
Vistas del pueblo de Roblelacasa. iStock
El bonito pueblo a menos de 2 horas de Madrid famoso por sus cascadas y sus casas negras: ideal para una escapada rápida
Este municipio en el que viven apenas 30 habitantes es conocido por su impresionante valor natural y por tener un estilo arquitectónico único.
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Es difícil elegir cuál es la zona más bonita de España. Para algunos será Galicia, con sus bosques verdes, sus playas frías y su rico marisco. Otros preferirán huir del Atlántico, pasar de Asturias y País Vasco, y adentrarse en la belleza de zonas como Cataluña. O incluso bajar al sur a disfrutar del color único de Andalucía. Sin embargo, en lo que todos podemos estar de acuerdo es que una de las regiones más infravaloradas es Madrid y todo el centro peninsular.
Tanto en la Comunidad como en zonas como Castilla-La Mancha o Castilla y León hay rincones maravillosos que muchas veces nos pasan desapercibidos. Pueblos preciosos que están rodeados de impresionantes parajes naturales. Muchos de ellos con particularidades únicas, que no se pueden presenciar en ninguna otra parte del país.
Por ello, solo los viajeros más expertos conocen las maravillas de pueblos como Molina de Aragón, Zafra o Brihuega como si fueran las playas de Muro, de La Concha o de Las Canteras, por citar algunas de las más bonitas y famosas de España. Sin embargo, aún para los más expertos sigue habiendo rincones que todavía son desconocidos.
Es el caso de Roblelacasa, uno de los pueblos que destaca la publicación especializada National Geographic. Un municipio diminuto, pero lleno de encanto y belleza y que además cuenta con una serie de particularidades que lo hacen único en el mundo. Pero lo mejor de todo es que es la opción perfecta para una escapada rápida desde Madrid, ya que estamos a menos de dos horas.
Este pueblo es famoso sobre todo porque forma parte de la llamada lista de pueblos negros, marcados por su arquitectura donde el elemento principal es la pizarra que dota de tonos sombríos y oscuros a la mayoría de las calles de este municipio tan singular. Un colorido que contrasta con la viveza que desprende la naturaleza que rodea a este pueblo en el que tenemos mucho que ver a pesar de su pequeño tamaño.
¿Cómo es el pueblo de Roblelacasa?
España es el país con el mejor clima del mundo. También con la mejor gastronomía. Y con las playas más impresionantes. Sin embargo, uno de los aspectos más infravalorados de nuestro territorio son esos bonitos pueblos como Roblelacasa. Y es que algunos de ellos marcan profundamente la diferencia.
En este caso, este pequeño municipio de la provincia de Guadalajara destaca por muchos aspectos únicos. El primero de ellos, sus diminutas dimensiones, ya que solo cuenta con 30 habitantes. De hecho, se considera una pedanía de Campillo de Ranas. Y está situado en uno de los enclaves más bonitos de la famosa sierra de Ayllón.
Se trata de un pueblo casi abandonado y con muchas casas vacías donde la arquitectura a base de pizarra dibuja una tonalidad sombría que es una de las grandes señas de identidad de este municipio. Sin embargo, algunos vecinos siguen aferrados a esta pequeña porción de tierra en mitad de la naturaleza, perfecta para el turismo rural, para los deportes al aire libre y para alejarnos del ruido de las grandes ciudades.
Este pueblo tiene una distribución y una organización poco definida, ya que las casas se sitúan en aquellas zonas donde más sencillo es construir, compartiendo eso sí huertos y cuadras. Todas cuentan con fachadas con lajas de pizarra extraídas de las canteras cercanas y con algunos detalles de madera.
Aunque lo más impresionante de este pueblo no lo hemos visto aún, ya que son sus impresionantes cascadas. El municipio cuenta con una de las rutas más bonitas de España, la de la cascada de Aljibe, también conocida como los pozos de Matallana. La particularidad de esta cascada reside en su formación natural, basada en varias pozas conectadas.
En total son dos saltos de agua de entre 10 y 12 metros. Se trata de una escalera fluvial con un par de balsas que hacen las veces de aljibes, de ahí su nombre, y que todos los veranos se convierten en un lugar de peregrinación de cientos y cientos de turistas. Por ello, ahora es el momento perfecto para poder visitarlas. Las agradables temperaturas y las precipitaciones recientemente caídas permiten verlas en todo su esplendor.
Además, están rodeadas de valles con un festival de colores, ofreciendo la primavera en su máxima expresión. Por si fuera poco, su belleza llega antes a nuestros oídos que a nuestra vista, ya que a medida que nos acercamos podemos escuchar el canturrear del agua cristalina entre los saltos en un sonido completamente único.
El recorrido desde Roblelacasa implica seis kilómetros de caminata entre ida y vuelta, por lo que es asequible para la mayoría de los visitantes. Solo hay que seguir el sendero del Camino de Matallana. Al llegar al Arroyo de Soto hay un puente que nos permite elegir desde donde contemplamos mejor este paraje tan impresionante. Esta ruta también se puede realizar desde El Espinar, aunque es un poco más larga y exigente.