Novedades en el caso del crimen machista de Benalmádena acontecido el pasado 4 de noviembre. Lesley, de 69 años, murió asesinada a puñaladas presuntamente por su marido David Cadwallader, de 80. Según ha podido confirmar este periódico, el anciano, que estaba investigado por la comisión de un delito de homicidio, murió antes de que se cumpliera un mes desde el asesinato, el pasado 3 de diciembre. Entonces, se encontraba en el módulo psiquiátrico de la prisión donde había ingresado, puesto que padecía alzhéimer y otra enfermedad de deterioro cognitivo, ambas diagnosticadas a comienzos de 2022. Tal y como apuntan fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, como no tenían medios económicos, el juzgado aún está pendiente de que se apruebe su inhumación por beneficencia. Después se archivará el caso definitivamente.

La pareja británica vivía en un pequeño apartamento situado en la avenida Antonio Machado del municipio malagueño. Pese a que llevaban décadas viviendo allí, no sabían hablar español con soltura ni solían relacionarse mucho con otras personas, siempre iban juntos. No tenían familiares y aseguraban que dejarían en herencia su apartamento a una protectora de animales.

Según los vecinos, la Policía Nacional solía visitarles a menudo por diferentes episodios violentos. Otra fuente del edificio explicó a los compañeros de la Agencia EFE tras el asesinato que “ambos eran personas que bebían demasiado alcohol con frecuencia” y que vio cómo en una ocasión el homicida golpeó a la mujer en el rostro delante de todo el mundo. De hecho, el propio cuerpo informó el pasado mes de noviembre sobre que el presunto autor había sido detenido en tres ocasiones antes de matar a su mujer por violencia de género, pero Lesley nunca llegó a continuar ninguno de los casos abiertos con denuncias, por lo que estos se archivaron. Tampoco solicitó medidas de protección, ni en la Comisaría ni en el Juzgado.

El Maite 1, el edificio donde residían. Google Maps

La noche del asesinato

La vida de Lesley se apagó la noche del 4 de noviembre. Sobre las 22.30 horas, ella misma llamó al 091 alertando de que su marido le había agredido, pero la llamada se acabó cortando. Los agentes se trasladaron a la vivienda de la pareja, pero no lograron abrir la puerta de entrada, así que solicitaron la presencia de bomberos, quienes lograron acceder a la casa a través de una escalera de incendios por la terraza. Al entrar, vieron a la víctima tendida en el suelo con más de veinte puñaladas por arma blanca y sin constantes vitales. Los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por salvarla. 

Mientras tanto, su agresor estaba tendido en la cama del dormitorio esperando a los agentes. David fue detenido sin oponer ni un ápice de resistencia. El lunes 7 de noviembre pasó a disposición judicial y fue el Juzgado de Instrucción número 3 de Torremolinos (Málaga), competente en materia de Violencia sobre la Mujer, quien acordó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por acabar presuntamente con la vida de su esposa. El arrestado ingresó en un módulo psiquiátrico del centro penitenciario donde estuvo menos de un mes, hasta que falleció. El caso se archivará en cuanto se celebre su funeral por beneficencia.