Casa de comidas Amparo 1948, en Alcobendas, con un menú del día a 49 euros.

Casa de comidas Amparo 1948, en Alcobendas, con un menú del día a 49 euros. Casa Amparo

Ocio

Madrid recupera las casas de comidas, pero pagando el doble: la nueva tendencia 'gastro' en la que unas lentejas cuestan 24€

El nuevo concepto de restaurantes ofrece menús del día a 40 euros y precios elevados que evidencian que lo tradicional se ha convertido en un lujo.

Más información: El menú del día a 13 euros con 30 platos caseros a elegir en esta casa de comidas escondida en Madrid: "Siempre está lleno"

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Todos sirven platos deliciosos, pero en ninguno te gastas menos de 30 euros por comensal. Mientras antes, las casas de comidas eran restaurantes en los que comer bien, casero, pero sobre todo económico; ahora, bajo la aclamada demanda de los madrileños de volver a la cocina de siempre, del chup-chup, de la que hacían las abuelas a fuego lento, han regresado a la capital, pero dentro de una nueva tendencia gastronómica de doble filo.

Hemos llegado a un punto en Madrid en el que lo tradicional es un lujo. La subida del precio de las materias primas, los alquileres desorbitados, la inflación... y ver que, aunque los precios sean más elevados, siguen llenos igualmente; hacen perder la esperanza de que en Madrid abran restaurantes buenos y baratos. A su vez, la cara oculta de esta subida de precios es el cierre de infinidad de restaurantes.

Las casas de comidas también solían ser negocios familiares o con una gestión muy personal y humilde. Ahora, se han animado a 'copiar' el concepto imperios gastronómicos como grupo Barbillón Family & Corp. o el grupo del chef Rafa Zafra.

Casa de Comidas de Rafa Zafra en el NH.

Casa de Comidas de Rafa Zafra en el NH. Cedida

Este último presentó una de las aperturas más recientes a la que llamó Casa de Comidas. El ex jefe de cocina de El Bulli, con dos estrellas Michelin en uno de sus restaurantes, inauguró el pasado año un espacio en el que recuperaba "el recetario tradicional" para "recrearlo en el hotel con un toque más de vanguardia y fresco", contó Rafa Zafra a Madrid Total días antes de la inauguración.

Casa de Comidas abrió en el hotel más gastronómico de la capital, el NH Collection Madrid Eurobuilding, donde se encontraba Domo by Paco Roncero, pasando así a ser vecino de, ni más ni menos, DiverXO de Dabiz Muñoz y el famoso restaurante de comida japonesa 99 sushi bar. Por un lado, en el lobby del hotel inauguró a la vez un espacio más informal, el Bikini Bar, donde se sirven bikinis, entrepanes y cócteles.

En febrero de 2024 pasó a formar parte de los recomendados de la Guía Michelin, por su propuesta elaborada con el mejor producto de temporada con un ticket medio de 50 euros. Entre ella destacan sus sabrosos guisos tradicionales, como las lentejas estofadas con foie y chipirón, que cuestan 24 euros, cuando la media suele rondar los 8 y 15 euros por plato.

Por otro lado, la propuesta más reciente del grupo Barbillón Family & Corp. —abierta en marzo de este año en el Golf Park de Alcobendas— ha sido Casa de Comidas Amparo 1948.

Los hermanos Curro y Kike Sánchez del Amo, han querido rendir tributo a su madre, Amparo, con manteles de cuadros y decoración castiza, y sirviendo platos como callos con garbanzos, lentejas con chorizo, potaje de vigilia, croquetas de puchero, albóndigas caseras o tarta de la abuela.

En esta casa de comidas, el ticket medio parte de los 30 euros, y su menú semanal cuesta 39 euros por persona.

Tal vez, el que más se ganó el título de casa de comidas en un principio fue Rambal, que abrió el pasado año en Lavapiés y consiguió un Solete Repsol en sólo cuatro meses. En restaurante apostó por parecerse realmente a una auténtica casa de comidas con manteles de cuadros en las mesas y un único menú del día a 14,90 euros.

En cambio, a los dos meses, lo subieron: "El precio de nuestro menú asciende a 17,90 euros de martes a viernes y los fines de semana a 24,90 euros. A 14,90 no era viable por el coste de la materia prima", comentaba por aquel entonces a Madrid Total, Playo Escandón, propietario junto con el chef Narciso Bermejo.

El prestigioso chef Diego Guerrero, representando a la Guía Repsol, a punto de tomar la ensalada de San Isidro que preparan el chef Narciso Bermejo (dcha.) y el periodista Pelayo Escandón (izda.) en su nuevo restaurante Rambal.

El prestigioso chef Diego Guerrero, representando a la Guía Repsol, a punto de tomar la ensalada de San Isidro que preparan el chef Narciso Bermejo (dcha.) y el periodista Pelayo Escandón (izda.) en su nuevo restaurante Rambal. Alfredo Cádiz Guía Repsol

Actualmente, ha ascendido a 25 euros entre semana, y sábados y domingos su precio se incrementa 10 euros, según los últimos datos con los que cuenta este diario.

Con apenas unos meses de vida, Caja de Cerillas, en el barrio de Chamberí, ha enamorado por su cocina tradicional a los madrileños. Sus famosas judías verdes, su tajada de bacalao en honor a Casa Labra y otros platos castizos, además de las pequeñas dimensiones del local, han provocado que la gente lo empiece a considerar una casa de comidas.

Las famosas judías verdes de Caja de Cerillas.

Las famosas judías verdes de Caja de Cerillas. M. L.

Su lista de espera un viernes (sólo abre entre semana) es hasta el mes de septiembre. El ticket medio es de 50-60 euros por comensal. Por eso, para su fundador, Enrique Valentí, Caja de Cerillas no es una casa de comidas, sino un restaurante. "A mí no me gusta que lo llamen así. Es un adjetivo que está utilizando la prensa. Nosotros nos autotitulamos restorán. La nomenclatura es diferente y ponemos comida cotidiana", defiende.

Además, en los últimos meses, decenas de restaurantes han llegado a la ciudad para homenajear el legado familiar, el recetario tradicional y el calor del hogar. Aunque no se consideran casas de comidas, sino más bien bistrós o restaurantes, como Julita, un proyecto de restaurante-cafetería dirigido por los chefs Javier de Juanas y Laura Ilarraza o el nuevo Tribeca Bistró, de estilo neoyorquino, en el que Pepe Catà y Diego Santa Rosa intentan recuperar las recetas clásicas europeas junto a la Puerta de Alcalá; entre otros.

Julita.

Julita. Julita

Sea más caro o más barato, la respuesta está clara: los madrileños están dispuestos a pagar lo que sea para volver a comer como antes y las nuevas casas de comidas ya no se las puede permitir cualquiera.