Ángel Acha, subido a un carrito de golf.

Ángel Acha, subido a un carrito de golf. Álvaro Cabrera

Málaga A título personal / Ángel Acha, director general de Grupo Guajes

Ángel Acha, empresario: "La burocracia administrativa es uno de los mayores males del desarrollo de España"

"Hemos visto que trabajando a una el tren litoral por lo menos se ha puesto encima de la mesa. Pero hay que trabajar todos a una".

"Diría que está el drama de la vivienda y, por ponerlo al mismo nivel, el drama de la mano de obra cualificada"

"Mi padre y mi abuelo lucharon por hacer un proyecto emblemático en los Baños del Carmen para Málaga. El desenlace fue que las administraciones, con distinto color político, no fueron capaces de ponerse de acuerdo".

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El apellido Acha es sinónimo en la provincia de Málaga de construcción, de promoción de viviendas, pero también, en los últimos tiempos, de turismo, de hostelería. La diversificación de Grupo Guajes es una de las claves del crecimiento de una entidad nacida hace ahora 60 años de la mano de Felipe Acha.

Su legado es ahora recogido por Ángel, su nieto, director general de la empresa y que siente el orgullo de dar continuidad a la labor de su abuelo y de su padre, que sigue con él en la compañía.

Y lo hace apostando por un territorio afectado de lleno por un crecimiento poblacional que, lejos de toda lógica, se topa de lleno con la falta de vivienda y la carencia de infraestructuras adecuadas.

¿Quién es Ángel Acha?

Soy un rinconero que estuvo unos años fuera de Málaga para terminar su carrera universitaria. En Madrid fue donde empecé en el mundo laboral y después de casi 10 años decidí volver a mi casa y empezar una aventura en la empresa familiar.

Diría que soy el nieto de Felipe Acha y con orgullo represento a la empresa que fundó hace 60 años. A nuestra manera estamos intentando continuar el legado que nos dejó que no fue otro que hacer proyectos con sello.

Buscamos ser diferentes, aportando nuestro granito de arena en cada punto en el que estamos trabajando. Mi abuelo llevaba por bandera la construcción y la promoción inmobiliaria y eso nos ha permitido diversificar y estar muy arraigados en Málaga y Rincón de la Victoria.

¿Cómo se lleva esa responsabilidad?

Tengo la suerte de tener a mi padre conmigo, que es el que realmente está al frente, como consejero delegado. Hoy los dos tenemos la misma ilusión, pero también la necesidad de evolución. Lo que valía hace cinco años hoy ya no vale. Hemos tenido que abordar un proyecto de transformación, adaptando la empresa a las tendencias actuales. Y todo eso lo hemos logrado en los últimos 5 años, coincidiendo con la época de la Covid.

Tuvimos que hacer frente de golpe y porrazo a una situación difícil. Aquello cambió las formas de hacer las cosas.

Ángel Acha posa en la playa.

Ángel Acha posa en la playa. Álvaro Cabrera

¿Usted es empresario por vocación o por obligación?

Lo he visto desde chiquitito. En una empresa familiar es difícil diferenciar el ámbito personal y el profesional. A veces creo que lo hemos llevado demasiado tatuado a fuego. Pero estoy muy orgulloso de lo que he vivido y de la época que me ha tocado. Me apasiona lo que hago. Tenemos la gran suerte de poder hacer proyectos que sentimos muy nuestros y que aportan valor.

Un ejemplo de lo que le hablo es el hotel Fay Victoria Beach, que es como una continuidad al proyecto que surgió en 1985 con Añoreta Golf. En aquel momento se hablaba de ella como una urbanización a las afueras de Málaga, en el extrarradio.

Mi abuelo tuvo esa visión y lo llevó a cabo. 40 años después, ese proyecto está completo, pero necesitábamos un hotel para poder cumplir el sueño de traer golfistas de toda Europa a conocer un destino que está todavía por madurar.

Es como un diamante en bruto, que está por pulir, pero que no tenía capacidad de generar un producto capaz de atraer a ese cliente. Ahora lo estamos consiguiendo. Me llena de orgullo y alegría cada día que vengo al hotel y veo bolsas de golf.

Porque eso significa que lo estamos consiguiendo, pasito a pasito.

