Las niñas del club.

Las niñas del club. Alba Rosado

Deporte

El único club de natación sincronizada de Málaga no se 'ahoga': resiste a la pesadilla de Inacua

En marzo de 2022 se cayó parte del techo de las instalaciones donde entrenan y desde entonces han salido del equipo más de una treintena de deportistas.

18 febrero, 2023 05:00

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Jueves. Noche de febrero malagueña. El viento aprieta en el exterior del complejo deportivo de Inacua, situado en la zona oeste de Málaga capital. En su interior, más de una veintena de niñas, sonrientes y uniformadas con camisetas rosas. Estiran muy concentradas junto a una piscina a medio llenar y rodeada de vallas. Pertenecen al único club de natación artística federado en Málaga y, desde el pasado 30 de marzo, están viviendo una pesadilla para poder sobrevivir.

Durante aquella jornada, parte del techo de las piscinas cubiertas de Inacua cedió, provocando el cierre total de esta instalación hasta que se reparara de manera definitiva. Esta medida fue todo un varapalo para los tres clubes que entrenan allí: natación, waterpolo y sincronizada. Además, también fue otro duro golpe para los usuarios de la piscina para nado libre y para el centro de tecnificación deportiva, que también trabajan allí para sus competiciones.

El techo de Inacua antes de la reparación.

El techo de Inacua antes de la reparación. Alba Rosado

Los días fueron pasando y la reapertura no llegaba. Para colmo, un problema en el vaso de la piscina de 50 metros retrasó aún más el proceso. Hasta noviembre, todos los clubes convivieron en la piscina exterior, que pertenece a Solsport. Los de natación llegaron a nadar en grupos de veinte personas en una misma calle. Mientras tanto, waterpolo y sincronizada se dividían el hueco restante como buenamente podían. El frío llegó y ya tocaba buscar otras soluciones con la llegada de noviembre. El gasto que producía calentar el agua de la piscina exterior era muy grande y los clubes, con bajo presupuesto, no podían permitírselo, así que optaron por alquilar calles en otras piscinas de la provincia, pero el dinero también se iba agotando, y la mayoría estaban llenas hasta los topes por la alta demanda. Priorizar los entrenamientos en seco y buscar paciencia de donde no la había, rutina de todos estos grupos.

A finales de enero, llegó la primera buena noticia en muchos meses e incluso después de manifestarse por las calles malagueñas: la piscina de 32 metros se reabría. Ya era seguro, según los técnicos, permanecer dentro de las instalaciones. Esto les aliviaba un poco más, puesto que volvían a "casa", pero la realidad es que aún tienen que hacer malabares con los horarios y con el espacio que ahora mismo está disponible, que no es suficiente. Llegan a utilizar la piscina destinada al aquagym. La piscina de 50 metros parece que abrirá muy pronto, a finales de febrero o a principios de marzo. Ahora mismo se está probando si filtra agua, llenándola poco a poco. Los informes, de momento, parecen positivos, lo que alegra a los equipos, que ven cómo salen de este pozo de frustración poco a poco.

Las chicas posando para este periódico.

Las chicas posando para este periódico. Alba Rosado

Sincro

De los clubes, el más pequeño es el de natación artística. Antes de esta problemática, estaba formado por casi 60 niñas. Ahora se han quedado con solo 27 en sus filas, con edades entre los 7 y los 16 años. Eva Berska, la entrenadora principal del equipo, confiesa que los últimos meses han sido muy duros. Para las niñas, para los padres y para ella y su compañera O. Carmona buscando fuerzas de donde no había. "Tuvimos miedo, creíamos que íbamos a desaparecer porque la situación era insostenible. Ha sido un año muy malo al que hay que sumar el golpe previo de la pandemia. Nos han puesto a prueba", reconoce Berska, en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga.

