Serhat, en la puerta de su local.

Serhat, en la puerta de su local. Cedida

Gastronomía

Así es Serhat, "el turco andalú": su restaurante en Teatinos se ha popularizado gracias a Twitter

Una joven periodista, Mayte, viralizó un hilo en la red social del pajarito azul que ha hecho que el turco llene noche tras noche su local, donde prepara una amplia variedad de tapas turcas.

26 junio, 2023 05:00

Poner en marcha un restaurante no es sencillo. Los altos precios, elegir la ubicación y la temática adecuada, saber publicitarse… son muchos los factores a tener en cuenta para alcanzar el éxito. Serhat lo sabe de primera mano. Es un chico turco enamorado de Andalucía que el año pasado decidió embarcarse en un negocio: El turco andalú, un restaurante de tapas turcas ubicado en Teatinos (Málaga). El pasado mes de marzo subió la persiana de su local por primera vez, pero los días pasaban y la angustia se lo comía poco a poco. Nadie entraba. Si acaso un par de clientes que le acababan haciendo el día.

Aunque de inicio pensaba plantear el restaurante como una cocina fusión entre lo andaluz y lo turco, se dio cuenta de que que entre los pocos clientes que tenía, la mayoría preferían tapas turcas, así que se centró en esa idea pese a que en las paredes de su restaurante cuelgan imágenes de artistas como la mismísima Lola Flores. Serhat es honesto y reconoce que un mes y medio después de abrir pensó en convertir su idea en un local de showarmas habitual. "Me dolía, porque no quería hacer comida para borrachos, aunque respeto muchísimo a los compañeros que tienen kebabs. Por un momento pensé... ¿y si yo tengo que hacerlo?", recuerda en una entrevista a EL ESPAÑOL de Málaga.

Serhat se siente andaluz. Aunque no habla un español perfecto, le sale el acento andaluz. "Los turcos y los andaluces somos muy parecidos, tenemos culturas similares aunque la gente crea lo contrario”, cuenta. Sus compañeros de la construcción, antes de abrir el restaurante, fueron los que le apodaron como el turco andalú, nombre que finalmente ha tomado el propio local.

El dueño del restaurante se marchó de Turquía a Polonia con apenas veinte años para estudiar Comercio Internacional. Allí conoció a Cristi, el amor de su vida, con la que se casará en septiembre de manera oficial aunque ya son una pareja de hecho. Tras casi un año, Aunque estuvieron viviendo un tiempo cada uno en su respectivo país, ambos decidieron mudarse temporalmente a Málaga, una ciudad que a Serhat le llamaba mucho la atención. “Nos vinimos en 2019 con una maletita pequeña pensando que iba a ser algo breve, pero no fue así”, reconoce.

Para él, Estambul tiene una vida demasiado caótica. No puede darle la tranquilidad que le aporta Málaga. De esta forma, logró empezar a escribir su historia en este país, aunque los inicios fueron complicados. "Nos pasamos un tiempo sin trabajo, luego yo, por ejemplo, empecé en la construcción y ambos luchamos mucho por poder llevar hacia delante nuestra relación. Yo al llegar no tenía papeles y fue difícil tramitar todo el tema de legalización... los problemas extranjeros. Bueno, no son problemas, son prejuicios. Me costó, pero lo logré. Tras encontrar trabajo, me puse a estudiar español y a intentar terminar Comercio Internacional, que ya estudié en su día, pero no lo terminé. Tenía ganas de empezar a hacer algo serio, ocuparme el algo que se me diera bien. Así nació la idea del negocio. Mientras, Cristi estudia", relata.

En ese cuentagotas de clientes que accedían al restaurante, ubicado en el número 8 de la calle Margarita Xirgú del distrito universitario malagueño, llegó a su vida Mayte, una joven periodista malagueña que se interesó en preguntarle por su historia y acabó haciéndolo viral a través de un hilo en Twitter que ha catapultado su negocio. "En realidad, lo que pasó con Mayte es fruto de la cultura del kebab, donde el encargado habla con el cliente", sostiene.

El hilo tiene más de dos millones de visualizaciones y miles de personas han interactuado de una forma u otra con él. Esto ha provocado que Serhat no de abasto cada noche atendiendo a decenas de personas que quieren probar su comida. Ha tenido que aprender a organizar un local con trabajadores en apenas unas semanas, pues, aunque era el único empleado, se ha visto obligado a contratar a otra persona. "Pese a todo, yo estoy eternamente agradecido a Mayte por su trabajo. Ella fue la que tuvo buenas palabras hacia lo que hago y la que ha llenado mi local", dice, algo emocionado, a la par que reconoce que tiene mucho que agradecer al novio de la joven. "Él fue quien la invitó ese día a ir porque le había gustado mucho... Si no llega a ser por él... Yo no puedo estar más agradecido", zanja.