En los últimos días, las inmediaciones de Santo Domingo se habían convertido en el epicentro del debate urbanístico de la ciudad. La polémica generada en redes, debido a la colocación de unas pérgolas en el entorno de la iglesia, había concentrado todas las miradas. A falta de una semana para el Domingo de Ramos, la plaza de fray Alonso de Santo Tomás sigue estando custodiada por vallas y materiales de obra que aguardan a que la estructura esté finalizada para que, una vez que llegue el informe pertinente de Cultura, pueda ser retirada. Paradojas de la vida.

Queda por ver cómo se resolverá la cuestión; en los próximos días, la cita cofrade está dirigida hacia mismo lugar: el Sábado de Pasión será el traslado de la Soledad de Mena. El Lunes Santo, los Dolores del Puente saldrán del mismo lugar. La Estrella lo hará el martes. Y el Jueves Santo, en sesión matinal y vespertina, la Congregación de Mena volverá a llenar la explanada para la entronización del Cristo de la Buena Muerte y la posterior salida penitencial. Sin embargo, este sábado, muchos malagueños se concentraban en este punto con una motivación diferente. La cofradía de la Cena congregó a una gran multitud que no quiso perderse el traslado de los Titulares hasta la casa hermandad. 

A las 11:15, desde el interior de la parroquia, partió el cortejo, compuesto por hermanos con velas, presidencia con guion y el cuerpo de acólitos, que antecedieron a las andas procesionales. El Cristo de la Cena vestía una túnica burdeos complementada con un mantolín dorado. Por su parte, la Virgen de la Paz fue ataviada en tonos cuaresmales, coronando el conjunto con la clásica ráfaga. El exorno estuvo compuesto por un friso en colores púrpuras y rojos y piñas de claveles del mismo color. 

Un gran número de asistentes acompañaron a los Titulares. Curro Narváez

El plano musical corrió a cargo de la Agrupación Musical de la Vera Cruz de Campillos, que volvió a sonar con el gran nivel al que acostumbra en sus actuaciones. Durante el recorrido, interpretaron marchas como Entrando en Jerusalén, En la cena del Señor, o Nuestro Padre Jesús de la Victoria. 

La hermandad consiguió aglutinar a un gran número de espectadores, que llenaron la amplitud de espacios como el Pasillo de Santo Domingo, el Puente de la Aurora y la propia bajada. Una vez que accedieron a las calles del Centro, la cofradía se fue recreado, yendo con algo más de calma y acompasando el caminar de los tronos a las marchas que interpretaban. Se encerraba en su casa hermandad de calle Compañía pasadas las 13:30 del mediodía. De fondo, sonaba Jesús Sacramentado y Ánima Christi antes de que las puertas se cerraran, esperando la llegada del Jueves Santo.