Cadáver de Valentín Tsvetkov tras ser asesinado.

Cadáver de Valentín Tsvetkov tras ser asesinado.

Málaga

España no es el mejor país del mundo para esconderse de Vladímir Putin

La ejecución de Kuzminov es el primer asesinato extrajudicial que comete Rusia en España.

24 febrero, 2024 05:00

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Con Putin no se juega. Y eso lo debía haber tenido claro el piloto ruso Maxim Kuzminov tras haber desertado en agosto de 2023, y entregado información privilegiada junto un valioso helicóptero militar Mi-8 a Ucrania. Le transfirieron por sus servicios 500.000$ y una nueva identidad ucraniana.

Maxim también propició que sus dos compañeros de vuelo murieran acribillados. La versión rusa achaca a que el propio Kuzminov mató al ingeniero de vuelo y al copiloto antes de aterrizar en Járkov. Los ucranianos dicen que los mataron ellos tras no rendirse, porque no tenían ni idea del plan inicial de Kuzminov y no estaban de acuerdo con él.

En cualquier caso, Maxim era un hombre muerto para Rusia. Ucrania le ofreció cobijo en su país, pero él decidió venir a España a principios de diciembre según la propia inteligencia ucraniana. Nuestro Gobierno, a través de la Ministra de Defensa Margarita Robles, se ha descargado de responsabilidad sobre la seguridad del piloto porque, dicen, que no se tenía comunicación de la presencia de Kuzminov en España.

El 13 de febrero unos sicarios lo acribillaron a tiros mientras se disponía a salir de su garaje en la calle Marinada de la urbanización La Cala en Villajoyosa (Alicante). A los días de conocerse que Maxim Kuzminov portaba documentación falsa, Rusia a través de Sergei Naryshkin dejó claro que sus servicios de inteligencia habían cometido este asesinato extrajudicial.

Era un claro objetivo con el que ofrecer una acción ejemplarizante si por casualidad algunos de sus soldados pretendía desertar como él de la invasión de Ucrania. Naryshkin es el jefe de los servicios secretos rusos en el exterior, y afirmó “este traidor y criminal se convirtió en un cadáver moral en el momento en el que planeó su sucio y terrible crimen”. Por la forma de cometerse el delito, en el que unos sicarios han utilizado armas de fuego, quizás en otra ocasión Rusia habría intentado conectar a Kuzminov con el crimen organizado. Pero esta vez no era necesario. Dmitri Medvedev, expresidente ruso y actual líder del Consejo de Seguridad, recalcó aún más la responsabilidad de sus servicios secretos. Por si alguien dudaba.

A la pregunta de una interlocutora sobre los hechos sucedidos en el Levante español respondía con un “al perro, una muerte de perro”, y al repreguntarle “¿Sin importar quién lo haya dicho? contestó tajante: “Ya lo he dicho todo”. Le faltó decir “a buen entendedor, una bala en la cabeza”, pero se contuvo.

Con toda probabilidad el piloto ruso eligió uno de los dos peores destinos que puedes escoger en nuestro país si pretendes pasar desapercibido para el personal de Putin. Uno es Marbella, y otro Alicante. En Marbella, por poner un ejemplo, la exmujer del presidente ruso tiene viviendas, y las principales organizaciones criminales rusas tienen una presencia dilatada en el tiempo. Y eso quiere decir que tienen ojos en todas partes. La ejecución de Kuzminov es el primer asesinato extrajudicial que comete Rusia en España, no así en Europa donde sus servicios secretos han atentado en varias ocasiones contra espías propios, disidentes y oligarcas que no estaban ya del lado oficial de Putin. Lo más parecido a lo ocurrido en Villajoyosa y que tiene relación con Marbella sucedió en 2002 cuando ejecutaron a tiros en pleno centro de Moscú a Valentín Tsvetkov.

El señor Tsvetkov fue desde 1996 a 2002 el gobernador de la región de Magadán, situada en el Lejano Oriente ruso y bastante al norte. Es conocida esta zona de Rusia por sus bajas temperaturas y sus productos pesqueros incluido el buen caviar. A Tsvetkov lo asesinaron en la importante avenida Novy Arbat moscovita. Los sicarios lo esperaron mientras se dirigía a la oficina de su región en la capital rusa, y le dispararon en la nuca. No tuvo posibilidad de defenderse, y no llevaba escolta. Las razones del asesinato se suponen que fueron por promocionar la minería de metales preciosos en Magadán, y sobre todo por la producción de oro.

Así que creó una institución pública que también comercializó con estos metales, y distintas voces de la administración rusa avisaron de la corrupción sistemática de esta entidad. También se habló de una mafia de la pesca. A día de hoy, no se sabe quién ordenó este asesinato de alto nivel en Rusia. Lo que sí se sabe es que dos de los siete implicados directos en este asesinato fueron detenidos en Marbella en 2006. Con nacionalidad Armenia-rusa, Martin Babakesyan, y el otro implicado fue el ruso Alexander Zakharov. Vivían con documentación falsa en dos apartamentos de lujo marbellíes muy cerca el uno del otro. Estas dos personas fueron condenadas el 21 de febrero de 2011.

El Tribunal de Moscú sentenció a Alexander Zakharov a 17 años de prisión, y a Martin Babakekhyan, que fue reconocido como el organizador del asesinato del gobernador, a 19 años cárcel. En esa época los funcionarios de enlace rusos ya admitían que a los criminales de su país les encantaba de España especialmente Málaga y Alicante. Poco ha cambiado de aquello.

Maxim Kuzminov vivía cerca de establecimientos donde acuden bastantes compatriotas, pero según los vecinos prefería acudir a locales españoles. Por precaución. Su cara había estado en toda le prensa ucraniana, y en Rusia se emitió un reportaje en la principal cadena de televisión donde se explicaba su deserción. En el documento audiovisual las fuerzas especiales del servicio secreto ruso afirmaron sobre Kuzminov que “no viviría para ver el juicio”. Para Kuzminov cruzarse en un ascensor con tipos como Zakharov, ese que fue detenido en Marbella, significaba su sentencia real de muerte.

El espía de la KGB Aleksandr Litvinenko lo advirtió antes de morir envenenado por sus propios colegas con polonio 210 en Londres tras, entre cosas, colaborar con la Justicia Española para desmantelar uno de tantos clanes de la mafia rusa. «En el extranjero, la mafia rusa y los servicios secretos del Kremlin son la misma cosa. Pasa en todas partes, especialmente en España ». Esa afirmación sigue estando en vigor.