Antonio Navarro es secretario general del PSOE en Torremolinos, concejal y diputado provincial.

Antonio Navarro es secretario general del PSOE en Torremolinos, concejal y diputado provincial.

Torremolinos

La denunciante del líder del PSOE de Torremolinos fue a la Fiscalía tras avisar sin éxito al partido en junio y octubre

Puso la denuncia el 10 de noviembre para, entre otras cosas, solicitar medidas de protección ante el temor a ser agredida.

Más información: "Siento pánico a ser violentada físicamente en la puerta de casa": la denuncia por acoso al líder del PSOE en Torremolinos

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En plena tormenta en el PSOE por tapar el supuesto acoso sexual de Paco Salazar, exsecretario de Análisis Electoral en Ferraz y ex alto cargo en Moncloa, al partido de Pedro Sánchez le estalla otro caso en la cara.

Una militante socialista de Torremolinos ha denunciado al actual secretario general del partido en esta localidad malagueña, Antonio Navarro, por acoso sexual y violencia de género psicológica y coactiva.

Lo hizo el 8 de junio ante el comité antiacoso creado por el PSOE en Madrid.

El 14 de octubre, al no obtener respuesta, lo hizo de nuevo.

Tras seguir sin ser atendida, el pasado 10 de noviembre se fue directamente a la Fiscalía de Violencia sobre la Mujer de Málaga.

La Fiscalía ha abierto diligencias preprocesales, es decir, actuaciones previas para reunir información preliminar y decidir si se interpone una querella o se archiva la denuncia.

También ha decidido que se adopten medidas de protección ante el temor expuesto por la denunciante a sufrir algún tipo de acoso físico personal o a su familia por parte del denunciado.

Por su  parte, la Fiscalía ha solicitado la recogida e inspección forense de los teléfonos móviles corporativos de Antonio Navarro y de la denunciante para comprobar la existencia de los mensajes sexuales denunciados.

La víctima empezó a sufrir el supuesto acoso en el último trimestre de 2021 cuando, según afirmó en la denuncia a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL de Málaga, comenzó a recibir "mensajes de contenido sexual, insinuaciones y proposiciones no deseadas ni consentidas por Antonio Navarro".

La militante socialista reconoce que fue "degradante y humillante" y explica en su denuncia que Navarro, supuestamente, también le llegó a tocar las nalgas en una ocasión en el despacho.

En ese momento, la denunciante amenazó con informar a la dirección del partido si persistía en ese acoso. No lo hizo.

Pero la situación, lejos de mejorar, empeoró. Según esta socialista Navarro le perseguía por Torremolinos, le mandaba mensajes a todas horas del día e incluso la esperaba en el portal de su casa.

La socialista, que prefiere mantener el anonimato, aguantó más de tres años hasta que el 8 de junio de 2025 puso una denuncia ante el comité antiacoso del PSOE en Madrid. No recibió respuesta y volvió a insistir el 14 de octubre.

"Están siendo instruidos siguiendo el correspondiente protocolo de actuación frente al acoso sexual en el PSOE sin que hasta la fecha de presentación de esta denuncia (10 de noviembre) se haya obtenido respuesta", reza la denuncia.

Tampoco es de extrañar ese retraso teniendo en cuenta que el PSOE lleva meses sin aclarar el supuesto acoso sexual del exsecretario de Acción Electoral Paco Salazar.

La secretaria de Igualdad del PSOE, Pilar Bernabé, ha asegurado que, de momento, no llevarán a Salazar a la Fiscalía pese a que algunas mujeres han denunciado que el exdirigente socialista utilizaba un lenguaje "hipersexualizado" con gestos obscenos como simular felaciones, pedir que le enseñaran el escote o subirse la bragueta delante de sus subordinadas.

La militante de Torremolinos acosada supuestamente por Antonio Navarro, tras cinco meses esperando la reacción del PSOE y cuatro años de supuesto tormento, ha decidido ir directamente a la Fiscalía de Violencia sobre la Mujer y dejarse de historias.

Uno de los principales motivos es que ha pedido medidas de protección y el PSOE no tiene competencias para dárselas. La Fiscalía sí las ha solicitado ya que, según la denunciante malagueña, sentía "verdadero pánico a ser violentada físicamente en la puerta de mi casa o en los traslados familiares con mis hijos".