
Imagen del mapa de ruido elaborado por los vecinos del Centro Histórico de Málaga.
Vecinos contra el ruido: mapean el Centro de Málaga y no encuentran ni una calle dentro de los límites saludables
Residentes del casco antiguo, en colaboración con Calpe Institute of Technology, realizan un mapa del ruido nocturno del barrio y concluyen que el resultado fue "demoledor".
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Cuando el futuro de la declaración de buena parte del Centro Histórico de Málaga como Zona Acústicamente Saturada (ZAS) está en duda, un grupo de residentes de este barrio de la capital de la Costa del Sol han tomado la decisión de realizar un estudio propio sobre la contaminación acústica.
Con este objetivo, el pasado viernes 25 de abril, varios integrantes de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga, junto con Calpe Institute of Technology, realizó un mapa colaborativo del ruido de las calles del casco antiguo. Una acción que formaba parte de una campaña de concienciación sobre el ruido, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, del 30 de abril de 2025.
Convocados en la Plaza de la Aduana y con la ayuda y asesoramiento del experto en acústica Andrés Peña, de Calpe Institute of Technology, los vecinos reunidos calibraron sus teléfonos móviles y a las 23:00 horas, mapa en mano, recorrieron las calles del Centro para medir el ruido, gracias a una aplicación para dispositivos móviles Android, previamente descargada, desarrollada por un grupo de investigadores científicos franceses que estudian el fenómeno acústico.
El registro sonométrico queda reflejado en un mapa en el que se asignan una serie de colores a las mediciones realizadas. Como si fuese un semáforo, la gama de verdes corresponden a los niveles de ruido tolerables y permitidos (menos de 45 dB de ruido ambiente, recomienda la OMS en periodo nocturno); mientras que la gama de colores oscuros, desde el naranja hasta el negro, pasando por distintas tonalidades de rojo y morado, está reservada a los niveles de ruido perjudiciales para la salud y no permitidos.
Los organizadores de la iniciativa explican en una nota de prensa que pese a las limitaciones técnicas, los resultados obtenidos fueron "demoledores". En el mapa de ruido resultante "no hay ningún punto de color verde". "Predominan abrumadoramente las gamas oscuras de colores. No hay ni una calle declarada acústicamente saturada que no arrojara un nivel de decibelios excesivo", sentencian.
Y ello, a sus ojos, es clave en el momento actual, dado que el Ayuntamiento de la ciudad tiene previsto revisar próximamente las zonas ZAS que hay ya declaradas en la capital, evaluando la eficacia de las medidas adoptadas estos cinco años. Para los vecinos, el ruido "persiste", con lo que no habría lugar a modificar el escenario presente