La premiada Rosa Maria Vega Jiménez junto a Patricia Navarro

La premiada Rosa Maria Vega Jiménez junto a Patricia Navarro Francisco Sánchez

Málaga

La Junta de Andalucía da los premios a “Empleada Pública”: “Mi madre hace esto para ayudar a los niños”

Las galardonadas, María Dolores Padial Serrano y Rosa María Vega Jiménez, han aclarado que han dado su vida por su profesión.

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Francisco Sánchez
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En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Junta de Andalucía en Málaga ha celebrado un emotivo, pero a la vez simbólico, acto de reconocimiento a dos mujeres “como la copa de un pino”, cuya entrega y vocación han dejado una huella imborrable en sus ámbitos laborales.

María Dolores Padial Serrano, directora del Centro de Salud El Cónsul, y Rosa María Vega Jiménez, directora del CEIP Nuestra Señores del Rosario, en Cortes de la Frontera. Han sido homenajeadas este miércoles por su dedicación en dos pilares fundamentales de la sociedad: la sanidad y la educación. “Sin ellas no podríamos avanzar”, destacó Patricia Navarro, delegada de la Junta de Andalucía en Málaga. 

Ambas representan el esfuerzo de miles de mujeres que, con un compromiso y sacrificio único, trabajan cada día por el bienestar y el futuro de toda la comunidad malagueña. Navarro se deshizo en elogios hacia la directora del centro de salud: “ha demostrado que liderar un centro de salud no es solo una cuestión de gestión, sino de humanidad”. Ella es directora desde 2020, cada día enfrenta los desafíos de atender a una población diversa, incluida una de las más vulnerables de Málaga, Los Asperones. “Su labor ha sido clave para transformar el centro en un referente en el trato cercano y la sensibilidad hacia los pacientes”, concluía Navarro acerca de la labor de Padial Serrano. 

Durante su escueto, pero intenso discurso, Padial Serrano dedicó todos sus logros a su familia, especialmente a sus padres, quienes lucharon para que pudiera cumplir su sueño de ser médica. Concluyó su discurso con una frase que le ha guiado durante toda su vida en la medicina: “Si puedes curar, cura. Si no puedes curar, alivia. Si no puedes aliviar, consuela. Y su no puedes consolar, acompaña”. Unas palabras que emocionaron, sobre todo a sus hijos, quienes se deshicieron en aplausos a su madre durante el final de su intervención. 

En la otra cara de la moneda se encuentra Rosa María Vega Jiménez, quien ha dedicado su vida a la enseñanza con una vocación inquebrantable, con una energía incansable y una implicación absoluta. Durante su vida ha trabajado en cuerpo y alma para impulsar la educación en un entorno rural donde el reto de evitar la despoblación es constante. Para ella, diciéndolo con una voz entre cortada, cada niño es una oportunidad de cambio y, cada aula un espacio para sembrar conocimiento y valores. 

Recibió con profunda emoción y gratitud el reconocimiento a su labor como maestra, destacando que este honor no solo es personal, sino un tributo al esfuerzo de todas las docentes y mujeres que trabajan cada día por transformar el mundo a través de la educación. Para ella, ser parte de este camino ha significado un crecimiento personal y profesional. Durante su discurso concluyó con una frase que resumía toda su vida: “La enseñanza es la profesión de la que nacen todas las demás profesiones”, dejando claro que para el magisterio hay que valer. 

Las premiadas junto a Patricia Navarro

Las premiadas junto a Patricia Navarro Francisco Sánchez

Su hija, Lucía, expresó con gran emoción el profundo orgullo que siente por su madre, destacando su entrega inquebrantable en la escuela. Reconoció el sacrificio de su madre, quien incluso a costa del tiempo en el trabajo ha perdido tiempo con su propia familia. Con la voz temblorosa y las lágrimas en los ojos, Lucía declaró que su madre ha luchado incansablemente por la educación y por los niños en situaciones difíciles, quien incluso ha dado hasta ropa de sus hijos que ya nos les quedaba bien. Su hija la ve como un ejemplo a seguir, admirando su dedicación y el impacto que ha tenido en la vida de tantos alumnos. 

El evento sirvió también para reflexionar sobre la lucha por la igualdad y la importancia de visibilizar el papel de las mujeres en el sector público. Con más de un 60% de mujeres en la administración, la Junta destacó la necesidad de seguir reconociendo su esfuerzo y garantizando que puedan desarrollarse en condiciones equitativas. Se puso énfasis en la conciliación y en la corresponsabilidad, subrayando que el progreso real solo es posible con el apoyo de todos, hombres y mujeres, trabajando juntos.

Este homenaje no solo destacó la labor de dos mujeres excepcionales, sino que también representó a todas aquellas profesionales que, con su dedicación, sostienen los pilares de la sociedad. La educación y la sanidad son motores de cambio y progreso, y gracias a personas como María Dolores y Rosa María, Málaga avanza hacia un futuro más justo e igualitario.