"Nuestro principal reto es crear valor desde cero y convencer de que somos algo más que una empresa constructora. Nos hemos ido diversificando y somos muy jóvenes en otras líneas. Tenemos que ser capaces de dar a la pausa y madurar cada línea de negocio."

¿Por qué el grupo empresarial se llama Guajes?

Eso que dicen de que al lado de un gran hombre tiene que haber una gran mujer tiene sentido. En este caso era tal cual. Mi abuela era asturiana y como buena asturiana tenía muy arraigadas ciertas costumbres. A sus hijos les decía ‘los guajes’. En honor a ella se decidió mantener ese nombre.

¿Qué retos se marca la empresa?

Nuestro principal reto es crear valor desde cero y convencer de que somos algo más que una empresa constructora. Principalmente nos asocian al sector inmobiliario. Llevamos 60 años siendo un referente. Pero la empresa se ha ido diversificando y somos muy jóvenes en otras líneas. Por ejemplo, en el sector hotelero llevamos muy poquito y en el sector de la restauración también. Tenemos que ser capaces de dar a la pausa y madurar cada línea de negocio.

Sí mandaría el mensaje de que la burocracia administrativa que hoy en día tenemos es uno de los mayores males del desarrollo de España como país. Eso genera retrasos en la creación de puestos de trabajo y de valor en los destinos. Estamos en un mundo tan cambiante que los proyectos cambian en cuestión de meses. Nosotros tenemos un proyecto que lleva 5 años de trámites.

Ángel, junto al nombre de la empresa.

Ángel, junto al nombre de la empresa. Álvaro Cabrera

¿De qué se trata?

En el segmento del golf hay dos tipos de visitantes. El de corta estancia está una media tres noches; el de larga estancia puede pasar un mes o tres semanas. Ese es un campo en el que no teníamos producto ni apartamentos para alojar a esos clientes. Y llevamos más de 5 años para poder impulsar un edificio de uso comercial en el que el uso compatible sea el alojamiento comunitario.

Eso es un freno. Nosotros tenemos que crearlo todo de cero porque el nivel turístico Rincón de la Victoria está muy limitado. Tiene que definir qué quiere ser. Es muy difícil comercializar el destino cuando apenas cuenta con tres establecimientos hoteleros.

Durante años la lupa ha estado localizada sobre los constructores, existía una especie de sospecha sobre ellos. ¿Comparte esa sensación?

Totalmente. Todos sabemos el drama que hay en torno a la escasez de vivienda. El otro día, en una jornada de FADECO Promotores, un consultor me dijo: "No doy crédito. Os estáis preocupando por un tema en el que no tenéis responsabilidad. Os estáis obsesionando con incorporar viviendas asequibles al mercado, de protección oficial, en las que los promotores privados no ganáis dinero porque no hay margen y estáis empeñados en aportar vuestro granito de arena y encima os ponen trabas".

Eso es lo que nos pasa a los promotores. La época del pelotazo ya pasó. Ahora todo está profesionalizado. Los promotores pequeños tenemos que hacer las cosas tan bien para competir por las migajas que dejan las promotoras grandes, que tienen los fondos de inversión detrás.

¿Qué hemos hecho tan mal? ¿Cuánto daño han hecho los cuatro indeseables que han desprestigiado el sector? Estamos aquí para ayudar. Lo que no puede ser es que cuando tenemos el problema del déficit de vivienda que tenemos hay un sector en Rincón de la Victoria que lleva 29 años de tramitación. Y eso cuando se necesita vivienda bruta, libre, asequible, de protección oficial, porque necesitamos dar solución a este problema.

"Los promotores estamos aquí para ayudar. Lo que no puede ser es que cuando tenemos el problema del déficit de vivienda que tenemos haya un sector en Rincón de la Victoria que lleva 29 años de tramitación"

Este partido parece que lo estamos jugando equipos distintos y deberíamos ser el mismo equipo.

Por lo que comenta, es como si en el asunto de la vivienda y la tramitación de los proyectos, los promotores fuesen por un lado y la Administración por otra.

Sin duda. La Junta de Andalucía ha sido valiente y ha presentado un decreto que está permitiendo dar grandes pasos, pero todavía le pedimos un poquito más de ambición para la situación de emergencia actual. Debe quedar claro que lo que se plantea tiene que ser acotado en el tiempo, pero para dar solución al problema que hay ahora hay que aplicar medidas de emergencia.

