El parque de la Quinta de Molinos, en Madrid.

El parque de la Quinta de Molinos, en Madrid. Comunidad de Madrid

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El bonito parque a media hora del centro de Madrid premiado por Ayuso: con 30ha y famoso por sus almendros y molinos

Este increíble y poco conocido rincón de la capital ha sido declarado Bien de Interés Cultural por su valor cultural y artístico y por su tradición histórica.

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Madrid es una ciudad que tiene impresionantes rincones escondidos. Hace falta ser un gran experto en su historia y su tradición para conocer la mayoría de ellos, ya que muchos pasan desapercibidos incluso para los que llevan toda la vida residiendo en la capital.

Algunas de sus maravillas se hacen realidad en forma de inconmensurables edificios. Colosales construcciones que hacen referencia a los diferentes estilos que han ido modelando una ciudad única. Sin embargo, otros simplemente son enclaves naturales repletos de belleza ideales para perderse.

Y es que Madrid, como muchas personas saben, se podría considerar la ciudad de los parques. La capital de España esconde entre sus fronteras y sus muros algunos rincones verdaderamente preciosos, sobre todo en épocas de floración.

Uno de los ejemplos más llamativos y destacados es el parque de la Quinta de los Molinos, situado en uno de los distritos más castizos de la capital. Se encuentra en San Blas-Canillejas, por lo que podríamos decir que se sitúa a solo 30 minutos del centro.

Ahora, ha sido reconocido por su incomparable belleza. Y es que el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha decidido declararlo Bien de Interés Cultural, aumentando así la protección sobre una zona que podría ser uno de los espacios verdes más bonitos de toda la localidad.

¿Cómo es el parque Quinta de los Molinos?

La Comunidad de Madrid ha elevado a este parque a la categoría de Patrimonio Histórico "por su valor paisajístico, urbanístico y botánico". Esta es una medida que lo que pretende es protegerlo de los desarrollos urbanísticos del futuro.

Forma parte del histórico eje de quintas y es admirable por sus jardines, sus impresionantes construcciones y por su reconocible sistema hidráulico. Además, ha visto paso a paso la evolución de Madrid durante décadas.

A pesar de estar en uno de los barrios de Madrid donde predomina la construcción antigua, cuenta con un gran tamaño, ya que tiene casi 30 hectáreas de terreno. Por ello, es el lugar perfecto para presenciar en directo el espectáculo de la floración de los almendros.

Su origen se remonta a los años 20 del siglo pasado. El arquitecto César Cort Botí, discípulo de Arturo Soria y exconcejal de Madrid, adquirió la finca donde se sitúa y levantó allí las primeras edificaciones. Y en 1925 se construyó su famoso palacete de estilo secesión vienesa. Poco después llegó otro de sus icónicos edificios como es la Casa del Reloj.

En aquella época se trataba de una zona de carácter residencial, especialmente por su lago artificial, el cual invitaba claramente a ello en las épocas de mayor calor. Sin embargo, este catedrático de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid aplicó en su propiedad un concepto propio que dibujaba una transición entre el campo y la ciudad.

Durante años fue su residencia de verano y en él se plantaron cultivos como olivos, diferentes árboles frutales y almendros, los cuales son su valor identificativo actual. Cort murió en 1978 y cuatro años más tarde sus herederos llegaron a un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid para ceder 20 hectáreas del mismo.

Fue en ese momento cuando se convirtió en parque público, integrándose en el catálogo de jardines históricos. Y cuando sus elementos más rimbombantes se hicieron elemento diferencial. Desde sus molinos de viento metálicos llegados desde Estados Unidos hasta su pista de tenis con gradas de césped.

Y en verano se convierte en un lugar de parada obligatoria gracias a sus fuentes y estanques, los cuales forman parte del sistema de riego original. Debido a su belleza se ha convertido en un lugar habitual de rodaje de películas y series. Desde La favorita 1922 hasta La que se avecina pasando por producciones fotográficas y otros eventos artísticos.