Jauregi y Montero celebra uno de los goles del Málaga contra el Andorra.
4-1 | Lágrimas y fe del Málaga para golear al Andorra
Larrubia, Lobete y Jauregi en dos ocasiones le dan los tres puntos a los de Pellicer.
El '10' rompió a llorar tras su gol, el que abrió el marcador.
El Málaga suma catorce puntos en once jornadas.
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David Larrubia se echó la camiseta del Málaga a la cara y empezó a llorar después de abrir el marcador contra el Andorra en La Rosaleda. Después se clavó de rodillas y cuando se rehizo pidió perdón a la grada.
Esa iba a ser la imagen de la victoria del Málaga frente al Andorra (4-1), pero una segunda parte que se empinó a los cuatro minutos con la expulsión de Brašanac y acabó en goleada, con doblete de Jauregi, amplían la galería de esta victoria en La Rosaleda.
El Málaga fue capaz de anotar tres goles en inferioridad numérica, perdonó alguno más y esquivó alguna bala en la primera mitad. Era su día.
Pellicer removió el once con varias novedades. Montero y Víctor entraron en la defensa. Brašanac y Dotor en el centro del campo por Rafa y Juanpe.
El Málaga fue de más a menos en la primera mitad. Fue acumulando ocasiones aprovechando el plan arriesgado del Andorra, que también pudo darle rédito, pero se escapó el cuadro local.
Los blanquiazules fueron capaces de ir superando la presión visitante para armar transiciones rápidas y llevar la pelota al área de Aron, que se la jugó y tuvo varios sustos.
El primero casi le cuesta un tanto de Larrubia. Pero el rebote le fue a las manos.
Larrubia sumó otra ocasión marca de la casa con un disparo combado que se fue por la derecha de Aron. El juego malaguista se volcó por la derecha. Con Larrubia escapando una y otra vez.
Un malentendido en el área entre Brasanac y Joaquín dio al traste con la primera gran ocasión del Málaga. Joaquín se la quedó y remató revolviéndose muy forzado mientras entraba Víctor solo por la izquierda.
Brašanac pisó mucho el área generando desconcierto. Mientras, en esa medular renovada, Dani Lorenzo era el que se situó en la base para empezar a darle forma a las jugadas del Málaga.
A los veinte minutos Larrubia se derrumbó sobre el césped. Lo hizo después de cocinarse y comerse el 1-0 él solito. Lo necesitaba el ’10’, en el punto de mira por las ocasiones marradas en este curso.
Aron llevaba dando muestras del riesgo que asumía su equipo sacando la pelota desde atrás. Y eso fue lo que aprovecho Larrubia para robar la pelota al borde del área, recortar para fuera y rematar con la derecha dentro del área mandándola a la red.
Empezó a correr tapándose las lágrimas con la zamarra blanquiazul y clavó las rodillas en el césped. Cuando se levantó pidió perdón a la grada. Un liberación.
Continuó el Málaga armando transiciones rápidas, siendo vertical y llegando al área. Larrubia perdonó el segundo.
A la media hora el Andorra metió miedo. Amasó el balón hasta dejárselo a Domenech dentro del área por la izquierda. Sentó a Murillo con un recorte y remató secó al poste. La pelota bailó por encima de la línea y se estrelló en la otra madera.
Dotor tuvo el segundo en el 35’, la picó demasiado elevada tras otra buena conversación entre Brašanac y Larrubia.
A partir de ahí el Málaga contemporizó, le dio calma a la circulación de la pelota, con el centrocampista serbio, protagonista después, marcando el ritmo de la circulación.
Pero antes del descanso hubo otro susto. Rafita falló una entrega y brindó una ocasión clara al Andorra. Cuando la picadita de Le Normand sobre Herrero se colaba, el joven lateral rebañó la pelota en la línea.
David Larrubia celebra su gol contra el Andorra.
Tres goles jugando con diez y doble de Jauregi
El arranque de la segunda mitad fue accidentado. Álex Calvo, que ingresó tras el descanso, tuvo otra para al Andorra pero remató algo.
Lo siguiente fue una roja directa a Brašanac por una entrada a destiempo sobre Le Normand. Fue una entrada a la altura de la rodilla y el serbio se fue cabizbajo.
Pellicer reaccionó de inmediato con la entrada de Juanpe y Lobete por Dotor y Joaquín.
Y el Málaga no dejó mucho margen al Andorra para que intentara el empate.
La expulsión y los cambios pararon el ritmo. Cuando de nuevo hubo continuidad, con el Andorra moviendo la pelota, el Málaga recuperó y trenzó una jugada perfecta por la derecha.
Murillo la filtró para Larrubia, que de primeras por encima de la defensa puso a correr a Rafita. Este controló y se la dio a Chupe, que de primeras se la dejó a Larrubia, que venía por detrás. El canterano se metió hasta la línea porque no pudo armar el tiro y la puso atrás. Lobete, con el muslo, la mandó para dentro.
El Andorra es un equipo sin alma. No tuvo arrestos para irse a recortar distancias con rabia y siguió el plan de mover y mover la pelota. Minsu perdonó el primero de los visitantes tras una buena combinación con Lautaro.
El Málaga sacó agua, con dos actuaciones colosales de Murillo y Montero, además de Juanpe y Dani Lorenzo por delante.
Chupe daba oxígeno cada vez que llegaba un balón y decidía bien, aunque en alguna contra se lio.
Pellicer varió el dibujo. Sacó a Larrubia e incrustó a Izan Merino como tercer central. Quería cerrar los espacios por el centro.
Ahí ganó protagonismo Álex Calvo, al que le llegaron varios balones a la izquierda y en alguno de ellos obligó a intervenir a Herrero.
También Olabarrieta desde la derecha mandó una pelota al larguero.
Pero fue el Málaga el que dio el zarpazo de nuevo. Ya con Jauregi y Rafa en el campo, el vasco montó una contra casi perfecta con Lobete.
El delantero robó y se la dio al extremo, que condujo hasta dentro del área.
A su izquierda lo acompañó en la carrera Jauregi y decisivo fue Izan, que arrancó por la derecha y creo una superioridad definitiva.
Lobete se la dio a Jauregi, que con una picadita sobre Aron puso la sentencia en el 86’.
Jauregi remata a portería en el Málaga CF vs. Andorra
Hubo tiempo para el sobresalto. Manu Nieto anotó de cabeza en el 90’ y el cartelón anunció ocho minutos de descuento. El murmullo recorrió la grada.
Pero era el día elegido por Jauregi. En el 95’ montó otra contra con Lobete, esta vez menos ortodoxa, y a trompicones, con taconazo incluido, se plantó de nuevo delante de Aron para finiquitar de forma definitiva el partido.
Se espantan fantasmas, se recuperan jugadores y se celebran tres puntos más que merecidos por el Málaga.