Lombán y Ramón, en el partido frente al Zaragoza.

Lombán y Ramón, en el partido frente al Zaragoza.

Málaga C.F.

El Málaga CF vuelve a aferrarse a la defensa y a la portería para sumar: 29 despejes y 7 paradas

El equipo blanquiazul sacó un empate frente al Real Zaragoza en La Romareda con dos grandes noticias como la actuación de Dani Barrio y la contundencia de la pareja Lombán-Peybernes.

6 febrero, 2022 05:10

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Después de los últimos partidos parece un milagro y casi que lo es: el Málaga CF solo ha encajado un gol. No obstante, solo significa que los jugadores están interiorizando los conceptos del nuevo entrenador, Natxo González. A pesar de ello, el equipo no consiguió sacar los tres puntos de La Romareda (1-1), tan solo un empate que no le sirve para huir de los puestos de peligro y reactivarse en cuanto a sensaciones. Fueron buenas, solo algunas. Aunque del resultado se pueden sacar lecturas positivas y también negativas. 

La primera y más importante tiene nombre propio: Dani Barrio. El técnico anunció el viernes en rueda de prensa que tenía claro cuál iba a ser el portero titular y el asturiano fue el elegido. Y respondió ante la exigencia. No pudo hacer más de lo que hizo. Detuvo siete balones, despejó de puños otros tantos y salvó posibles goles tempraneros que podrían haber sentenciado la moral de sus compañeros. Fue uno de los grandes hombres del encuentro junto a Antoñín, el goleador, y su actuación parece haber calmado el debate sobre la portería. Por el momento. 

Otra de las consecuencias del cambio de entrenador, además del cambio de guardameta, ha sido la disposición de los jugadores del Málaga CF. Este sábado salieron los jugadores mucho más replegados y juntos. Esto podría ser una buena noticia si todos fueran juntos hacia delante y hacia atrás. No ocurrió. El equipo pasó gran parte del encuentro defendiendo y perdiendo balones en la salida del juego desde atrás. Fue casi imposible que los centrocampistas hilaran dos o tres pases seguidos para subir al equipo.

Sin embargo, la buena noticia, dependiendo desde dónde se vea, es que volvió la defensa como un muro infranqueable. Ante la baja de Juande, la pareja de centrales fuero Peybernes y Lombán que evitaron todo lo que pudieron y más. Así fue cómo el equipo acabó el partido en tierras mañas con 29 despejes, una cifra impensable hace unas semanas. Para ellos resultó positivo que el equipo estuviera unos metros atrás para que no pudieran superarlos delanteros más veloces como contra el Amorebieta. 

Ahora bien. ¿Este sistema de juego es sostenible para un equipo que ha demostrado una fragilidad defensiva terrible en los últimos meses? Lo ha sido frente al Real Zaragoza, uno de los equipos menos goleadores de LaLiga SmartBank. La semana que viene llega el Almería con Sadiq, uno de los grandes delanteros de la competición. Por lo que esta nueva versión del equipo precisa de ser eficaz en cada balón que se acerque al área malaguista.

Lo que es cierto es que el equipo que se vio en La Romareda fue muy parecido a lo que se observó durante los últimos años. José Alberto cambió eso, al menos en los primeros partidos. Ofreció un fútbol vistoso, basado en el ataque y con la defensa adelantada. Natxo González sacó al terreno de juego un equipo colocado bastante atrás, muy acertado en la mayoría de las acciones, y más errático en la construcción de juego y en el ataque.

Ataque

Si bien el Málaga CF demostró contundencia atrás, el ataque no fue la mejor noticia del partido. Y no por el acierto de cara a puerta, sino por las pocas ocasiones de las que dispusieron y por el peso en el juego que tuvieron. El equipo en muchos partidos no disparó a puerta y no por falta de voluntad, sino por graves problemas en la puntería. Sin embargo, este planteamiento perjudica a los delanteros por las escasas oportunidades de peligro de las que pueden disponer. 

Ante el Zaragoza salieron en el frente de ataque Paulino, Roberto y Antoñín. Es más, fue el malagueño, quien tenía hace unas semanas pie y medio fuera del equipo, quien anotó el gol en el que único disparo a puerta que tuvo el equipo en todo el encuentro. Si el equipo funciona como un bloque colocado atrás, los atacantes están prácticamente obligados a marcar los pocos disparos de los que dispongan. El sábado fue el día, pero no siempre puede ocurrir. Este equipo ya lo ha demostrado muchas veces.

Y quienes también sufrieron fueron Ramón, Jozabed y Aleix Febas cuando entró. Los tres son jugadores con una clara predisposición a controlar la posesión de su equipo. El partido contra el Zaragoza fue un auténtico horror para ellos. El equipo no dispuso de una acción con más de cinco pases hasta el minuto 63. El hecho de tener al equipo situado tan atrás conlleva que el contrario se coloque más en campo rival. Por lo que a la hora de robar balones tienen que recorrer menos metros y la medular del otro equipo, en este caso del Málaga CF, sufrirá al tener encima a los contrarios.

A pesar de todas estas cuestiones, el equipo sacó un punto de La Romareda. ¿Es una buena noticia? No sirve para calmar los ánimos en la clasificación porque los puestos de abajo siguen estando ahí, pero el resultado puede generar confianza, aunque aún queda mucho por mejorar. El sábado visita La Rosaleda el Almería, uno de los grandes cocos de la categoría. Habrá que ver si el planteamiento de Natxo González este fin de semana ha sido cuestión de un día o no.