Miguel Ángel, dueño del bar Ranea (antiguo Rey Pelé), junto a su padre.
Miguel Ángel, dueño del mítico bar Rey Pelé de Málaga: "La gente no se quiere formar, prefiere una ayudita"
El propietario del negocio se ha visto obligado a reducir plantilla a causa de los impuestos.
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El bar Rey Pelé ya no existe. De hecho, cuando buscas en el gigante Google, aparece en páginas de recomendaciones gastronómicas y poco más. Pero el fin de su nombre en 1994, cuando cambió a bar Ranea, no supuso el cierre del establecimiento. Ni por ahora se avista tal acontecimiento.
El antiguo hogar de taxistas es hoy propiedad de Miguel Ángel, que cambió el mítico "Rey Pelé" por seguir la tradición de su nombre y apellido, y por efectos fiscales.
Miguel Ángel cuenta con otro negocio en El Palo y, aun así, aclama estar agobiado por la reglamentación y los impuestos. A eso hay que sumarle que "la gente tampoco se quiere formar, prefiere una ayudita y poco más", comenta el hombre.
El dueño actual recuerda el nacimiento del bar, a pesar de que no estaba en sus manos. Fue en 1972, con Manuel Segura al frente y cuyo nombre tenía el fin de homenajear al rey del mundial en ese entonces, el mítico futbolista brasileño Pelé. De hecho, "cuando vino el futbolista a Málaga, en los mundiales, quedaron con él", cuenta el propietario.
El bar lleva presente en Eugenio Gross desde hace 53 años exactos y, aunque en 1994 tuviese lugar su cambio de nombre y propietario, la zona también ha mutado. Miguel Ángel se acuerda de la "época dorada" del barrio, con población mucho más joven, y "sin tantas leyes como ahora", añade.
Antes se podía parar en doble fila, ir al cuarto de baño y tomar un café, pero ahora te cae una multa de 200 euros. Miguel Ángel, a pesar de que entiende que "la policía está para hacer su trabajo", considera que debería ser un poco permisiva, "pasarle un poquito la mano" a aquel vehículo de empresa o de transporte público.
Interior del bar Ranea (antiguo Rey Pelé)
El decreciente poder adquisitivo es otro problema al que se enfrenta el bar Ranea. Aunque, el más difícil de todos, son los impuestos. Además de que "la carga fiscal no entiende de épocas bajas ni altas", explica el dueño.
Las ganancias se van en toldos, terrazas, seguros sociales, sueldos, trimestres de IVA y demás. De hecho, a causa de los impuestos, se ha visto obligado a recortar parte de su plantilla.
Y, por si fuera poco, debe competir con los numerosos franquiciados, que obligan a tener asalariado a una persona en formación. "Hoy día, para negociar con el trabajador, hay que meterlo con un sueldo profesional y eso es muy difícil de mantener", cuenta Miguel Ángel, y añade que ni hay formadores ni gente dispuesta a formarse.
Interior del bar Ranea (antiguo Rey Pelé)
A diferencia de otros negocios, el turismo no los ha beneficiado. Los extranjeros no han acaparado la zona, todavía. Sigue siendo un barrio muy tradicional, muy acorde al bar, con su cocina típica malagueña casera y con clientes a los que llevan dando de comer desde hace más de 30 años.
El antiguo Rey Pelé, desde el 94 bar Ranea, es todo para Miguel Ángel. Empezó muy joven en el sector, dedica una media de 14 horas diarias a su negocio y no tiene pensado dejar relevo. Tiene dos hijas y aspira a que estudien y se formen. Si no, "siempre tienen esto", aclara.
Exterior del bar Ranea (antiguo Rey Pelé)
El bar Ranea es un bar como los de antes, de los que "ya no hay", cree el dueño. Un bar de barrio, asequible para los trabajadores. De momento, no tiene pensado echar el cierre, a pesar de las dificultades. Su mítico rótulo azul bajo el nombre "Rey Pelé" pretende seguir encendido durante mucho tiempo.