Ángel Acha, durante la entrevista.

Ángel Acha, durante la entrevista. Álvaro Cabrera

Cuando ha habido una dana se ha decretado la emergencia para abordar las obras necesarias lo antes posible. Lo mismo pasa con la sequía. No entiendo que en la emergencia habitacional en la que nos encontramos no se sumen todos los ayuntamientos.

Como promotor y constructor, ¿cuál cree que es la medida más necesaria?

Decretar la emergencia habitacional, porque la burocracia administrativa va a seguir agravando el problema. Hoy hablamos de un déficit de 50.000 viviendas en la provincia de Málaga. Pero dentro de 5 años ¿cuántas van a ser? Si no hay soluciones de emergencia urgente acotadas en tiempo… En España ya hay un millón de déficit de viviendas.

Los promotores estamos dispuestos a hacer los esfuerzos, pero la burocracia tiene que agilizarse urgentemente. Es la única vía. Tenemos a los profesionales adecuados para abordar los proyectos, pero tenemos que tener la colaboración de todos.

¿Tiene la impresión de que no existe la voluntad suficiente en la Administración para afrontar y resolver este asunto? Lo digo porque desde hace años el problema de la vivienda se veía venir.

Lo primero es que la Administración tiene también que profesionalizarse más, tienen que preocuparse por formarse y tener altura de miras. Si hacer lo se ha hecho hasta ahora, sin cambiar una coma, no funciona... Es igual que una empresa o una persona. Si no evoluciona se queda atrás y siento como que nos estamos quedando atrás.

El gran problema de nuestra época es el de la vivienda. Pero en los últimos años el asunto de las infraestructuras es motivo de preocupación.

Cuando viene gente de Madrid tarda una hora desde la estación de tren o desde el aeropuerto. Una hora para venir y una hora para ir. Eso es insufrible. ¿Cómo puedo tardar una hora en un trayecto de 15 minutos por un déficit de infraestructura? ¿Es que nadie sabía que la población iba a crecer en esta zona? ¿Nadie se ha planteado que el desarrollo de la provincia de Málaga ya no solo es hacia la parte occidental, sino también hacia la Axarquía? Al final es si estamos en lo que hay que estar o no.

Durante décadas el foco de atención de los promotores y los grandes grupos de inversión se ha localizado sobre la Costa del Sol Occidental. Pero parece que poco a poco la atención se empieza a abrir hacia la Axarquía. ¿Le preocupa?

Yo lo llevo esperando y deseando mucho tiempo. Pero me da pena que tengan que venir otros de fuera a contar lo mismo y que eso haga abrir los ojos. Pero la pena se me pasa rápido porque me doy cuenta de que al menos avanzamos de esa forma.

Lo que no podemos es aburrir a los grandes grupos, cerrar las puertas porque están a un nivel de profesionalización superior al resto. A nivel de promoción inmobiliaria, las mejores han venido ya a Rincón de la Victoria y han desarrollado proyectos y otros quieren venir.

¿Teme que se puedan repetir los errores cometidos en el desarrollo de la costa occidental?

Yo creo en los procesos ordenados, porque si no puede ser contraproducente. Hay fórmulas para ir al mismo ritmo. La dificultad de las comunicaciones a través de la A-7 no se va a resolver de manera inmediata. Pero eso no puede suponer la parálisis. Habrá que abordar otras opciones para dar solución a nivel de comunicaciones, al tiempo que se aborda la crisis habitacional. La pócima mágica no la sé, pero tengo claro que hay que ponerse urgentemente a trabajar en ello, pero en las dos líneas.

Hemos visto que trabajando a una el tren litoral por lo menos se ha puesto encima de la mesa. Pero hay que trabajar todos a una. Rincón de la Victoria es la puerta de entrada a la Axarquía; Vélez está haciendo un trabajo fantástico; a nivel turismo, ¿qué vamos a hablar de Nerja o Torrox? Creo que es el momento de la Axarquía, pero hay que tener altura de miras. No podemos seguir en la inercia de lo he hecho hasta ahora. Hay que buscar fórmulas nuevas que vayan en línea con los tiempos que vivimos.

"Mi sueño es que tengamos una red de transporte público a Málaga. Yo he vivido en Madrid muchos años y he visto a compañeros que no usaban el coche particular para nada, Y puestos a soñar, el tercer carril"

En materia de infraestructuras, ¿cuáles diría que son más necesarias?

