Esta semana he participado en una comida con el CEO de un gran banco español. Las normas de Chatham House dicen que no se puede contar quien dice lo que se dice en una reunión de ese tipo. Lo cierto es que algunos de los empresarios que asistíamos ya éramos repetidores y nos habíamos visto otras veces años atrás.
La gente y sus empresas progresan. Yo diría que mucho. Representábamos varios sectores de la economía y cada empresa y empresario eran admirables. Tengo la suerte de tener cero envidias y un máximo de admiración por lo que hacen los demás, sobre todo, cuando además de hacerlo bien les va bien y son buena gente.
Hay empresas que, sin duda, voy a proponer tanto para Innova IRV como para Cre100do. La pregunta es ¿por qué va bien? Francia se tambalea económica y políticamente, en UK Starmer como Macron en Francia, cuenta con poquísimo apoyo. La industria alemana no acaba de recuperarse por culpa de una energía mucho más cara y la competencia china y sobre todo norteamericana en tecnologías digitales.
La inflación teórica está más o menos controlada. La inflación en la Unión Europea en 2025 se sitúa alrededor del 2,1% para la zona del euro, con una expectativa de caer a cerca del 1,7% en 2026. Los tipos, unos días parece que van a bajar para ayudar a economías zombis como la francesa con una inflación del 0,9% y otros días parece que van a subir porque en España, Polonia y los países de Visegrado se está cerca del 3%.
El consenso es que se mantendrán estables en torno al 2%. La inflación real es otra cosa. Miren la energía. La evolución de los costes de la energía en la Unión Europea desde 2015 muestra un notable aumento, particularmente en los últimos años debido a factores como la crisis energética global, la volatilidad del gas natural y los costos asociados a los derechos de emisión de CO2.
En España, por ejemplo, el precio medio anual de la electricidad ha subido un 146% desde 2010, alcanzando aproximadamente 112 €/MWh en 2025, con una estabilización prevista alrededor de 75 €/MWh para ese año. El país con más renovables de Europa tiene la energía al doble que Francia (48.7€/MWh). España muestra los precios más altos entre ellos, superando hasta en un 138% a Francia y un 32% a Alemania en tarifas industriales, debido a mayores servicios de ajuste y menores compensaciones. Sin un mercado común de la energía vamos mal.
El ministro de transportes que tiene la Renfe y Adif en horas bajas está mirando trenes chinos. Tiemble el sector que representa el 20% de Europa y el 7% del PIB con más de 33.000 empleos y más de 600 empresas.
El tipo de interés medio para préstamos a empresas en España es de alrededor del 4,6%, ligeramente por debajo del promedio de la eurozona (4,7%), con variaciones según el tamaño del préstamo. Para préstamos pequeños (menos de 250.000 euros), España ofrece uno de los costes más bajos, solo superado por Francia. En préstamos medianos y grandes, España mantiene costes de financiación inferiores a Alemania e Italia, pero aún por encima de Francia. ¿Para cuándo un mercado bancario único europeo?
Energía y dinero, más caro que en Francia. Además, nuestro déficit público que es una “burrada” es superior al galo. España ocupa la segunda peor posición de déficit público entre los países de la Unión Europea, solo superada por Polonia, y su desequilibrio presupuestario duplica el límite del 3% fijado por Bruselas, lo que genera preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal a medio y largo plazo.
Francia, pese a un déficit menor que España, sigue siendo uno de los países con mayor desequilibrio fiscal en la eurozona, con un gasto público cercano al 57,1% del PIB, el segundo más alto tras Finlandia. En 2025, España incrementó su gasto público en un 6,1% en el primer semestre, superando notablemente el aumento registrado en Francia, que fue del 2,3%. Este crecimiento del gasto en España también es mayor que la media de la Unión Europea (4,5%) y más del doble del ritmo de Francia, reflejando un incremento en más de 20.900 millones de euros frente a los 19.000 millones adicionales del gasto francés.
Mientras Francia y Alemania priorizan el gasto en infraestructuras, defensa y vivienda, el aumento en España se concentra más en gasto corriente, estructura administrativa y políticas menos productivas. En términos absolutos, el gasto público español alcanzó en 2024 alrededor de 722.846 millones de euros, y se espera que en 2025 supere los 800.000 millones de euros, con un aumento del 10,9% respecto al año anterior. Todo esto sin aprobación de la soberanía popular representada en Congreso de los Diputados a través de unos Presupuestos Generales del Estado. ¿Qué más da el mandato constitucional?
Las partidas que han impulsado este aumento incluyen pensiones, salarios públicos, defensa (especialmente debido al rearme europeo), intereses de la deuda, sanidad, educación, infraestructuras y vivienda, sin reformas estructurales que mejoren la eficiencia del gasto. Esto hace que el gasto público en España sea uno de los mayores en proporción al PIB dentro de la Unión Europea.
¿Y entonces? ¿Por qué vamos bien? Pienso que, si descontamos a la inflación real y medimos en paridad de compra, no nos movemos del sitio significativamente.
Pienso que si separamos a los boomers de las generaciones jóvenes el desequilibrio es notable y que la miseria avanza año a año tal y como nos vamos jubilando y muriendo los nacidos entre 1940 y 2000.
