
El cabo Urbaneja, a los pies del Señor de la Buena Muerte.
El primero Urbaneja, un clásico en el traslado del Cristo de la Buena Muerte, "cuelga las botas": "Aquí acaba mi misión"
Este Jueves Santo ha sido el último en el que este caballero legionario ha estado a los pies del crucificado de Palma Burgos y asegura que ha sido "muy emotivo".
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Cada Jueves Santo, desde hace exactamente 30 años, ni más ni menos, la imagen se repetía. Ahí estaba él, el cabo primero Urbaneja de la 8ª Bandera del Tercio Don Juan de Austria, tercero de la Legión Española, a los pies del Cristo de la Buena Muerte en su tradicional traslado. Hay fotógrafos y periodistas malagueños que no recuerdan la estampa del Señor de la Buena Muerte en la plaza de Fray Alonso de Santo Tomás sin él, con su pelo cano, justo a sus pies.
Este Jueves Santo ha sido el último que Urbaneja ha tenido el honor de portar al Señor de la Buena Muerte hasta su entronización y ha reconocido a EL ESPAÑOL de Málaga que, si habitualmente es muy emocionante, este lo ha sido más. "No todo el mundo tiene la suerte de ser el elegido y yo puedo decir que lo he llevado treinta años", cuenta José María Martín Urbaneja a EL ESPAÑOL de Málaga tras la entronización del Cristo de la Buena Muerte.
Ha pasado treinta años en la Legión Española y ahora llega la hora, dice, de "colgar las botas". Ahora, tras estas tres intensas décadas, pasa a la 'reserva' de la Legión Española. "Ya he cumplido con mi misión", dice con una sonrisa y con la voz algo entrecortada por la emoción.
El año que viene, como malagueño cofrade, volverá a ver el traslado, aunque esta vez desde otra perspectiva, algo que le genera "sentimientos encontrados". "Este último traslado con él ha sido único, muy especial", declara Urbaneja, que siempre le pide al titular cristífero de la Congregación de Mena para que cuide a su familia y le seguirá pidiendo aunque tenga que dar un paso al lado.
Urbaneja, que es toda una "inspiración" para el cuerpo legionario, ha estado en varias misiones internacionales y cuando viene a su Málaga natal por Semana Santa no solo participa en el traslado o las guardias, sino en otras actividades solidarias como la que permite a los niños hospitalizados en el Área de Oncología del Hospital Materno Infantil a conocer de cerca a la Legión Española. Este año les cantaron el Soy el novio de la muerte, que culminó con los aplausos de los niños y sus padres.
Esta tarde, la compañía de honores del Tercio 'Alejandro Farnesio', IV de La Legión, recorrerá las calles de Málaga a partir de las siete de la tarde, cuando la cruz de guía de la Congregación de Mena se ponga en la calle para iniciar su salida procesional. Desde bien temprano esta mañana, vías como Cisneros o Especería ya están repletas de público para verles cantar el clásico El novio de la muerte, banda sonora icónica del Jueves Santo malagueño.
En Carretería, una calle que la congregación retoma este año en su itinerario, estarán sobre las doce de la noche, pero sobre las once de la mañana ya había público sentado en sillas de playa dispuesto a esperar a los legionarios lo que hiciera falta. Sin duda, Málaga vive cada Jueves Santo una auténtica 'locura legionaria'.