Mario Rigau, presidente del Observatorio Derechos Humanos España, posa para este diario.

Mario Rigau, presidente del Observatorio Derechos Humanos España, posa para este diario.

Vivir

"Hay que poner las cosas fáciles a las empresas que se comprometen con los ODS y los derechos humanos"

  • Mario Rigau, presidente del Observatorio Derechos Humanos España, pide a los países más "reflexión" en lugar del ahora habitual "acción-reacción".
  • La vicepresidenta de EL ESPAÑOL, Cruz Sánchez de Lara, recibirá este viernes en Málaga el premio de esta institución en la categoría de Medios de Comunicación. 
24 mayo, 2024 05:00

Mario Rigau es el presidente del Observatorio de Derechos Humanos España, una entidad sin ánimo de lucro que promueve los derechos humanos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) entre instituciones y empresas. Uno de sus principales campos de actuación es la divulgación y este viernes, 24 de mayo, organiza en Málaga la jornada Inteligencia Artificial y Derechos Humanos en la que participarán expertos en materia tecnológica y legal. 

También se entregarán los premios Catalejo 2024, que destacan la labor realizada por personas, empresas e instituciones en defensa de los derechos humanos y los ODS. La vicepresidenta de EL ESPAÑOL, Cruz Sánchez de Lara, será distinguida en la categoría de Medios de Comunicación. También recibirán este reconocimiento la Academia de la Diplomacia del Reino de España, Junior Femail Leaders, Cymatic, Bodegas Clos Galena, Acciona, Cooperativa Gredos San Diego y la Diputación de Málaga. 

Rigau ha concedido una entrevista a este diario para explicar quiénes son, qué acciones realizan y poner en contexto el cumplimiento de los derechos humanos y los ODS tanto en España como en el extranjero. No corren buenos tiempos con la proliferación de conflictos bélicos, pero también es cierto que hay mucha gente luchando por un mundo mejor y eso siempre anima.    

¿Qué es el Observatorio de Derechos Humanos?

Somos una entidad joven que salimos a escenario en el año 2022 con nuestros primeros premios Catalejo. Somos una entidad sin ánimo de lucro y estamos compuestos por personas a título individual, aunque cada una de ellas pertenece a algún tipo de empresa, entidad o universidad. No tenemos ninguna adscripción ni dependencia de nadie. Y las actividades del Observatorio están sustentadas por los recursos que podemos aportar los propios miembros del Observatorio.

¿Qué objetivos se marcan?

Explorar, identificar y poner en valor acciones, iniciativas o proyectos en favor de los derechos humanos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sobre todo aquellos que pueden ser un referente para ser replicados por terceros y poner en valor el papel de España en el marco internacional de los derechos humanos.

Mario Rigau posa tras la entrevista con EL ESPAÑOL.

Mario Rigau posa tras la entrevista con EL ESPAÑOL.

Trabajan con instituciones y empresas para promover los derechos humanos y los ODS. ¿Cómo es el proceso?

La verdad es que cuando fundamos el Observatorio no nos podíamos ni imaginar la cantidad de peticiones que tendríamos para colaborar y participar en muchísimos proyectos. Todos esos ofrecimientos los agradecemos muchísimo pero, al tener los recursos limitados, solo podemos atender a aquellos que nos parecen que encajan más con nuestro ideario o que sean más fácil de materializar.

¿Ven buena predisposición por parte de las empresas cuando le hablan de derechos humanos y ODS?

Sí, la parte corporativa para nosotros es muy importante. De hecho, de los ocho premios que hemos otorgado este año, cuatro lo son para empresas, cuatro y medio casi diríamos porque hay un proyecto que es tanto de una administración como de un gremio empresarial. Para nosotros es muy importante porque las empresas que tienen un compromiso con los derechos humanos y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible merecen, en mi opinión, un reconocimiento y que se les pongan las cosas fáciles para poder desarrollar esos proyectos, que no siempre ocurre así. Nosotros atendemos mucho ese sector empresarial, además de lógicamente a otros sectores.

