Alberto Díaz levanta el trofeo de la BCL

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Unicaja

67-83 | El Unicaja, bicampeón de la BCL

El equipo malagueño suma el décimo título de su historia tras imponerse en la final de Atenas al Galatasaray. 

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Suena rutinario, pero hay que ponerlo en valor. El Unicaja, otra vez, es campeón. Ha hecho bueno todos los pronósticos. Ha cumplido con su condición de favorito. Ha impuesto su superioridad sobre el papel en una final. Pero todo eso hay que demostrarlo a la hora de le verdad. Y eso es lo que hizo este domingo el equipo malagueño en la final de la Basketball Champions League (BCL) contra el Galatasaray en el Sunel Arena para ganar por 67-83 y abrir las vitrinas de Los Guindos por cuarta vez esta temporada, por sexta vez en los tres años de este ciclo victorioso, por décima vez en una historia que busca ya las cinco décadas. Sí, hay que repetirlo, el Unicaja es campeón. 

No fue una función brillante de baloncesto. No hizo falta. No pudo correr mucho el Unicaja. Tampoco hizo falta. Una versión de la roca que a veces es en defensa le valió a los de Ibon Navarro, eufórico en el banquillo en los minutos finales, para ser campeones otra vez. Una descarga de salida de Carter -MVP de la Final Four-, unos momentos eléctricos de Tyson Pérez, la jerarquía de Kameron Taylor más tarde, y la descarga final de Kalinoski fueron las claves de otra victoria con la firma del equipo y su entrenador, eternos ya todos en la historia cajista.

Tyson Carter empezó a marcarle el paso al Unicaja en el primer cuarto del partido. Fue desatascando el aro turco en los primeros compases. Los malagueños incomodaron mucho en su bombilla a Galatasaray, pero se cargaron pronto de faltas. La batalla en los primeros minutos estuvo en las defensas y con una anotación baja se llegó al final del primer cuarto, con Unicaja mandando 13-19. 

Salió atascado el Unicaja en el segundo cuarto y perdiendo la batalla del rebote en su aro. Y por eso le costó despegarse en el marcador. Cuando abrió brecha, Galatasaray volvió al partido para un 26-26 que activó a Tyson Pérez, que metió energía al equipo malagueño y volvió a darle un colchón a los de Ibon Navarro hasta el 31-37 con el que se llegó al descanso. 

La misma tónica se mantuvo tras el descanso. El Unicaja no se iba, pero tampoco dejaba al conjunto turco acercarse y ponerlo en apuros. Había una renta que era como un mensaje al Galatasaray, de aquí no podéis pasar. Sí pudieron acercarse los turcos al inicio del cuarto pero Kameron Taylor sumó varias jugadas dominadoras para devolver la ventaja a los malagueños. Kravish cerró desde la línea el cuarto para el 49-56 que ya no pudo reducir Galatasaray.  

En el último cuarto llegó la mejor versión cajista, cuando Kalinoski sacó el fusil que había tenido guardado durante toda la tarde para ampliar una renta que ya ponía una distancia imposible de recortar para el Galatasaray. Ibon lo celebraba con rabia en el banquillo, empezaba a ver que era otra página histórica en la entidad cajista, en la que se ha colado por derecho propio su equipo, de autor, que hace funcionar como un reloj y que ya le ha dado seis títulos en tres años para devolverlo a la cima del baloncesto, donde por momentos se dudó en volver. Ahora, no se baja de lo más alto y, sobre todo, tiene hambre de más. Y eso que tiene la barriga llena, y las vitrinas. El Unicaja, ya suena rutinario, es de nuevo campeón.