Los agentes que ayudaron a Antonio en un primer lugar, una representación de los Gotham, y el propio Antonio.

Los agentes que ayudaron a Antonio en un primer lugar, una representación de los Gotham, y el propio Antonio.

Málaga ciudad

Casualidades y lazos de vida: la historia de los policías locales que asistieron al subinspector Ramos antes de morir

Los dos policías locales que trataron de salvarle la vida tras el accidente han sido condecorados por la Policía Nacional este viernes.

Más información: Antonio Ramos, el policía al que ha matado un kamikaze: "Disfrutaba cazando a los malos sin horarios. Era el mejor"

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La mayor de las ovaciones de este viernes en el acto del Día del Patrón de la Policía Nacional tuvo nombres y apellidos: los de Antonio Fernando Barragán Ballesteros y Antonio José Pérez Ruiz, los dos policías locales que auxiliaron en un primer lugar al subinspector Antonio Ramos, fallecido el pasado 5 de junio, después de que un vehículo kamikaze conducido por un caco chocara frontalmente contra su coche en sentido contrario. Ambos han sido condecorados por la Policía Nacional con una Medalla al Mérito Policial con Distintivo Blanco.

A bordo de aquel Peugeot 5008 de alta cilindrada iban tres ladrones que, minutos antes, hacia las 4.40 horas, habían intentado acceder a una farmacia de Puerto de la Torre, en Málaga capital, sin éxito. Los dos policías locales participaban en el operativo para interceptar a estos individuos, llegando incluso a darles alcance antes de que retomaran su huida en sentido contrario por la A-7.

Al continuar la búsqueda del vehículo fugado, los agentes de la Policía Local fueron los primeros en llegar al lugar del siniestro. Al ver que el vehículo que circulaba correctamente estaba ardiendo, lograron sacar al conductor, Antonio, y trasladarlo hasta un lugar seguro antes de que se produjera una explosión. Ya allí, trataron de reanimarlo junto a más efectivos de la Policía Nacional.

Aunque lo hicieron todo, no pudieron salvar la vida del subinspector. Los servicios sanitarios certificaron su fallecimiento durante el traslado al hospital como consecuencia de las graves heridas sufridas por el impacto. Los tres ladrones murieron en el acto y sus cuerpos quedaron totalmente carbonizados porque el coche donde viajaban se incendió por completo.

Ambos agentes, según el Ayuntamiento de Málaga, demostraron en el auxilio a Ramos "una diligencia y arrojo por encima de las obligaciones inherentes al cargo", ya que para evitar que sufriera quemaduras que empeoraran más aún su estado y tratando de salvar su vida, pusieron en peligro su propia integridad física, introduciéndose en un vehículo en llamar y logrando sacarlo sin sufrir daños personales y alejándolo del peligro hasta que llegaron los facultativos.

La casualidad los unió

Antonio pertenecía al Grupo Gotham (1) de la Comisaría Provincial de Málaga, una unidad que se encarga de velar por la seguridad de los malagueños cuando todos duermen, al igual que el superhéroe Batman, cuya ciudad da nombre al indicativo.

Se da la circunstancia que tras este fatídico suceso se fueron produciendo un sinfín de casualidades como que el propio grupo Gotham tenía en su lista de matrículas investigadas la del coche de los ladrones que acabarían, días después, con la vida de uno de los suyos; y que los agentes de la Policía Local que asistieron a Antonio eran amigos del grupo y conocidos del propio Antonio.

El oficial Fabián, de los Gotham, conoce a Antonio Barragán, uno de los dos policías locales que trataron de salvar a su compañero, desde que era pequeño. "Los dos estábamos en el equipo de judo de Andalucía, en la Selección Andaluza de Judo, y coincidimos en un montón de competiciones. Éramos compañeros de equipo, aunque entrenábamos en clubes distintos cuando éramos chicos y luego de mayores ya coincidimos en el mismo club de judo en la Universidad de Málaga", recuerda.

Fabián define a este policía local como una persona "excepcional", pero también como un "gran profesional". "Dio la casualidad que se hizo policía local y yo nacional y hemos coincidido un montón de veces trabajando con Antonio", asevera. Barragán es especialista en encontrar vehículos robados y hay pocos como él consultando la documentación de vehículos, por lo que los Gotham suelen recurrir a él para este tipo de cuestiones.

En el caso de Antonio José Pérez; Antonio y Fabián coincidían mucho con él cuando estaban en el grupo de Robos, pues Pérez siempre trabaja de noche. Así, en la etapa de los Gotham también han coincidido en múltiples ocasiones, pues las dos partes iniciaban su jornada laboral cuando caía el sol.