¿Qué están llevando a cabo desde el Observatorio?

Nosotros lo que estamos haciendo básicamente son tareas de divulgación. Este año, por ejemplo, iniciamos nuestras actividades precisamente en Málaga dándole el distintivo de ciudad comprometida con los derechos humanos. Ahora hacemos la jornada sobre Inteligencia Artificial y los Premios Catalejo, que son nuestro buque insignia. En junio tenemos una mesa redonda sobre redes sociales y educación en derechos humanos en Jerez de la Frontera. En octubre tenemos una jornada sobre deporte y derechos humanos y para el último trimestre tenemos un par de actividades preparadas. Pero, claro, al no tener una estructura como tal atendemos todo aquello que podemos. Luego, aparte de eso, nuestros miembros del Observatorio, por su trayectoria, su trabajo normal y sus actividades participan en nombre del Observatorio en muchísimos eventos.

Por lo tanto, nuestro ámbito es el de la divulgación pero también estamos participando en algunos proyectos, a nivel de empresa y derechos humanos, con unas determinadas redes y entidades básicamente latinoamericanas y vamos a colaborar con el Colegio de Abogados.

"La financiación o cofinanciación no siempre llega a tiempo o no es fácil acceder a ella porque hay una barrera burocrática que genera una dificultad enorme para muchas empresas"

¿Qué nivel de cumplimiento de los ODS tienen las instituciones y empresas españolas?

Hay dos niveles. Por una parte, los proyectos que se ponen encima de la mesa y, por otra, los que tienen una capacidad real para implementarse porque tienen el apoyo de las administraciones públicas o la financiación. Esta financiación o cofinanciación no siempre llega a tiempo o no es fácil acceder a ella porque hay una barrera burocrática que genera una dificultad enorme para muchas empresas.

Habla usted de obstáculos, ¿cuáles son los más importantes para implantar los ODS? ¿Es cuestión de dinero o de interés real en aplicarlos?

Obstáculos para las empresas, todos los que se quieran y más. Una empresa es un proyecto con una parte económica y otra social y humana porque es generadora de puestos de trabajo, de riqueza y tiene un impacto en la sociedad. Las dificultades fundamentalmente vienen de todos los procesos burocráticos y administrativos que se les exigen para dar cualquier paso. Hay duplicidad de procesos. En España, en esta administración multinivel que tenemos, se podrían aligerar mucho los procesos burocráticos para las empresas. Hay otros países que tienen un parque empresarial igual o mayor que el de España y, en cambio, las empresas no tienen tantas dificultades. Otro aspecto importante es el del reconocimiento social, porque cuando una empresa hace algo mal se generaliza al resto con demasiada facilidad.

Pero cada vez va calando más en la sociedad el mensaje de que las empresas sostenibles aportan más a la sociedad que las que no lo son. ¿O es solo marketing?

No, no, en absoluto. No es marketing. Nosotros observamos que hay mucha actividad en el campo de los derechos humanos y de los ODS que pasa absolutamente desapercibida. Es más, en las empresas que hacen un esfuerzo por mejorar en ese ámbito se ha instalado la creencia de que están obligadas a ello y, por ejemplo, en las empresas que nosotros vamos a premiar este viernes [entre ellas EL ESPAÑOL], sus proyectos son porque los han querido hacer, no están obligadas por ninguna norma ni ley a hacerlo y, sin embargo, lo hacen. Y como éstas muchísimas otras. Por lo tanto, sigo pensando que las empresas merecen mayor reconocimiento social por la labor que realizan. Son muchísimas las empresas que tienen una actitud proactiva en materia de ODS y derechos humanos.

"No es marketing. Nosotros observamos que hay mucha actividad en el campo de los derechos humanos y de los ODS en las empresas que pasa absolutamente desapercibida"

Estamos ahora con varias guerras abiertas en el mundo y eso siempre afecta el grado de cumplimiento de los derechos humanos internacionales. ¿Teme que empeore mucho la situación?

