Javier Ojeda.

Vivir Málaga se mueve

Javier Ojeda: "En 2.300 conciertos que he dado me ha pasado de todo. En uno nos apedrearon"

El cantante y líder de Danza Invisible habla en esta entrevista con claridad de todo tipo de temas: desde críticas a los Grammys y Spotify a lo que siente sobre un escenario. "He sido un tímido recalcitrante, aunque nadie se lo crea", afirma. 

7 marzo, 2024 05:00

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Javier Ojeda, como se suele decir, no necesita presentación. Líder de Danza Invisible, una de las bandas míticas españolas que justo este año se retira definitivamente tras más de 40 años en los escenarios con un último concierto en Torremolinos. Pero Ojeda tiene cuerda para rato, es culo inquieto y seguirá dando muchos conciertos en solitario. De hecho, acaba de publicar nuevas canciones.

A Danza Invisible acaban de darle la Medalla de Andalucía, uno de los muchos homenajes que les quedan. En El Español de Málaga hemos lanzado una nueva sección llamada Málaga se mueve, en colaboración con Grupo Vértice, y hemos tenido el honor de que el primer invitado al plató sea Javier Ojeda, que explica con su gracia y claridad habitual cómo ha sido su carrera y cómo está el panorama musical actual. Un breve adelanto. No le gusta Spotify.

Puedes ver toda la entrevista en nuestra cuenta de Youtube, aunque aquí te adelantamos por escrito algunas partes de la conversación.

Llevas más de 40 años subido a un escenario y, aún así, eres de los cantantes que más conciertos sigue dando en España. En 2022 fue récord.

El 2022 fueron demasiados conciertos, creo recordar que 104. La música no es una competición de ver quién toca más. De hecho, hay muchísimos grupos de versiones y gente de orquesta que al año te hacen 250 conciertos y cualquier barbaridad. Pero sí es inhabitual digamos, para un artista “consagrado”. Y también porque fue un esfuerzo salvaje. Muchos de los conciertos los organizaba yo también y aparte estaba funcionando libre de management, por lo que me tenía que buscar la vida con todo. Contrata el hotel, ver el sitio, entérate de la hora de la prueba, llama a uno y a otro y acabé un poco desquiciado. Fue con la gira de 40 aniversario de Danza Invisible. El 2023 me lo dejé para mí solo porque necesitaba cambiar un poco de chip. Me di cuenta de que me estaba yendo fenomenal, pero ¿dónde está mi vida? Quiero disfrutar también un poco de mis pequeños éxitos. Hice un conciertazo en Estepona, fue un éxito y al día siguiente me tenía que ir a un pueblo de Badajoz prácticamente sin dormir. Me pasó dos o tres veces y pensé que eso no podía ser. No tengo necesidad de eso.

Tengo un sentido muy, muy, muy exagerado de la responsabilidad, me meto en muchos fregados y claro, quiero cumplir en todo. Y hay veces que dices, bueno, contrata menos cosas y ya está. Y en 2023 sí que lo he conseguido. He hecho unos 70 conciertos, que son muchos, pero 30 menos. Pero me queda tiempo para componer.

¿Por qué se disuelve Danza Invisible?

Llevábamos sin grabar un disco conjunto más de una década. Antonio, el guitarrista con el que compongo el 95% de las canciones de Danza Invisible, me llamó para decirme que se retiraba y sin Antonio no merece la pena seguir con el proyecto. Le dije que aunque estuviera jubilado podía seguir tocando con la nueva legislación y vamos a hacer una pequeña gira de despedida en este 2024, pequeña porque un músico jubilado puede cotizar hasta un punto. Aparte con menos conciertos va a ser más emotivo.

En todas las bandas siempre hay piques personales, no todo es maravilloso. En Danza Invisible también, pero antes que nada somos muy buenos amigos. Lo que pasa es que llevamos trabajando juntos 41 años y es normal que se necesite un poco de descanso.

¿Cuál ha sido tu mejor canción?

