¿Qué inversiones hay previstas en el aeropuerto en este 2024?

Tenemos dos terminales de facturación, la T2 y la T3, y el filtro de seguridad de la T2 está un poco antiguo y tiene poca capacidad. Vamos a hacerlo más diáfano para que pueda aumentar esa capacidad. Los pasajeros que vengan en verano ya lo verán más grande. Tenemos horas punta, por ejemplo de tráfico de touroperación, y esto nos permite abrir un nuevo pulmón de forma que todos los pasajeros puedan pasar por el filtro de seguridad en menos de 10 minutos, que es nuestro compromiso de tiempo.

En 2023 ha habido más pasajeros y se han movilizado más de 5,5 millones de maletas facturadas. ¿Cómo repercute eso en el empleo?

Son 5,5 millones de maletas de salida y hay otros 5,5 millones de maletas de llegada, pero en el sistema de tratamiento, clasificación y, sobre todo, de inspección de seguridad del equipaje se inspeccionan todas las maletas que salen del aeropuerto. En el aeropuerto de Málaga somos cerca de 10.000 trabajadores y en el año 2019, antes de la pandemia, estábamos en unos 8.500. Evidentemente hay una componente variable de necesidad de personal en función de las ventas de las tiendas o las cafeterías o de la necesidad de que haya que poner más vigilantes de seguridad o personal de limpieza. En cualquier caso, el empleo en el aeropuerto de Málaga va aumentando paulatinamente. Es un empleo que además nos interesa mucho que esté aquí porque no se puede buscar en el mercado de un día para otro, ya que precisan de una formación y una serie de autorizaciones específicas.

Bueno, para ser un aumento paulatino no está mal. Cerca de 1.500 empleados más desde 2019 y con la pandemia por medio.

Sí, crece más o menos al mismo ritmo que el tráfico, que se ha incrementado un 13%. Hay actividades que tienen una componente variable y otras que son estructurales. Ponemos los mismos servicios operativos cuando tenemos 30.000 pasajeros que 85.000. Mismas terminales, filtros, puertas de embarque… Se abre o no se abre y nosotros lo abrimos.

El año pasado hubo 161.000 vuelos de salida o llegada. Eso arroja una media anual de más de 400 al día, aunque hay días en temporada alta que se superan los 500. ¿Cómo se gestiona eso?

Pues lo gestiona un equipo humano fabuloso. Aquí todos los días hay un ejecutivo de servicio, que es el responsable de que la operación diaria del aeropuerto vaya conforme a lo planificado. Esto intenta funcionar como un reloj, porque los aviones tienen que llegar a la hora que tienen que llegar y tienen que salir a la hora que tienen que salir y así se programa. Lo que pasa es que eso no ocurre todos los días. Hay veces que una nube se le cruza a un avión por el camino y llega tarde, o alguno tiene un problema de una huelga en Italia y no llega o no sale a la hora que tiene y entonces hay que reajustar todo ese mecanismo que está planificado, que cada uno está en su sitio a la hora que está previsto, en tiempo real y eso lo lidera el ejecutivo de servicio, pero tiene con él un gran equipo en operaciones, en tiempo real por parte de Aena y también por parte de las distintas compañías aéreas y agentes de handling que van replanificando y adaptándose a lo que la realidad nos está diciendo.

Pedro Bendala posa delante de sus ordenadores.

Pedro Bendala posa delante de sus ordenadores.

El año pasado anunciamos que este aeropuerto es coordinado y CDM. A la gente no le suena, pero eso significa que cuando un avión en Londres está listo para salir, nosotros ya sabemos aquí que ese avión va a salir y que dentro de dos horas y pico va a venir aquí, va a aterrizar, va a necesitar un tractor, un carrillo, una escalera, el PMR que atienda a tres pasajeros… Lo que hacemos es con esa antelación, desde el control aéreo hasta la gente de handling, ya está todo organizado para que en el momento en el que llegue el avión estén todos los equipos y todas las personas que dan servicio a ese avión disponibles allí y no se pierda ni un solo minuto. Y así conseguimos que el tiempo de escala en este aeropuerto, que es un parámetro muy importante, se cumpla con una puntualidad fabulosa. Porque un avión parado es un avión que no produce y un avión que vuela es un avión que rinde y da servicio. Y nosotros tenemos ese compromiso con las compañías de que el tiempo de escala aquí lo puedan optimizar todo lo que ellos necesiten.

