Droga incautada en la operación Mc Drive.

Droga incautada en la operación Mc Drive.

Málaga

De panaderías gourmet en Málaga a epicentro de una red narco-mafiosa: el imperio oculto de los Ravezzani

La investigación, llamada MC Drive, llevó a la detención de 26 personas y a la incautación de un arsenal. La familia trabajaba entre Milán y la Costa del Sol.

Más información: Crecen las traiciones entre grupos criminales y acaban en tiroteos como el ocurrido en un supermercado en Málaga.

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Entre 2021 y 2022, una mujer abrió dos panaderías gourmet italianas en el centro histórico de Málaga. Como si esa inversión no fuera suficiente, también montó un obrador en el Polígono La Estrella para mejorar la calidad de sus productos.

Los panes y dulces tenían muy buena pinta, pensados para atraer tanto a locales como a turistas. Sin embargo, el negocio no prosperó y cerró en 2024.

Esa no fue la única mala noticia reciente para ella. Esta semana, la policía detuvo a su pareja por orden de la jueza de instrucción de Milán, Tiziana Landoni.

El arrestado es D. Ravezzani, quien se había trasladado a Málaga por amor, aunque esa no es la versión de la Fiscalía Antimafia de Milán tras su última operación antidrogas, liderada desde Lombardía.

La investigación, llamada MC Drive —ya entenderán por qué—, llevó a la detención de 26 personas y a la incautación de un arsenal: cinco fusiles de asalto AK-47, silenciadores, cuatro pistolas semiautomáticas, seis granadas y más de 800 cartuchos de munición de distintos calibres, interceptados en 2021 en un vehículo que circulaba por la vía Rubicone, al norte de Milán.

También se decomisaron 15,5 kilos de cocaína, 457 kilos de hachís, 90 kilos y 150 plantas de marihuana, además de 100.000 euros en efectivo. Estos presuntos narcotraficantes abastecían a otras organizaciones criminales con las tres principales drogas que demanda el mercado.

La Costa del Sol era clave para esta red. Según los investigadores, Ravezzani y su hijo, de poco más de 20 años, tenían contactos con proveedores de droga en Sudamérica y Marruecos, y enviaban pagos mediante el sistema Hawala.

Este método, basado en la confianza, consiste en entregar efectivo en un lugar determinado, para que esté disponible en otro país, sin necesidad de mover físicamente el dinero. Las organizaciones criminales usan este sistema para pagar, sobre todo, droga.

En este caso, su punto de confianza era una tienda china en la calle Via Alfieri de Milán. Allí se entregaban y recogían sumas de dinero usando como clave unos códigos alfanuméricos tomados de billetes de 5 euros. Sin esa clave, no se entregaba nada.

Quien entrega el dinero recibe una contraseña que debe presentar para recogerlo en otro lugar del mundo. Mientras tanto, el intermediario comisiona un porcentaje por la transacción. Según la policía italiana, estos comerciantes chinos ganaron 1,5 millones de euros entre mayo y octubre de 2021.

Los Ravezzani, presuntamente, suministraban droga a figuras como el palermitano Mario Gallo, ya señalado por la policía italiana tras un alijo de 215 kilos de cocaína incautado en el puerto de Livorno en 2017.

A raíz de esa pérdida, el catanés Salvatore Ponzo fue asesinado a tiros frente a la embajada de Italia en Costa Rica, el 23 de mayo de 2018. Aunque era presentado como empresario exportador de piñas, las circunstancias apuntan a otros móviles. Su padre, Maurizio Ponzo, fue condenado en 2020 a nueve años de prisión por tráfico de drogas.

En una sentencia de la Corte Suprema de Casación del 1 de marzo de 2022, se detallan conversaciones interceptadas en las que Ponzo padre culpaba a narcotraficantes sudamericanos por el asesinato de su hijo, debido a una deuda impagada. Salvatore y su socio también pasaban temporadas en Barcelona.

Uno de los indicios de la violencia del grupo ahora desarticulado fue la paliza que propinaron en 2022, en Tenerife, a un compatriota al que acusaban de robar droga. Le exigieron 8.000 euros. Algunos de estos distribuidores o camellos operaban en puntos como los aparcamientos de McDonald's en Magenta o Turbigo, en el oeste de Milán.

Por eso la operación fue bautizada como MC Drive: las transacciones de droga en esos lugares fueron documentadas por los agentes italianos durante su vigilancia.

Según los investigadores, D. Ravezzani se encargaba de la logística del transporte de droga y dinero desde Málaga, mientras que su hijo coordinaba a los correos y a los vendedores de droga que operaban directamente en esas localidades.

Cuando una investigación es asumida por la Fiscalía Antimafia italiana, es porque se presume conexión con clanes mafiosos. En este caso, con la 'Ndrangheta. D. Ravezzani sería un hombre de confianza de Giacomo Cristello, un calabrés con peso dentro del crimen organizado.

Se le interceptó en una llamada con el hijo de Ravezzani, a quien ofrecía apoyo: “Tienes un nombre, eres el eje de tu padre”, le dijo. Eso revela el respeto que Cristello le tiene, algo nada fácil de conseguir de un afiliado de un clan de la 'Ndrangheta.

No es un personaje menor: Cristello intentó unir clanes de la 'Ndrangheta, la Cosa Nostra y la Camorra en Lombardía en una reunión en su finca. En 2015, disparó a su propio hermano durante el velatorio de su padre.

En 2005 fue investigado por instigar un intento de asesinato contra un traficante de drogas, y ahora será juzgado por el caso Hydra, uno de los mayores procesos contra la mafia en la historia de Italia.

Se intenta probar la existencia de una alianza mafiosa en el norte del país, donde Cristello lideraría el clan de Legnano-Lonate Pozzolo, vinculado con el poderoso clan Farao-Marincola de Cirò. Sus hombres serían una especie de filial del clan calabrés, operando cerca del aeropuerto de Milán-Malpensa.