Ni idea. La que más nos pide la gente es Sabor de amor, pero no me atrevo a decir que sea la mejor canción nuestra. A mí me gusta mucho una de 1991 que se llama Diez razones para vivir, que la he recuperado en directo y la estoy disfrutando mucho. Entre las más recientes hay otra que se llama No sé decirte adiós.

Eres un animal escénico. Eres de los que más te mueves en los conciertos, se nota que lo estás disfrutando. ¿Qué sientes cuando estás en un escenario?

El directo me encanta. Es como una especie de expresión personal. He sido muy tímido de chavalillo y hay cosas que de pronto te permiten sacar tus interioridades, tu otro yo. Y a mi esa oportunidad me la ha dado la música. Yo se lo digo a un montón de gente y nadie me cree. ¿Tímido tú? Venga, venga. Pero sí, he sido un tímido recalcitrante. Y todavía hay situaciones de mi vida en que me veo incómodo.

En los escenarios no desde luego.

No, porque es lo que llevo haciendo desde los 17 años.

¿Cuántos conciertos has dado en tu carrera?

Unos 2.300 o así.

Te habrá pasado de todo. ¿Qué es lo más surrealista que has vivido en un concierto?

De todo. Algún escenario se nos ha hundido por ejemplo. Y hemos tenido situaciones desagradables también. Esto no es Jauja. Hemos tenido que irnos también de un escenario porque había gente apedreándonos.

¿Qué pasó?

No te voy a decir qué población fue, pero vamos, lo pasamos fatal. Nos contrató un empresario sin escrúpulos y el escenario era una mierda, seamos claros. No podíamos tocar ahí porque sencillamente con poner el equipo se corría peligro de hundimiento. Nos pidieron por favor que tocáramos, que tenían todo vendido y que no le hiciéramos eso. Les dijimos que reforzaran el escenario y cuando nosotros pensábamos que ya no se iba a hacer el concierto, nos llamaron y fuimos para allá. Aparecimos tres horas más tarde. Estábamos dormidos en el hotel porque pensábamos que el concierto no se iba a celebrar y para nuestra desgracia nos enteramos de que el promotor sin escrúpulos, como tenía la discoteca llena, era una especie de piscina de verano, no le había dicho nada a la gente, la gente estaba con una borrachera tremenda y se había difundido el rumor de que no llegábamos porque estábamos borrachos por ahí. Cuando llegamos empezaron a tirarnos cosas. Hicimos tres canciones, nos encerraron para que no pudiésemos salir… Bueno, una movida hardcore total.

De la música más actual española, ¿qué grupo o cantante te gusta más o te sientes más identificado?

Hay gente que está haciendo música de mucha calidad, pero tanto de mi cuerda como de la cuerda juvenil. Un grupo de Valencia, Santero, hizo una canción a dúo con un músico ucraniano, que encima el tío estaba destinado en la guerra, emocionante y preciosa. También escuché hace nada un grupo de una chica que se llaman Faneka, que hace una especie de folk súper original que me encanta. Y luego en el mundo de las músicas más urbanas hay sorpresas. Artistas que uno pensaba que no iban a hacer nada como C.Tangana y que de pronto ves cómo están evolucionando y haciendo unas producciones súper originales. Valoro mucho esas nuevas tendencias y en España se está haciendo música de calidad.

En una entrevista reciente que te hice comentaste que te cansaba el autotune y el reguetón, que era de usar y tirar.

Sí, pero afortunadamente muchos de estos artistas están cada vez utilizando más instrumentos reales. Y la voz más real. Los autotunes están menos exagerados, menos en el reguetón más barato que ahí sí es todo el rato.

Danza Invisible fue uno de los grupos de la movida madrileña. ¿Qué echas de menos de esa época?

Yo lo único que echo de menos son los años, la verdad, la juventud. Fue una época muy bonita porque no había censores. Ahora mismo, por ejemplo, en España hay muchos censores, hay muchas canciones que no se pueden publicar como se publicaban antes. Antes la gente era muy provocadora, muy, muy provocadora y hay canciones que hoy en día dices Dios de mi vida las canciones que se cantaban antes.

