'La Ureña' de Fuente de Piedra.

'La Ureña' de Fuente de Piedra.

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'La Ureña' de Fuente de Piedra, el Halloween de Málaga que lucha por renacer

Intentan que no se use la palabra "Halloween" y que los niños vayan preguntando puerta por puerta: "¿Me da usted La Ureña?" 

30 octubre, 2022 18:00

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En España son muchos los que sucumben a la celebración de Halloween, pero en el interior de la provincia de Málaga y otros pueblos de Andalucía tenía lugar hace décadas 'La Ureña' en la víspera de Todos los Santos, una costumbre con semejanzas a la fiesta anglosajona que ha recuperado Fuente de Piedra (Málaga).

Aunque resulta complicado resistirse a estas influencias que cada vez ganan más adeptos, sobre todo entre los menores, este pueblo malagueño quiere que no se pierda la tradición de 'La Ureña' y desde el 2003 vuelven a celebrar esta tradición.

Desde antaño los monaguillos se dedicaban a pedir por las casas un aguinaldo, para que les dieran algo de comida o dinero. Era muy típico dar un trozo de pan, castañas o membrillo, según ha explicado a EFE la secretaria de la Asociación de Mujeres Amanecer de Fuente Piedra (Málaga), Chari Castillero.

Además se tocaban las campanas de la iglesia en memoria de los fallecidos durante todo el día para recordarlos. El sacerdote y los monaguillos se turnaban en el campanario para repicar durante toda esa jornada.

Para mitigar el esfuerzo y teniendo en cuenta la pobreza de aquella época, para poder llevarse algo a la boca, los monaguillos iban de casa en casa el 31 de octubre pidiendo algo de comida mientras estaban en ese menester.

Pedir 'La Ureña'

Ese aguinaldo era pedir 'La Ureña'.

De ahí la pregunta: "¿Me da usted La Ureña?" La respuesta de los más reservados a la hora de ofrecer era: "Coge un borriquillo y ve por leña" (Con lo que querían decir que buscasen otro oficio para obtener un sustento). De ahí surgió tanto la tradición como el diálogo.

No recibían caramelos sino productos de temporada: castañas, membrillos o pan. Productos que solía tener en las casas, incluso recibían alguna fruta o verdura de alguna pequeña huerta que había en cada hogar, recuerda Castillero.

Fuente de Piedra, enmarcado en la comarca de Antequera, entre Campillos (Málaga) y el límite de la provincia de Sevilla, se ha propuesto no perder la tradición e inculcársela a los más jóvenes, pero con algunas adaptaciones ya que actualmente no van vestidos de monaguillos.

Ahora se reparten cientos de magdalenas y castañas, además de gachas y chocolate en la plaza principal del pueblo.

Intentan que no se use la palabra Halloween y en su lugar dicen: 'La Ureña', aunque a los más pequeños les cuesta y van disfrazados casa por casa pidiendo una golosina.

Cantos

Además para pedir la ureña los monaguillos solían cantar: "¡Ureña, ureña, vamos a por leña!" Si la respuesta era positiva, los niños respondían: "En esta buena casa a la gloria vayan, vayan. Las ventanas de hierro, las puertas de madera". Si la respuesta era negativa, los niños recitaban: "En esta mala casa al infierno vayan, vayan. Las ventanas son de alambre y las puertas de cartón".

El Ayuntamiento organiza el festejo, la Asociación de Mujeres Amanecer colabora con una suculenta merienda y la asociación de jubilados reparte chocolate para vecinos y visitantes.

También hay un pasacalle del terror, cuenta cuentos y pintacaras para que los más pequeños, con sorpresas terroríficas, no olviden sus raíces y los más mayores, a través de la gastronomía, revivan la auténtica ureña.

Este Halloween español se celebraba en otros pueblos de interior de Andalucía, como Cuevas de San Marcos (Málaga), donde los monaguillos en la madrugada del 2 de noviembre "doblaban las campanadas" y tocaban toda la noche.

Cuando amanecía los monaguillos salían a la calle e iban casa por casa pidiendo y cada uno le daba lo que podía: nueves, membrillos, castañas con arroz, según ha explicado a EFE Ana Miranda, concejala de este municipio.

Disfrazarse, tallar calabazas, contar historias terroríficas están vinculadas con Halloween; sin embargo, hay costumbres propias de España que se resisten a desaparecer porque son muchos los municipios que pasan una velada especial en la noche más monstruosa del año.