"Tenemos una relación especial porque él incluso cuando nos escuchaba por el equipo, que él lleva un equipo de la Policía Nacional, nos decía que estaba en la calle y que le avisáramos si necesitábamos algo. Nos identificamos las voces y nos avisamos siempre. Es una relación de simbiosis muy especial", explica con cariño.

Precisamente es ese tándem entre la Policía Local y la Policía Nacional uno de los puntos fuertes de la ciudad de Málaga. "Cuando el alcalde me ha dado la medalla [Fabián recibió una de distintivo blanco por su trayectoria], se lo he hecho saber en esos pocos segundos. Le he dicho que para nosotros es un orgullo compartir las calles con los policías locales que trabajan de noche y que para mí era un orgullo que fueran ellos los primeros en asistir a Antonio", cuenta Fabián, que insiste una y otra vez en las grandes personas que son los dos agentes municipales.

Lo más sorprendente de estos hechos es que los dos policías locales no suelen trabajar en la patrulla juntos. Parece que lo de aquella noche fue algo excepcional. La vida unió a dos amigos de Fabián para intentarle salvar la vida al agente con el que fue uña y carne en la Policía Nacional durante dos décadas.

"Para mí fue una tranquilidad absoluta poder saber cómo fueron exactamente los últimos segundos de Antonio", dice con sinceridad el oficial, que confiesa que esa noche había muchísimos profesionales de la seguridad diferentes trabajando en toda la provincia, pero que si le hubieran dado a elegir quién iba a ayudar a Antonio primero, los hubiera elegido a ambos.

"Si alguien podía haber hecho algo por Antonio, eran ellos dos", asegura. Y eso que los agentes no reconocieron al subinspector en el momento de los hechos. Arriesgaron su vida sin saber que era él. Se enteraron mientras comparecían, sin dar crédito.

Medalla roja

Ramos recibió el 6 de junio la medalla roja a título póstumo en la Comisaría Provincial de Málaga, un hecho que ha sido recordado este viernes con un gran aplauso del público que se encontraba en el acto del Patrón, durante el cual se ha recordado en reiteradas ocasiones la figura del subinspector fallecido.

Todo ello con la presencia de los que fueron sus compañeros, los Gotham, que han asistido, muy emocionados al acto. El oficial Fabián, que pasó veinte años a su lado, "encerrando a los malos", precisamente, se mostró roto por los homenajes a su amigo y el cariño recibido. "Hoy todo gira en torno a él, es un día de muchas emociones", decía, con lágrimas en los ojos y rodeado de personas del entorno de Antonio.

Él y el fallecido habían tejido entre ellos una complicidad de hierro, más fuerte que los lazos de sangre. Aunque no compartían apellido, eran, a todos los efectos, hermanos de vida, de calle y de lucha constante contra el crimen. Juntos enfrentaron bandas de aluniceros y persiguieron delincuentes que volaban cajeros con explosivos, entre otras mil aventuras.

Un gesto especial

Si algo caracteriza a los Gotham es que siempre van vestidos de paisano en cada una de sus actuaciones. Pero este viernes, gran parte de ellos llevaban el uniforme. Prácticamente todos menos un par; entre ellos, Rubén, que el día del funeral de Antonio se rompió ante la prensa recordando a su compañero, su maestro del alma.

Una imagen de este viernes.

Una imagen de este viernes.

Rubén aprendió de Antonio y de Fabián en el grupo de la zona oeste de Málaga. Empezó como un chico de prácticas y con sus magníficas cualidades logró elegir como destino de nuevo Málaga. Antonio y Fabián hablaron con su jefe y decidieron 'ficharlo' para que trabajara con ellos en la zona oeste.

Así, el destino quiso que todos coincidieran de nuevo en los Gotham. Rubén siempre ha dicho que tanto Antonio como Fabián eran sus mentores, sus maestros dentro de la Policía. El que comenzara siendo un niño, ha logrado hacerse con una carrera profesional muy grande en los Gotham junto a los agentes que siempre había admirado.

Y como le gustaba a Antonio, ha decidido saltarse los protocolos y ha acudido al acto sin uniforme, como ya hiciera en su funeral el propio Fabián, que se prometió con el fallecido que, si algo le pasaba algún día trabajando al otro, estarían cuidando de su familia hasta el final, lejos de cualquier tipo de protocolo. Porque la muerte no es el final.