Es fundamental toda comunicación con Málaga, que es el pulmón de todos nosotros. Pensamos en turismo, en nuevos desarrollos y se nos olvida la gente que ya vive aquí, que tiene dificultad para moverse. Cuando voy a Madrid ya no sé a qué hora salir. ¿Qué solución tiene? Parte por tener una única idea, no porque cada uno lance su idea. Al final eso lo que consigue es que perdamos tiempo. Mi sueño es que tengamos una red de transporte público a Málaga.

Yo he vivido en Madrid muchos años y he visto a compañeros que no usaban el coche particular para nada. Y puestos a soñar, el tercer carril. Me da igual la decisión final, pero que se ponga en manos de expertos y que ellos sean los que digan: "Esta es la línea". Y vayamos a por ello.

Analicemos las otras vertientes de la empresa. Algo en lo que coinciden muchos empresarios de la hostelería y de la hotelería es el problema de la mano de obra cualificada.

Diría que está el drama de la vivienda y, por ponerlo al mismo nivel, el drama de la mano de obra cualificada. Nosotros somos pequeñitos, con unos 200 empleados. Lo que ocurre es que en cada línea, como somos pequeños, se agrava el problema.

Ángel, en la entrada del hotel Fay Victoria.

Ángel, en la entrada del hotel Fay Victoria. Álvaro Cabrera

En restauración, la experiencia que tenemos es que hemos pasado de un empleo concebido como algo de paso a que haya gente que quiere enfocar su carrera profesional por esa línea y quiere formarse. Eso es gloria bendita. Pero no tengo la sensación de que la gente que está en hostelería tenga inquietudes por formarse o crecer a nivel profesional. Y eso es un problema. Y ya si hablamos de la construcción.

Eso le iba a comentar. El temor existente en el sector por la falta de mano de obra.

Antes estaban las famosas cuadrillas que podrían venir por proyectos y por obras. Pero dónde se alojan el tiempo en el que dure una obra. En nuestro caso hemos rascado algunas habitaciones del hotel para atender a gente que venga a nuestras obras a trabajar, pero es algo muy acotado.

Siempre se ha hablado de este tema, que era necesario rejuvenecer la mano de obra, pero al final siempre se ha salido adelante. Es evidente que la industrialización tiene que tener cada vez más presencia.

Pero hay oficios que tienen que seguir. Hay que apostar más por la Formación Profesional y que las promotoras y constructoras no compitamos entre nosotros, que nos robemos al personal. Hay que ser profesionales. Hay contratistas muy serios en Málaga, muy profesionales.

El apellido Acha ha estado durante décadas vinculado a uno de los parajes más populares de Málaga capital, los Baños del Carmen. ¿Cómo recuerda ese vínculo?

Con mucha pena porque durante años mi padre y mi abuelo lucharon por hacer un proyecto emblemático en Málaga. El desenlace fue que las administraciones, con distinto color político, no fueron capaces de ponerse de acuerdo. El proyecto que se presentó podía haber sido uno de los mejores de Málaga, junto al de Muelle Uno. Hubiera sido lo más representativo en cuestiones de aportación de valor a la ciudad. Recuerdo aquellos meses de manera positiva, porque eran mis primeras escuchas en el campo profesional. Pero fue una pena que no saliera adelante por la idiosincrasia de la política.

"No tengo la sensación de que la gente que está en hostelería tenga inquietudes por formarse o crecer a nivel profesional. Y eso es un problema"

Recuerdo que se hablaba de recuperar los Baños del Carmen, la parte de tierra y de mar, construir un hotel sobre el viejo lavadero…

Sí, y una zona de ocio, de restauración, un auditorio del aire libre, un espacio deportivo. El hotel hubiera sido un salto adelante para la zona.

El detalle es que los socios privados estaban dispuestos a asumir el coste de esa inversión.

Hablaban de un proyecto de una envergadura tremenda. Recuerdo haber acompañado a mi padre a una reunión con un fondo de inversión porque para abordar la operación era necesario. Hablamos de unos 100 millones de euros. Veía a mi padre contar ese proyecto con pasión, con ilusión. Pensaba que Málaga merecía ese proyecto, que apostase todo lo que tenía a los Baños del Carmen.