No todo el mundo puede permitirse salir de la capital.
Un vecino de Madrid arremete sin filtros contra las vacaciones en agosto: "Está todo carísimo, no se puede ir por ahí uno"
Muchos españoles reniegan hacer viajes en sus días de descanso debido a los altos precios ante los que se encuentran cuando van a reservar la experiencia.
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Agosto ya está aquí y, como cada año, muchas personas intentan desconectar unos días. Pero para muchos, eso ya no es tan fácil. "Está todo carísimo, no se puede ir por ahí uno de vacaciones. Estamos castigados", dice un vecino de Madrid, cansado de ver cómo todo sube menos su sueldo.
Y no es el único que lo piensa. Cada vez más gente siente que salir unos días se ha vuelto un lujo. Y es que solo hay que echar un vistazo a los precios.
Pasar una semana en la playa, en un hotel normalito o un apartamento de alquiler, puede costar más de mil euros. A eso hay que sumarle los gastos de gasolina, comida, actividades… Al final, es tanto dinero que muchas familias directamente ni se lo plantean.
No todos pueden soportar los precios.
Son muchos los que prefieren quedarse en casa a descansar y ahorrar lo poco que tienen. Sin embargo, tal y como relata otro madrileño a Madrid Total, ya no "disfruto ni quedándome en Madrid en verano, porque todo sigue igual de caro".
El enfado de este vecino que habla en Telemadrid refleja el sentir de muchos. Y es que vivir en la capital cuesta cada vez más, y salir unos días para descansar, como se hacía antes, se ha vuelto algo que solo unos pocos pueden permitirse.
"No se puede ir por ahí uno", insiste, señalando lo caro que está todo, desde los alojamientos hasta una simple comida en un chiringuito.
Mientras tanto, los que sí pueden permitirse vacaciones este fin de semana ya llenan las playas y las terrazas de muchas zonas de España. Sin embargo, la otra cara del verano está en quienes se quedan, no por gusto, sino porque no les queda otra.
Varios viajeros en la terminal 4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas
Agosto sigue siendo sinónimo de vacaciones para quienes saben que este mes significa sol y descanso, mientras que para otros, es calor, trabajo y frustración.
La ciudad se queda medio vacía, pero no todos se han ido por placer. Muchos, como este vecino, solo pueden mirar desde casa y pensar que, un verano más, les ha tocado quedarse.
