El CEO de Grupo Ardosa habla sobre la situación de los bares en verano.

El CEO de Grupo Ardosa habla sobre la situación de los bares en verano. Cedida

Sociedad

Víctor Díaz, hostelero de Madrid: "El cliente de esta época es más turista extranjero, con poca paciencia en general"

El CEO de Grupo Ardosa confiesa que el verano es una etapa dura para la hostelería, ya que cuando el calor aprieta, las mesas se encuentran vacías.

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Los veranos en Madrid no son fáciles. Las altas temperaturas, que muchas veces superan los 40 grados, convierten la ciudad en un horno del que muchos intentan escapar. Pero no todos pueden hacerlo.

Víctor Díaz, hostelero con varios locales en la capital, vive este desafío desde dentro. Al frente de espacios como la sidrería Casa Hortensia, Bodega de la Ardosa, Casa Baranda o el Bar Sidi, Díaz observa cómo el calor impacta no solo en los clientes, sino también en su propio equipo y negocio.

"Al carecer de terrazas en nuestros locales, sí se nota la disminución de público, que se agrava con las cartas que son muy contundentes y estacionales", explica. Y es que en una ciudad donde los locales con terrazas se llenan y los que no tienen se vacían, la diferencia es notable.

Además, el tipo de comida que se sirve en algunos de sus restaurantes no siempre acompaña las altas temperaturas. Platos tradicionales, de cuchara, muy bien valorados el resto del año, pierden atractivo cuando el calor aprieta.

Sin embargo, no solo pasa en los restaurantes, la bajada de clientes también se siente en los bares con "un descenso del 20% de público". Un fenómeno que según confiesa este experto en el sector, no es nuevo, pero sí parece más acusado cada verano.

Además, tal y como detalla Díaz a Madrid Total, el perfil del comensal también ha cambiado. "El cliente de esta época es más turista extranjero, tienen poca paciencia en general", dice.

Los turistas llegan buscando sombra, bebida fría y atención rápida, lo que obliga a los hosteleros a ajustar su forma de trabajar para mantener el nivel de calidad y servicio al que parece que están acostumbrados.

Pero hay que saber que aquí no es así y que el calor no solo afecta al público. Detrás de la barra y en las cocinas también se sufre. "El calor agota al equipo y hay que tomar medidas para contrarrestarlo", comenta Díaz con contundencia.

Y es que para él, eso significa reforzar las máquinas y buscar fórmulas que hagan más llevadera la jornada laboral, tanto para sus empleados como para los clientes.

"Refuerzo los sistemas de refrigeración y creo ofertas veraniegas más atractivas", resume, explicando algunas de las estrategias que están implementando en muchos de sus locales.

Pues, el verano en Madrid plantea un reto serio para muchos negocios de hostelería que no cuentan con terrazas o cuya oferta gastronómica no está pensada para esta época del año.

Es por ello, que Víctor Díaz, CEO de grupo Ardosa lo afronta con realismo y trabajo, buscando adaptar sus locales sin perder su esencia. Porque, aunque el calor apriete, la pasión por su sector sigue ahí, y en cada rincón de Madrid, siempre hay un bar esperando resistir el verano un año más.