Vistas de Lobras (Granada).

Vistas de Lobras (Granada). Web oficial de Turismo de Andalucía

Gastronomía

Es cero turístico, pero se come de maravilla en este pueblo de 130 habitantes en Granada: "Platos baratos y caseros"

La tranquilidad de sus calles, el sonido del agua de sus fuentes y las vistas a la Alpujarra lo convierten en el destino perfecto para huir del bullicio.

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En Granada, lejos de los focos turísticos y de las rutas más transitadas, sobreviven pequeños pueblos que son verdaderas joyas. En la ladera sur de Sierra Nevada, escondido entre barrancos y caminos estrechos de la Alpujarra, se encuentra Lobras, el municipio con menos población de toda la provincia.

Con apenas 134 habitantes, en la Alpujarra granadina, ofrece una experiencia única con paisajes montañosos, calles empedradas y un rico patrimonio cultural. Perfectos para el senderismo y el descanso, invita a disfrutar de la tranquilidad y la naturaleza.

Una de las sorpresas de este pequeño pueblo es su gastronomía honesta y vinculada al territorio. El lugar más destacado para sentarse a la mesa es el Mesón La Fabriquilla, un establecimiento en el que destacan sus platos caseros y sus vistas a la montaña.

Entre los platos que mejor definen el sabor de Lobras destacan la fritadilla alpujarreña —un guiso sabroso con carne, verduras y aceite de oliva virgen extra—, los embutidos locales, las migas o los guisos tradicionales que cambian según la temporada.

Aquí las raciones son generosas y los precios sorprenden: comer bien cuesta menos que en los pueblos más turísticos.

A pesar de ser un pueblo pequeño, Lobras tiene un encanto especial. La tranquilidad de sus calles, el sonido del agua de sus fuentes y las vistas a la Alpujarra lo convierten en el destino perfecto para los que buscan huir del bullicio de las grandes ciudades.

Además de comer bien, Lobras invita a descubrir un entorno único. El pueblo conserva la estética típica de la Alpujarra, con terraos planos y muros encalados que se mezclan con flores, chimeneas y miradores naturales hacia el valle.

Entre sus construcciones más destacadas se encuentra la Iglesia de San Agustín, un pequeño templo de origen mudéjar del siglo XVI que fue reconstruido con el paso del tiempo pero mantiene su esencia histórica.

Muy cerca, en el anejo de Tímar, se levanta la Iglesia del Santo Cristo de la Ascensión, considerada una de las más antiguas de la comarca y símbolo del pasado morisco y cristiano de estas montañas.

Quien llega a Lobras también encuentra naturaleza en estado puro. El paisaje es abrupto, de lomas y barrancos que descienden hacia el río Guadalfeo, y que hacen de esta zona un lugar ideal para el senderismo y la desconexión.

Para quienes buscan una escapada tranquila, Lobras es un destino perfecto. Cuenta con alojamientos rurales con encanto, como El Huerto de Lobras, donde es posible dormir rodeado de silencio y vegetación.