Cualquier conflicto armado genera un impacto muy negativo y situaciones de maltrato a los derechos humanos. Está claro que sí, desde los más básicos. Por lo tanto, ya sea un conflicto interno en un país o un conflicto entre países en cualquier parte del mundo, todos generan una situación muy deficitaria en cuanto al respeto a los derechos humanos. Nosotros, como Observatorio, premiamos este año a la Real Academia de la Diplomacia de España. Ya el año pasado, cuando celebramos el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, decíamos que la diplomacia tiene que recuperar un papel preponderante en la geopolítica y que no siempre las acciones de gobiernos, aunque puedan ser bienintencionadas, generan resultados esperados o deseados. Nosotros pertenecemos al marco de la Unión Europea y todas aquellas acciones o posicionamientos que generen consenso dentro de la Unión Europea son positivas. En cambio, aquellas acciones que generen disenso dentro del marco de la Unión Europea nosotros las vemos con mayor preocupación.

Estamos precisamente en una época fuerte para los populismos en varios países de Europa, Argentina, EEUU con Trump… .

Sí, pero el ascenso del populismo tiene unas determinadas causas. Hay que analizar los problemas no resueltos en la sociedad que han generado la aparición de populismos, que normalmente tienen como denominador común la respuesta fácil. Y sabemos que no hay respuestas fáciles a problemas complejos como son los de nuestras sociedades occidentales.

Mario Rigau es el presidente del Observatorio Derechos Humanos España

Mario Rigau es el presidente del Observatorio Derechos Humanos España

¿Qué papel está jugando España en materia de derechos humanos?

Tenemos una Constitución que es un elemento fundamental a la hora de situar un marco global de desarrollo de los derechos humanos. Nosotros somos altamente respetuosos con los poderes públicos, especialmente el judicial, pero también el político y el legislativo. El respeto institucional es fundamental. Creemos que España es un país que ofrece un papel interesante dentro de lo que es el marco de los derechos humanos y sobre todo a nivel internacional.

Por ejemplo, el año pasado organizamos una jornada en la que analizábamos el papel de las Fuerzas Armadas en el marco internacional del Derecho Humanitario y el papel de nuestras misiones internacionales de las Fuerzas Armadas. Y la verdad es que para todos fue una grandísima sorpresa ver hasta qué punto España, a través de esa presencia de sus Fuerzas Armadas en misiones internacionales de paz, tiene un prestigio muy alto y una excelencia en su comportamiento en esos países. Somos un país al que se le estima mucho y creo que ese es el camino que tendría que recorrer España como agente internacional en el marco del derecho humanitario.

"España tiene suficiente prestigio internacional, además de nuestra historia, para jugar un papel más cualitativo en el espacio global"

Cuando hablamos de geopolítica y de conflictos internacionales, que son los que ahora nos preocupan, se está aplicando la regla de a cualquier acción una reacción. Y yo creo que, en ocasiones, tras alguna acción un poco de reflexión también va bien. Porque si es todo acción-reacción entramos en una dinámica diabólica en la que no sabemos cuándo va a parar la espiral. Yo creo que España tiene suficiente prestigio internacional, además de nuestra historia, para jugar un papel más cualitativo en el espacio global porque pertenecemos a la Unión Europea, porque somos una puerta al Mediterráneo y, por qué no decirlo, porque somos una referencia para todo Latinoamérica.

¿Teme que se abran nuevas brechas sociales en España por el fuerte aumento del precio de la vivienda o de la alimentación?

A nosotros nos gusta más hablar de prosperidad que de progreso, porque la prosperidad significa que una comunidad mejora su vida colectivamente. En cambio, el progreso nos ha enseñado en la Historia que deja atrás gente. Pensamos que en España hay suficientes recursos, suficientes palancas como se dice ahora, para no dejar a nadie atrás. Yo creo que eso está en el ánimo de todos. ¿Qué pediríamos? Pues lo que he comentado antes, que los poderes públicos sean capaces de hablar más, que no haya tanta acción-reacción, reflexionar más y atender los problemas reales de la ciudadanía.