Los españoles de 25 años ven la economía muy diferente a los que tenemos 50. Hay una brecha generacional. La renta media de un español de 50 años es considerablemente superior a la de un joven de 25 años, casi un 60% más elevada, reflejando la evolución salarial ligada a la experiencia y antigüedad laboral.
En Francia, con una tasa de desempleo juvenil del 18%, la diferencia salarial entre población madura y jóvenes es solo del 15%. El apabullante desempleo juvenil de España del 25.3%, a la cola de la UE debe tener que ver algo con los bajos salarios de los jóvenes que tienen la oportunidad de trabajar.
El acceso a la vivienda es un drama. Durante la campaña electoral de 2023, Pedro Sánchez prometió habilitar y construir hasta 184.000 viviendas públicas y de alquiler asequible durante su legislatura. Esta cifra fue repetida numerosas veces y elevada desde las 183.000 viviendas iniciales anunciadas, incluyendo movilización y rehabilitación a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, el Plan Estatal de Vivienda y convenios con entidades locales. Se comprometió a poner a disposición de la ciudadanía alrededor de 127.000 viviendas sociales a través de diversas vías, además de un importante parque de viviendas de segunda mano y nuevas construcciones.
Aun así, aquí nos lo gastamos casi todo. Las diferencias reflejan un patrón donde los hogares franceses ahorran proporcionalmente mucho más que los españoles, lo que está influenciado por factores culturales, económicos y estructurales.
Alemania, por ejemplo, tiene una tasa de ahorro aún más alta, cerca del 20%, mientras que España se ubica por debajo de la media de la Eurozona, que ronda el 15%. Además, el volumen de activos financieros por persona en España es sensiblemente menor que en Francia y Alemania, reflejando una menor acumulación financiera a nivel individual.
La economía es un estado de ánimo y aquí este pasado puente no pude comer en casi ningún sitio céntrico. Todo lleno con precios de locura. El ahorro de franceses y alemanes viene a España. En 2024, la inversión extranjera directa (IED) en España alcanzó aproximadamente 38.292 millones de euros, mostrando un crecimiento del 22% respecto a 2023 y alcanzando el segundo nivel más alto desde 1993.
La Comunidad de Madrid fue el principal receptor, captando el 67,4% de estas inversiones. Francia es uno de los principales inversores extranjeros en España, con inversiones anuales superiores a 3.700 millones de euros en los últimos cinco años, concentradas en sectores como telecomunicaciones, finanzas, construcción e industria manufacturera.
La inversión extranjera directa alemana en España está en un momento de fuerte crecimiento y optimismo para 2025. Según el Barómetro AHK de primavera 2025, el 40% de las empresas alemanas con presencia en España planea aumentar sus inversiones en el país durante los próximos doce meses, un incremento significativo respecto al 24% del otoño de 2024. Este aumento en la inversión está acompañado de una percepción mayoritariamente positiva de la situación económica en España, con un 95% de las empresas calificando su situación económica como buena o satisfactoria.
¿No será que como la economía crece, hay más disponibilidad de mano de obra a menor coste y somos más atractivos?
Con un 25% de la población mayor de 60 años en Francia, frente al 24% en España, la diferencia es que allí se jubilan a los 62 – la reforma de 2023 que la llevaba a los 64 y casi se carga a Macron, parece que será suspendida para que aguante- y aquí a los 66 años y 8 meses de medida.
La supuesta lluvia de millones que iban a ser los Fondos Next Gen podría también estar poniendo dopaje a la economía. Según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), la ejecución real de los fondos Next Generation EU en España presenta un balance mixto y limitado a finales de 2025.
España ha sido líder en la recepción formal de estos fondos, recibiendo más de 48.000 millones de euros hasta mediados de 2025 y cumpliendo con la mayoría de los hitos pactados con la Comisión Europea. Sin embargo, la ejecución efectiva en términos de gasto real ha sido baja, con solo alrededor del 22% de los créditos presupuestados desembolsados en 2024, y una tendencia decreciente desde 2022. En 2026 se acaban, con lo que dejaremos de recibir y habrá que pagar ya que esto es una deuda europea que tenia 10 años de carencia de principal y 30 años en total para repagar. Lo pagarán nuestros hijos.
España experimentó en 2024 y 2025 un flujo migratorio neto mucho más intenso que Francia, siendo uno de los países con mayor crecimiento de población gracias a la llegada de extranjeros en Europa.
España muestra un crecimiento del PIB cercano al 3% anual para 2025, liderando en crecimiento económico entre las grandes economías de la eurozona, pero su productividad laboral sigue siendo un reto estructural, con un estancamiento relativo que la sitúa por debajo de la media europea. Este estancamiento implica que el aumento del PIB se debe más a un mayor empleo que a una mejora en la eficiencia por trabajador.
Si, como todo apunta, se restringen los flujos migratorios, se acaban los fondos Next Gen, tenemos que empezar a pagar, y se impone la imprescindible consolidación fiscal, mientras tenemos crecimiento vegetativo negativo, las cosas se pueden poner cuesta arriba. Las últimas veces se ha recortado en I+D+I, un error de libro. Habrá que centrarse en la productividad, de una vez por todas.