En Málaga hay 187 pisos en alquiler de menos de 40 metros cuadrados, la mayoría en la costa. Para comprar, las opciones se amplían hasta las 606 y se extienden por algún otro punto de la provincia. Una de esas ofertas publicadas en el portal inmobiliario Idealista dice así: “Estudio de 30 m² con capacidad para 2 personas (...) situado en la planta baja a pie de calle de un edificio de nueva construcción con ascensor en el céntrico barrio de Fuente Olletas. (...) Espacio abierto con una cocina americana completa (...) zona de comedor, sofá y dormitorio con cama tamaño queen size”. Incluso llega a destacar que ofrece “terraza -solarium compartida con otros apartamentos situada en la azotea del edificio”.

En las imágenes que adjunta, se vislumbra un habitáculo con una decoración sumamente cuidada. Los encuadres de cada fotografía casi logran trasladar la sensación de que hay estancias espaciosas y diferenciadas, pero solo hay que afilar un poco la mirada para darse cuenta de que el salón, la cocina y el dormitorio son solo una, que entre la cama y el sofá tan solo hay una pequeña mesa con un televisor de separación o que en la cocina no queda espacio libre ni siquiera para colocar un plato entre el fregadero, el microondas y la diminuta vitrocerámica. El precio de alquiler es de 1.500 euros al mes. 

Este es uno de los 10.568 hogares de 30 metros o menos que hay en la provincia, según los últimos datos publicados en censo de población y viviendas del INE, una estadística que se actualiza cada 10 años. En esta última década, este tipo de hogares ha aumentado un 260%, en concreto, en 2021 había 7.633 pisos más que en 2011. 

Estos micropisos suelen ser una solución para personas que buscan vivir solas y que tienen un sueldo medio relativamente estable. En la capital, es posible encontrar bajos de poco más de 30 metros cuadrados en Puerta Blanca por 750 euros, en El Cónsul por 600 o en La Mosca por 500 euros. De hecho, los cambios demográficos son uno de los factores a tener en cuenta a la hora de contextualizar el urbanismo de cualquier ciudad y en Málaga, como en muchas otras de España, hay cada vez más hogares unipersonales y los familiares cuentan con menos miembros que hace tan solo unas décadas. 

Es el caso de Juan (nombre ficticio). Hace unos años decidió comprarse un piso cerca del centro histórico de Málaga pero, al ver el tamaño que tenía, pensó que era suficiente como para partirlo en dos, uno para vivir él y otro para alquilar. Aunque no existan datos al respecto, de este ejemplo y del análisis de las ofertas publicadas en los portales inmobiliarios se deduce que la mayoría de estos micropisos no son de nueva construcción, sino que provienen de inmuebles más grandes que se han dividido o de bajos y locales comerciales.

De hecho, en la mayoría de estas viviendas vive solo una persona, en el 27,5% conviven dos, en el 12,7% tres y 10,8 cuatro o más. 

Málaga es la tercera provincia donde más micropisos hay, solo por detrás de Madrid y Barcelona. La capital concentra el 25,8% del total de este tipo de hogares, la ciudad condal el 17% y Málaga el 6,5%, aunque el incremento en la última década ha sido especialmente patente en las dos últimas, con un 315 y 260% respectivamente frente al 202% de Madrid. 

Estos datos invitan a intuir que se trata un fenómeno que llega a grandes ciudades o urbes en crecimiento, con una densidad de población exponencialmente creciente en sus centros urbanos y con límites de suelo. Por eso, la opción de dividir una vivienda en varios micropisos está ganando adeptos, sobre todo en términos de rentabilidad, como subrayan muchas de las ofertas de compra publicadas en Idealista. “IDEAL INVERSORES -> Perfecta ubicación con la mejor rentabilidad en alquiler turístico de toda Málaga (en torno a 2200-2400€ por mes NETO)”, se puede leer en un portal inmobiliario sobre un bajo de 32 metros cuadrados ubicado en el Soho que está en venta por 210.000 euros. 

Pese a todo, esta práctica tiene sus límites en la normativa. En el caso concreto de la capital, el PGOU señala que “cualquier unidad urbana con superficie útil menor de 30,5 m², o que no cumpla los requisitos dimensionales y de estancias indicados no tendrá la consideración de unidad residencial, siéndole de aplicación la normativa de uso terciario (despacho u oficinas)”. Es decir, que para dividir un inmueble en varios, al menos, cada uno de ellos debe tener 30,5 para ser considerado legalmente un hogar. 

MÁS VIVIENDAS PEQUEÑAS

El incremento de los micropisos en un síntoma del cambio en el modelo de los hogares en Málaga. Aunque son este tipo de inmuebles los que más han crecido en la última década, los datos del INE permiten dibujar una provincia en la que cada vez las viviendas son más pequeñas.

Las que tienen entre 30 y 45 m² se han casi duplicado entre 2011 y 2021, pasando de 22.910 a 41.771, un 82,3% más, de forma muy semejante a las que tienen entre 46 y 60 m², se han incrementado un 74,6% en última década con 43.728 inmuebles que elevan el total hasta 102.353. Las que van de los 61 a 75 m² también han subido, pero de forma menos acentuada (un 30,5%). 

Por contra, son las viviendas de entre 76 y 90 metros cuadrados (-31,8%), entre 91 y 105 (-2,5%) y entre 106 y 120 m2 (-12,7%) las que han descendido en número en la última década.

En una órbita paralela parecen estar, por su parte, los grandes inmuebles de más de 120 metros cuadrados. Los que llegan hasta los 150 m2 han aumentado desde 2011 casi un 9%; los que van de 151 m² a 180, un 15,7% y los que abarcan más de 180 m², un 6,7%. 

Con todo, atendiendo a las viviendas totales, en la provincia las más habituales son las que tienen entre 61 y 75 m2 (23,8%), seguidas de las que van entre los 76 y los 90 m2 (18,7%) y las que cuentan con entre 91 y 105 m2 (12,8%).