
Vista de la parcela sobre la que se plantea el espacio comercial.
¿Una nueva torre en Málaga? Se abre el camino para un bloque de 19 plantas para hotel u oficinas en Carretera de Cádiz
El Ayuntamiento de Málaga desiste de su plan de cambiar a comercial el uso residencial y terciario de los suelos de la calle Balazón.
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La partida urbanística y judicial que se ha venido jugando durante más de una década por el desarrollo de unos terrenos situados en Carretera de Cádiz, junto al soterramiento del ferrocarril, llega a su fin. Y lo hace de manera adversa a los intereses del Ayuntamiento de Málaga.
Tal y como informó EL ESPAÑOL de Málaga el pasado mes de agosto, un dictamen desfavorable del Consejo Consultivo de Andalucía dio al traste con la pretensión de la Gerencia de Urbanismo de modificar el uso inicial de la parcela, que era residencial, por uno nuevo comercial. Un planteamiento que fue recurrido y rechazado por la propiedad de los terrenos, situados en la calle Balazón.
Aunque desde la resolución del Consultivo han pasado ya seis meses, no es hasta ahora cuando Urbanismo asume el mandamiento y acuerda la retirada del proyecto. El asunto verá la luz el próximo lunes, 17 de febrero, en la Comisión de Urbanismo.
No obstante, la propuesta del equipo de gobierno subraya que las previsiones del PGOU de 2011, que es el que sirve de referencia, obligan a la propiedad a impulsar el desarrollo de una actuación de transformación urbanística mediante un plan de reforma interior, así como su posterior ejecución a través del sistema de compensación.
La admisión del nuevo escenario urbanístico abre de nuevo la puerta al desarrollo de lo inicialmente contemplado en el planeamiento. En concreto, a la construcción de una gran torre de 19 plantas, con unos 12.290 metros de techo edificable para uso terciario, y otro inmueble de 7 alturas para viviendas, con 7.896,40 metros de techo.
Este suelo fue incluso objeto de un contencioso judicial entre la propiedad y el Consistorio. La decisión municipal de impulsar de oficio este cambio buscaba evitar un previsible nuevo conflicto con la mercantil. "Con la ordenación planteada ahora también se consigue el objetivo de reestructurar esta zona de la ciudad y eliminar los antiguos usos industriales", destacaban los técnicos municipales.
Y ello por medio del uso comercial, en lugar del residencial y terciario. "El emplazamiento resulta de lo más idóneo en el supuesto de que la propiedad desee desarrollar una actividad comercial minorista (...) pues la vigente normativa comercial aboga por el emplazamiento de las grandes superficies comerciales minoristas en suelo urbano o en suelo urbanizable en continuidad con la malla urbana, para evitar ubicaciones aisladas y desvinculadas de los núcleos de población", añadían en el expediente inicial.
Una operación frenada en seco por el Consultivo, que recogía que con la implantación de usos residenciales y terciarios se priorizaba "la liberación de suelo para ampliación de viales existentes y para la consecución de espacios libres y esparcimiento de la población".