Balneario de los Baños del Carmen

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Málaga

Andalucía sigue sin despejar el futuro de Baños del Carmen y Antonio Martín pese a la orden de Bruselas con los chiringuitos

La Junta de Andalucía trabaja en sacar a concurso la concesión definitiva de estos restaurantes, aunque carece de un calendario exacto.

Más información: Ultimátum de Bruselas a España por vulnerar la igualdad de trato en las concesiones de chiringuitos

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La Junta de Andalucía sigue dilatando la decisión final para abrir a concurso público la concesión de dos de los grandes referentes hosteleros de la capital de la Costa del Sol: Baños del Carmen y el antiguo Antonio Martín.

La explotación futura de ambos establecimientos hosteleros queda, obligatoriamente, ligada a la convocatoria de sendos procedimientos de concurrencia pública.

Y ello ante la exigencia planteada por la Unión Europea. Tras varios años tirando de las orejas al Gobierno de España por el procedimiento seguido para conceder autorizaciones administraciones a chiringuitos y restaurantes de playa, meses atrás han endurecido su posición, rechazando los argumentos del Ejecutivo e insistiendo en la obligación de llevar a cabo un procedimiento de selección imparcial y transparente.

El planteamiento supone un cambio radical al modus operandi empleado hasta la fecha. Si bien el impacto de la medida es general, tiene especial repercusión sobre Baños del Carmen y Antonio Martín, locales que están siendo explotados mediante autorizaciones provisionales renovadas por la Administración regional.

Desde la Junta confirman que actualmente ya se está trabajando en la convocatoria de concursos que permitan "adjudicar con una forma jurídica estable" la gestión comercial de estos establecimientos.

Las fuentes, no obstante, ignoran el calendario que se está manejando en el seno de la Consejería de Sostenibilidad Ambiental para ir adelante con este innovador procedimiento, que permitirá cumplir con las exigencias comunitarias.

Pese a la voluntad del Gobierno andaluz de avanzar en este camino, es evidente el retraso en la adopción de la medida definitiva. Hay que recordar que hace más de dos años se apuntaba en esta misma dirección.

Ya a principios de 2023, desde la Administración regional admitían que se estaba sopesando abrir procesos de libre concurrencia para que cualquier empresario interesado pueda presentar sus ofertas para gestionar emplazamientos tan singulares como el de los Baños del Carmen o el restaurante Antonio Martín.

"El tirón de orejas de la Unión Europea abre un escenario completamente distinto", admitían por aquel entonces, defendiendo la idea del concurso abierto como la fórmula ideal para "dar la máxima estabilidad al concesionario, con el objeto de que pueda afrontar cuantas inversiones considere con toda la seguridad".

Más aún, la opción del concurso para el restaurante de los Baños del Carmen ya fue analizada y sopesada por el Gobierno andaluz en 2018, una vez que se dio por caducada la concesión original, otorgada por un periodo de 100 años.

Sin embargo, el amago no llegó a fructificar y desde la Junta se han ido otorgando autorizaciones temporales hasta el momento actual.

Es presumible que en el momento en que se abra la puerta al concurso para explotar los Baños del Carmen la concurrencia de empresas será muy elevada.

De hecho, en los meses previos a que 2022 se adoptara la decisión de ampliar la autorización, hubo varios grupos que mostraron su interés en optar a la concesión. Entre ellos, según indicaron en su día, el propio Antonio Banderas.

En el caso de este histórico negocio, el camino parece quedar condicionado a la obra marítima recientemente licitada por el Gobierno de España, con la que se busca mejorar la seguridad del antiguo balneario y crear una gran playa, y la creación del parque.

La situación de Antonio Martín es más complicada, toda vez que los informes de la Dirección General de Costas plantearon años atrás la demolición de buena parte de la construcción.

La efectividad de esta resolución quedó paralizada ante la posición de la Junta, que ha defendido el mantenimiento del inmueble en su localización actual. No obstante, a ojos de organismo estatal, se hace necesario adaptar la dimensión del negocio hostelero a la superficie autorizable, que es de unos 300 metros (frente a los alrededor de 1.500 que hay construidos).