No hay quien escape al virus, por muy rey que se levante uno por las mañanas. Ya puedes sentirte dominador de tu mundo, que este virus no perdona a nadie. Que se lo digan a don Felipe, uno de los últimos en caer en la famosa estadística de “premiados” por esta pandemia, que nos ha enseñado a dominar los gráficos mejor incluso que aquellas aplicaciones de ofimática con las que nos sentíamos Tezanos por un día, sin tanto conocimiento de cocina. Tiembla, Dani García.
Está bien conocer todas las partes del diagrama, identificar cuándo se nos va una cepa o viene otra, pero aún no hemos dado con la clave para saber en qué momento y cómo nos libramos del contagio (multiplicado con creces tras la llegada de Ómicron). El gráfico sube, el gráfico baja; las olas vienen y las olas se van… y aquí seguimos, a golpe de vacuna como mejor remedio inventado, y con una mascarilla en la boca que, salvo nuevo ‘volantazo’ del equipo de Sánchez, olvidamos desde hoy en exteriores.
Léase la letra pequeña del invento y apelen, por favor, al sentido común, porque no es lo mismo un senderista por el campo a las 10 de la mañana de un martes que un cofrade rodeado de semejantes, en la salida de alguna de nuestras joyas, un día cualquiera de Semana Santa. Porque, si no hay lluvia que lo estropee, eso no lo perdona Málaga este año. Falta hace también esa normalidad a golpe de corneta.
¡Ay, las cornetas! ¡Ay, las murgas en la calle! ¡Ay de esas tradiciones que hemos pausado durante dos largos años, con la paciencia de un niño el 5 de enero y el entusiasmo de quien sabe que lo bueno, habitualmente se hace esperar!
Con el Carnaval “en puertas” y el cartón del capirote más fuera que dentro del armario, empezamos a preparar un periodo del año que se parezca mucho más a la Málaga de siempre que a este mundo paralelo en el que nos movemos desde hace ya dos años. Cambiar mascarilla en exteriores por exteriores de máscara y túnica (en ese orden) suena casi tan bien como una marcha de Gámez Laserna.
Vaya comprando calzado cómodo con suela de estreno. Le va a hacer falta en esta recta final de nuestro “invierno cálido” y en el inicio de una primavera que promete “echarnos a la calle” como nunca para vivir nuestra “semana reina”.