Una ferretería.

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Pablo, autónomo con 30 años de experiencia laboral: "Toda la vida pagando y tendré una pensión de 1.000 euros"

"Si hubiera trabajado por cuenta ajena, cotizando lo mismo, tendría más derechos", asegura.

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Las claves

Pablo, ferretero autónomo con 30 años de trabajo, prevé una pensión de solo 1.000 euros pese a décadas de cotización.

Cotizando siempre por la base mínima, Pablo lamenta que sus ingresos no permitían aportar más a la Seguridad Social.

Siente indignación al comparar su situación con la de asalariados, quienes obtienen mejores pensiones con aportaciones similares.

Miles de autónomos en circunstancias similares recibirán pensiones bajas, y las reformas para ajustar cotizaciones llegan tarde para ellos.

Pablo lleva 30 años como ferretero. Empezó con apenas veinte, ayudando a su padre, y desde entonces no ha dejado un solo día de trabajar. Ahora, con 55 años y la jubilación ya en el horizonte, hace cuentas. 

Toda la vida pagando y voy a tener una pensión de mil euros”, afirma con resignación. Pablo cotiza como autónomo desde 1994. Como la mayoría del sector, lo ha hecho casi siempre por la base mínima: “Con lo que ingresábamos no podías permitirte mucho más”, asegura.

Pablo ha pasado tres décadas atendiendo a vecinos, albañiles, fontaneros y todo tipo de manitas. Ha visto cómo cerraban comercios históricos, cómo las grandes superficies iban absorbiendo cada vez más negocio.

El cálculo de la pensión, explica, ha sido un jarro de agua fría. Tras tres décadas pagando religiosamente —“no me he saltado una cuota en mi vida”— la estimación que le llega es de unos 1.000 euros mensuales.

Lo que más le indigna es la comparación con otros trabajadores: “Si hubiera trabajado por cuenta ajena, cotizando lo mismo, tendría más derechos. Nos piden que seamos el motor del país y luego nos dejan en la cuneta”.

El caso de Pablo no es excepcional. Miles de autónomos que han cotizado por la base mínima durante décadas enfrentan pensiones significativamente más bajas que las de trabajadores asalariados con carreras laborales similares.

Las recientes reformas buscan ajustar las cotizaciones a los ingresos reales, pero llegan tarde para quienes, como él, han pasado la mayor parte de su vida laboral bajo el modelo anterior. “Nos han cambiado las reglas del juego cuando ya estábamos en el descuento”, lamenta.

Con 30 años de ferretería a sus espaldas, Pablo tiene claro que seguirá levantando la persiana. Aunque, como dice, “ya no sea por ilusión, sino porque no queda otra”.