En noviembre no entrenaron en el agua, pero entre diciembre y enero comenzaron a hacer entre una y tres horas semanales, cuando antes hacían mínimo dos horas diarias de agua. En sus peores momentos han llegado a entrenar una hora. Poco a poco van recuperando el ritmo y vuelven a los horarios habituales (de hasta cinco horas de entrenamiento). Pese a ello, el equipo ha logrado un digno palmarés desde que se produjo el incidente. Durante la tercera jornada del circuito de promoción andaluz, se alzaron con la segunda posición en combo, la misma que consiguieron en solo técnico en el Campeonato de Andalucía. También fueron al Campeonato de España el año pasado, obteniendo una 19 posición en dúo infantil, a solo un puesto de la final. Desde que comenzó 2023, solo han podido presentarse a los juegos municipales de Sevilla, que son este fin de semana, y a la primera etapa del Circuito Andaluz, donde en la categoría de los benjamines una de sus nadadoras ha quedado quinta de un total de 63 niñas y en prealevín otra quedó sexta de 47 niñas. "Si han logrado esto en estas condiciones, no sé qué harán cuando volvamos a la normalidad. Yo estoy orgullosa de ellas, pese a que no soy de mirar los resultados", declaraba la eslovaca Eva Berska.

Únicas

Eva Berska lamenta que sean las únicas de la provincia en competición. "Es un deporte muy sacrificado. Yo fui como ellas hace años y ahora me he comprometido a guiarlas. Las generaciones que vienen detrás de mí no tienen interés en hacerlo y no hay apenas entrenadoras dispuestas a ello", lamenta. En su caso, sale de su puesto de trabajo a las tres de la tarde y a las cinco ya está en la piscina con su equipo. Este jueves el entrenamiento, por ejemplo, se alargaba hasta las 22.30 horas. Hay mucho trabajo detrás de los resultados de su grupo y no solo por parte de las propias deportistas. Ya están aprovechando hasta los domingos, más tranquilos en las instalaciones, para entrenar.

"Es una pena que detrás de tanto esfuerzo y ganas por parte de todas, fallen los recursos materiales. Este grupo puede conseguir mucho", explica la madre de una de las nadadoras, que ha vivido de cerca el trabajo que ha hecho el equipo en los últimos meses. "Hicimos una convivencia en Nerja, que el Ayuntamiento y Aguacates Cereto nos han ayudado mucho dejándonos nadar allí casi todos los fines de semana, y nosotras alucinábamos con el ritmo de entrenamiento que llevaban. Creíamos que era algo excepcional de esos tres días, pero Eva nos aseguró que era así siempre. Fue impresionante", recuerda.

Gracias al patrocinio de esta empresa de aguacates y de la Diputación de Málaga, reconocen que han podido sobrevivir económicamente, también por la venta de papeletas en Navidad, con las que lograron casi 1.300 euros. "Las cuotas son nuestro mayor fuente de ingresos. Si las niñas se iban, que lo entiendo, porque querían tocar agua, íbamos perdiendo dinero. Luego a todo ello se sumaban los gastos de la caldera y los de los alquileres de calle. También los gastos de materiales. Ha sido duro, pero aquí estamos. Siempre digo que dentro de lo malo, esto es lo menos malo. Podrían haber pasado mil cosas peores", comenta Berska. Así, destaca el apoyo de las instalaciones de Inacua, que asegura que siempre les han "cuidado mucho" en la década que llevan entrenando allí como club.

Eva es estricta con sus chicas, pero también con los padres. "Si nos pedía llevarlas a las ocho de la mañana a la piscina porque había hueco, había que llevarlas. Y el que llegara diez minutos tarde... ¡que se atreviera!", confiesa riendo una de las madres, que junto a otros padres del grupo ha colaborado al máximo con el equipo en sus momentos más complicados. Por su parte, Eva cree que esa exigencia es buenísima para las niñas en todos los sentidos de la vida. "Al final, esa disciplina deportiva les hace aún más responsables en los estudios. Ninguna ha repetido nunca, se toman en serio el poco tiempo que tienen y lo aprovechan al máximo", añade.

Este mismo sábado viajan a los Juegos Municipales de Sevilla. Esperan pronto volver a la normalidad y poder celebrar de nuevo los de Málaga, que les sirven para ganar visibilidad dentro y fuera de nuestra provincia. Para despedirnos, tras el reportaje, el dúo, conformado por las dos chicas más mayores del equipo, nos hacen una pequeña demostración en la única calle disponible en ese momento. Una de ellas casi choca contra una de las corcheras.

El dúo entrenando.

"Estos son los impedimentos que tiene trabajar así. En competiciones nos han dicho alguna vez que por qué no usan más el espacio de la piscina. Es lo que hay ahora mismo. Están acostumbradas a nadar muy pegaditas", zanja Berska, que mira hacia el futuro con una sonrisa y con un lema: "marzo ya está aquí y se aproximan tiempos mejores".