Los bares tienen que ajustarse.

Los bares tienen que ajustarse. Telemadrid

Sociedad

Una camarera habla claro ante las quejas por la subida de precios en Madrid: "Pese a todo he bajado lo que cuesta el café"

Debido a la subida generalizada de precios en verano, muchos negocios se ven obligados a ajustar sus tarifas para que sigan siendo accesibles.

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"Hemos notado un incremento en la compra, pero nosotros a pesar de todo hemos bajado los precios del café". Así explica una camarera de Madrid la dificultad que vive con su negocio este verano, donde dar los desayunos cada vez es más complicado.

El último informe del IPC confirma lo que muchos notan en el bolsillo. Las materias primas se encarecen y, en consecuencia, la energía y los carburantes han impulsado al alza la inflación.

Con respecto al año pasado, el chocolate ha subido un 21,6%, el café un 19,8%, los huevos un 18,3% y la carne de vacuno un 15,1%. Unas cifras que, aunque generales, provocan un impacto directamente en bares y restaurantes, donde cada subida obliga a replantear menús, precios y ofertas a diario.

Tapas de carne con tomate y Calamares fritos.

Tapas de carne con tomate y Calamares fritos. EFE / Carlos Barba

Sin embargo, en el caso de esta cafetería de la capital, la estrategia ha sido distinta a la de otros locales. Según explica su camarera en Telemadrid, para ellos lo importante es que la gente pueda seguir viniendo a desayunar sin que se le dispare el gasto.

Una decisión de bajar el precio, con la que demuestra que su intención es mantener el negocio de toda la vida, cuidando a sus clientes habituales y atrayendo a nuevos que buscan opciones asequibles.

Y parece que el esfuerzo no pasa desapercibido. A las puertas del negocio, uno de sus clientes lo deja claro: "Vengo especialmente a esta cafetería porque está a un euro el café".

Y es que cuando ves este precio en Madrid, lo mejor es no dejarlo pasar. En otros bares de la zona, un café ya ronda los 2 euros o incluso 2,80 euros, lo que convierte la diferencia en algo más que simbólico para quien lo toma a diario.

Un hombre tomando un café capuchino y un zumo de naranja en una cafetería.

Un hombre tomando un café capuchino y un zumo de naranja en una cafetería.

Pero mantener ese precio tiene un coste. La camarera reconoce que las subidas en la compra se notan en la caja y aunque no todo ha aumentado en la misma proporción, el café es uno de los más caros de reponer.

Aun así, han decidido absorber parte del incremento para no trasladarlo por completo al cliente. Los usuarios lo agradecen, y no solo por el precio.

Y es que tras tantos años detrás de la barra, muchos destacan el trato y la sensación de familiaridad, algo que, sumado a la ubicación, convierte la cafetería en un gran punto de encuentro.