David y su pareja en la puerta del local en obras.
Un malagueño exporta el campero a Córdoba: así es Ka-cho Campero, el proyecto de David León con 25 años
El joven emprendedor espera abrir a mediados del mes de diciembre para llevar a Córdoba el mejor sabor de este clásico bocadillo malagueño.
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Córdoba está a punto de descubrir un pedazo de Málaga que hasta ahora no encontraba en ninguna carta. Se llama Ka-cho Campero y es el sueño empresarial de David León, un joven malagueño de 25 años que, tras un año trabajando en hostelería en la capital cordobesa, se dio cuenta de que allí nadie preparaba el bocadillo más identitario de los malagueños. Ni rastro del pan de campero. Ni rastro del concepto. Un vacío perfecto para lanzarse al emprendimiento.
“Un día me llevé panes de campero desde Málaga para hacerlos en mi casa y se los enseñé a mis compañeros. Fliparon. Me hizo clic la idea”, explica David en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga. A partir de ahí comenzó a investigar y comprobó que, aunque muchos cordobeses conocen los camperos por sus veranos en la Costa del Sol, nadie los hacía en su propia ciudad.
León empezó a trabajar muy joven por necesidad de "ganarse un dinerillo" y poder empezar a planificar su futuro. "Una casa, un coche, pegarte un viaje...", dice. Comenzó montando y trabajando en fiestas infantiles, poniendo castillos hinchables, animando... Y su primer trabajo en la hostelería fue en el restaurante-show La Grillaera de Málaga, donde estuvo dándolo todo durante dos años y medio, desde la apertura.
"Lo pasé en grande y agradezco mil el apoyo, pero lo veía como algo temporal y tras acabar allí, empecé a moverme en otros sectores como el reparto, trabajé también en el club de padel...", hasta que se mudó a Córdoba hace un año porque su pareja estudia allí y su vida dio un giro.
Entró a trabajar en Titi Burger, revivió el ritmo hostelero desde dentro y descubrió algo evidente: “Aquí hay muchísimos cordobeses que veranean en Fuengirola, en Benalmádena, en El Morche. Saben lo que es un campero, pero durante el año no tienen esa opción. Era un mercado vacío”.
Ese hueco es el que ocupará Ka-cho Campero, que abrirá sus puertas en Avenida Al-Nasir número 19, en pleno Vial, una de las zonas más transitadas de Córdoba. “Todo Córdoba pasa por ahí. Colegios, supermercados, cuatro carriles de coches, una barriada entera detrás. Es una ubicación de lujo”, resume.
El nombre del local no es casual. “Era un guiñito a Málaga y también a Rayo McQueen”, confiesa entre risas. “Es una mezcla entre el Ka-chow! de Cars y nuestra palabra 'cacho'. Por eso ese guión en medio: ca-cho. Es algo muy nuestro”.
La carta seguirá la misma filosofía: simpleza y tradición. “Lo simple sabe a recuerdo”, dice. Por eso su arranque incluirá entre seis y siete camperos clásicos: pollo, cerdo, montadito, tortilla de patatas casera, tortilla francesa y alguno más. Además, cada mes lanzará un campero en colaboración con algún creador local. “Probar, fallar, repetir. Ensayo y error”, resume.
Un proyecto joven en una ciudad más accesible que Málaga
David habla claro cuando se le pregunta si fue más fácil lanzarse en Córdoba que en Málaga. “Un poquito no. Hay muchísimas diferencias. En Córdoba los alquileres son otra cosa. Por decirte un dato, yo estoy pagando 500 euros por un piso en pleno centro histórico. En Málaga serían 1.200 o más. Y no exagero”, compara.
La misma diferencia se nota en los locales. “Un amigo mío ha abierto una peluquería en un barrio de Málaga y paga lo mismo que yo por un local casi tres veces más grande. Es una barbaridad, una estafa”, asegura.
Ese margen le ha permitido abrir su primer negocio con solo 25 años. “Si no lo hago ahora, ¿cuándo? Lo peor que puede pasar es tener que volver a trabajar para alguien”, afirma con decisión y personalidad.
Autoservicio, carta malagueña y cerveza Victoria
Ca-cho Campero arrancará con un modelo de autoservicio y un equipo de dos o tres personas. Y con una promesa firme: “Voy a trabajar con Cervezas Victoria. Si hago la gracia, la hago entera. Nada de poner una Cruzcampo”, bromea.
La inauguración dependerá del ritmo de la obra, aunque la previsión más realista es que sea antes del 15 de diciembre. Así que si Córdoba se enamora perdidamente del campero, será gracias a un chico de Málaga que a sus 25 años un día dijo “¿y por qué no?”.