Hombre, La mataré de Loquillo hoy sería delito.

Esa canción en concreto no me parece una mala canción en absoluto. Las canciones hay que verlas en su contexto. Hay una canción que se llama Bandolera que a mí me parece fantástica. Durante toda la canción está pegándole hostias a la tía. Es una canción machista en la que dice salvajadas. Pero hay que entenderlo. Esa canción está hecha por un puertorriqueño que vive en el gueto del Bronx de Nueva York. Y en aquella época, comienzos de los 70. Por supuesto que es políticamente incorrecta. Antes los censores eran de derechas y ahora tenemos censores de derechas y de izquierdas. El arte es el arte. Me puede parecer una barbaridad lo que está diciendo un tío, pero ¿por qué censurarlo? Es como el que se metió con el Rey. ¿Por qué no? A mí me puede parecer de mal gusto pero cómo se puede meter a ese hombre en la cárcel por eso. Yo lo veo inconcebible, la verdad.

En el polo opuesto estaba Paquita la del Barrio.

Sí, ya era hora de que las mujeres contraatacasen. Me encanta. Rata de dos patas. Hay una versión hecha por un hombre y se la dirigió a Donald Trump.

En Málaga hay cantantes ahora muy conocidos: Pablo Alborán, Pablo López, Vanessa Martín…

No es mi tipo de música, pero cada uno de ellos son grandes artistas.

Esos están en otra dimensión. Pero a nivel de bandas, ¿cómo ves la situación en Málaga? Hay otras zonas como Murcia de la que han salido grandes grupos como Arde Bogotá, Viva Suecia o Second; Granada con otros tantos…

Me hablas de grupos de rock y Málaga no acaba de ser una ciudad muy rockera. Tanto en Murcia como en Granada, el centro de sus respectivas ciudades no está tan gentrificado como el nuestro. Hay ciertos bares donde se junta la gente de ese rollo alternativo y aprovechan para poner música, bailar, charlar, conocer al guitarrista... Es más fácil crear un caldo de cultivo para eso. Igual pasaba en el Nueva York de la época del punk. Todo se concentraba en torno al club CBGB y era una zona muy pequeñita.

En Málaga entre alguien de El Palo y de La Paz apenas hay relación. Y en el centro de Málaga siempre hemos carecido de algún local importante de referencia para los rockeros. Pero dicho todo esto, sí que Málaga tiene una escena de hip hop salvaje de las mejores de España.

Es verdad que cuando sales de bares pocos ponen música española en general. La mayoría es reguetón.

Es verdad, con la pechá de músicos buenos que salen de Málaga ¿por qué ponen música tan horrorosa en los locales?

¿Viste los Grammy Latinos?

Ráfagas nada más. No es mi tipo de música. Lo que hizo Rosalía estuvo genial. Pero vamos, que no. Los Grammy son un pasteleo. ¿Desde cuando la música se mide en premios? Tiene que ver una barbaridad el dinero que pone una compañía discográfica. Seguro que hay miles de discos 30.000 veces mejores que los premiados.

Mucho marketing.

Por supuesto. Si yo te hablase del marketing en la música, Dios de mi vida. Y Spotify es una vergüenza que tenemos que asumir todos.

Hombre, plataformas como Spotify son muy cómodas y baratas para el usuario. Lo tienes todo en el móvil. No sé cómo es para los autores.

Yo en concreto no utilizo Spotify. Uso Tidal primero porque suena mucho mejor, porque con el plan familiar te sale igual de precio y porque Tidal tiene respeto hacia los músicos. ¿Y eso qué significa? Que tú puedes tener la información y ver quién es el productor de la canción, quién la ha compuesto, quién es el guitarrista que toca, quién es el bajista y aparte paga mucho más dignamente a los músicos. Lo que pasa es que como Spotify ha sido la primera, pues tiene ese rollo social que los chavales con su playlist y contra eso es muy difícil de luchar. Pero sí que hay alternativas, por supuesto, al imperio de Spotify.