¿Qué previsiones hay de viajeros en 2024?

Trabajamos en un grupo con el Ayuntamiento de Málaga, Turismo Costa del Sol, Turespaña, Turismo andaluz y nosotros mismos en promover rutas. Siempre peleamos por una ruta más, por una compañía más, por un destino más, por un país más. Y yo espero que este año, al menos, haya de todo algo más, lo que no sé exactamente es cuánto. Dentro de poco las compañías cerrarán ya su previsión para el verano y podremos trasladar los asientos que van a poner en el mercado. Desde mi punto de vista, lo que tengo que trasladar es optimismo y buen trabajo de este equipo con el que trabajamos mano a mano y en el que hay buenas sensaciones.

Estáis en contacto continuo con los dirigentes de las aerolíneas. ¿Veis que hay positividad por parte de estas empresas por hacer más cosas en Málaga?

Sí, sí, a las compañías les gusta este destino, les gusta Málaga y espero que también el aeropuerto. Y le gusta la forma de hacer las cosas que se hacen en Málaga.

¿Se está más cerca de conseguir más enlaces directos con Estados Unidos o alguno con Latinoamérica o Asia?

Nosotros hacemos muchísimos casos de negocio para las compañías aéreas, se los presentamos y les decimos que creemos que hay esta demanda y que a lo mejor podría ser interesante para ellas. Cuando nosotros estudiamos una posible ruta es porque hay base para ello. ¿Cuándo va a ocurrir? Eso no lo sabemos ninguno, entre otras cosas porque también depende de otros factores como la disponibilidad de flota que tienen las compañías aéreas. No es lo mismo abrir nuevas rutas en tiempos de mucha flota que de escasez de flota. Hay que ver la rentabilidad de otras rutas. Yo lo que digo es que nosotros no tenemos ninguna prisa por ninguna ruta. Estamos convencidos de que algún día todas llegarán y, ahora mismo, lo que nos da la tranquilidad es que todos los destinos que nos interesan están súper bien conectados a través de nuestros principales hub. Los tenemos, por ejemplo, hacia el oeste, donde tener enlace con Nueva York nos abre cientos de rutas en América. Y lo mismo pasa hacia el este con la conexión directa con Estambul o Doha. Y con el norte tenemos conexiones con todos los principales hubs de Europa, con lo cual yo no creo que haya un destino en el mundo que esté ahora mismo a más de dos horas o dos horas y media de lo que estaría si tuviéramos una ruta directa. Y da igual que sea en China, Australia o Sudamérica. Tenemos la oportunidad de hacerlo con gran multitud de compañías, con muchos posibles saltos, con muchos horarios y así lo que estamos creando es un mercado. Y cuando ese mercado tenga un tamaño suficiente y un tamaño crítico, seguro que hay una compañía aérea que dice: “si hay este número de pasajeros que vuela entre este aeropuerto y Málaga, ¿por qué no pongo yo una ruta?”. Ahora mismo tenemos que fomentar eso, toda esa gran conectividad a través de todos estos grandes aeropuertos y conseguir que haya mercado, que cuando hay mercado siempre hay un empresario que está dispuesto a dar el servicio que ese mercado demanda.

En una entrevista que le hice hace apenas un año, me comentó que venderle Málaga a las líneas aéreas era fácil porque la provincia está de moda. ¿Sigue siendo así o ha bajado la ola?

El atractivo de Málaga sigue siendo muy bueno. Es más, no está decreciendo de sitios con encanto y atractivo. De aquí la gente valora muchas cosas como la autenticidad y la seguridad. Siempre pensamos que vienen por el clima, pero no solo es el clima, es la calidez, el confort, el encontrarse acogido… Cuando vienen personas que conozco de fuera les hablo de que el tiempo siempre es bueno, que se puede jugar al golf en invierno, de la playa… Me dicen que sí a todo eso pero también me dicen, por ejemplo, que pueden pasear por las noches con sus hijos. Esto para nosotros es un estándar, pero no en todos los países del mundo lo es y ellos valoran mucho ese trabajo de seguridad física, seguridad jurídica, que la gente te hable y sea amable contigo. El carácter malagueño es un carácter acogedor y eso es un intangible que se queda en la mente de nuestros visitantes y lo trasladan a sus conocidos, a sus amigos y le dan mucho, mucho valor a nuestro territorio.