El equipo de Farmacia Mata, junto a la caja registradora que usaron durante el apagón.

El equipo de Farmacia Mata, junto a la caja registradora que usaron durante el apagón.

Málaga ciudad

La farmacia más antigua de Málaga vuelve a sus orígenes en el apagón: una caja registradora de 100 años para cobrar

Sin luz, sin conexión a internet y con las neveras en vilo, el equipo dirigido por Pilar Romero tiró de ingenio y oficio para seguir atendiendo a los clientes.

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Una máquina registradora en pesetas, con cajones de madera y con casi 100 años de historia. Ya estaba fuera de uso y era una reliquia, pero este lunes 28 de abril volvió a pleno rendimiento. El apagón total hizo que la Farmacia Mata, la más antigua de Málaga, volviera a sus orígenes. "Cobrando en efectivo, y con papel y boli de toda la vida", cuenta Pilar Romero, la farmacéutica titular del conocido establecimiento de calle Larios y la bisnieta del primer dueño de esta caja centenaria.

En el número 8 de la calle Larios desde 1894, este local ha sido testigo de más de un siglo de historia de la ciudad. Ahora suma un nuevo día atípico: el apagón que dejó a toda España sin luz ni internet durante más de 15 horas. "Permanecimos abiertos hasta pasadas las ocho de la tarde, cuando ya no había luz natural y estábamos a oscuras en la farmacia", cuenta Pilar, hija, nieta y bisnieta de farmacéuticos.

Sin luz, sin conexión a internet y con las neveras del laboratorio en vilo, el equipo dirigido por Pilar tiró de ingenio y oficio para seguir atendiendo a los clientes. "Nuestra máquina registradora, la de siempre, fue nuestra aliada", cuenta la farmacéutica, mientras pasa al ordenador las ventas del día anterior, todos apuntados a mano en una libreta. "Esta caja la compró mi bisabuelo en los años 20 o 30 del siglo pasado, y la hemos estado usando hasta hace pocos años", detalla.

La falta de conexión les obligó incluso a buscar los precios de los productos, ya que no están etiquetados manualmente y tan sólo se ve el importe cuando son escaneados. "Teníamos que mirar en internet los precios desde los móviles cuando había algo de cobertura. Incluso llegamos a preguntarles a algunos clientes cuánto suelen pagar por ese medicamento", explica la farmacéutica.

Uno de los momentos más delicados fue asegurar la conservación de los medicamentos que requieren refrigeración. "Tenemos dos neveras, y aunque al final más o menos todo ha aguantado, fue una de nuestras mayores preocupaciones".

La caja registradora antigua de Farmacia Mata.

La caja registradora antigua de Farmacia Mata.

Aislados, sin información sobre lo que ocurría, recurrieron a una solución tan sencilla como simbólica: "Cogimos una radio antigua de mi madre, le pusimos dos pilas y así nos fuimos enterando un poco de lo que pasaba fuera".

Cuando llegó la noche, otra de las incertidumbres era asegurar que los clientes pudieran comprar los medicamentos que necesitaran en las farmacias de guardia. "Estuvimos hablando con la farmacia Caffarena, de Alameda Principal, que también iba a cerrar. Y pensamos que lo mejor era escribir en un papel las farmacias más cercanas que sí estaban abiertas y cómo llegar, por si alguien llegaba a la puerta del local y supiera donde dirigirse sin tener cobertura", apunta Pilar. "En definitiva, un día más para contarle a nuestros nietos", bromea.