El monumento de Madrid que todos conocen y que nadie sabe su significado: esconde una de las mayores riquezas de España

Madrid es una de las ciudades más bonitas del mundo. Así lo dicen las personas que se pierden entre sus maravillosas calles. Pero también aquellos expertos que valoran la calidad urbanística de la gran urbe, la distribución de sus edificios e incluso la espectacularidad de sus monumentos. Y uno de los más representativos y admirados es el Banco de España.

Esta colosal construcción situada en la plaza de Cibeles forma un grupo de edificios y monumentos impresionantes que dibujan uno de los enclaves más representativos de la capital. Un lugar por el que sin duda todos hemos pasado alguna vez. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que cuando circulan por ahí lo están haciendo por uno de los monumentos más misteriosos de Europa.

Y es que lo que se esconde bajo él es una auténtica joya. O mejor dicho, el cofre que esconde una de las joyas más valiosas de nuestro país. Y es que junto a la plaza que tiene una de las fuentes más emblemáticas de España está una de las estructuras más y mejor protegidas del mundo. Una auténtica maravilla en forma de fortificado que protege ese gran tesoro.

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Esta zona de Madrid, marcada por su suelo adoquinado, parece permanecer tranquila en su superficie, ajena a todo el entramado que se teje a decenas de metros de profundidad. Esta fortaleza de la que hablamos no es otra que la cámara acorazada del Banco de España. Unas instalaciones que, aunque muchas personas no lo crean, se encuentran a unos 35 metros de profundidad.

A pesar de que fue ideada y construida en los años 30 del siglo XX, lo cierto es que cuenta con un sofisticado sistema de seguridad que emplea las más modernas tecnologías. Además, está rodeada por un laberinto infinito de pasillos, calles y recovecos que hacen casi imposible orientarse por él. Y es que cualquier medida es poca para proteger las más de 200 toneladas de oro que allí se esconden.

Así es la cámara acorazada del Banco de España

La plaza de Cibeles es muy conocida por todos. También lo es el edificio del Banco de España. Sin embargo, lo que muchas personas desconocen es que entre ambos se sitúa una de las mayores joyas de la humanidad en cuanto a reservas de riqueza se refiere. Miles y miles de kilos de oro que conforman uno de los grandes tesoros de nuestro país.

Aunque hayamos estado en multitud de ocasiones junto a este edificio, seguramente no hayamos visualizado nunca la fortuna que teníamos bajo nuestros pies. La cámara acorazada del Banco de España se encuentra a unos 35 metros de profundidad y está flanqueada por un sistema de pasillos completamente laberíntico y separado por puertas blindadas y dispositivos ultra modernos para aumentar la sensación de seguridad.

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Esta fortaleza se empezó a construir en los años 30 del siglo XX y esconde en su interior buena parte del tesoro nacional. Por un lado, las 281 toneladas de oro que forman parte de la riqueza de España. Además, también hay una extensa colección de numismática de más de 500.000 piezas.

Para todos aquellos que quieran llegar hasta la fuente de la fortuna deberán superar una serie de pruebas. Las primeras, un entramado de obstáculos con escaleras ocultas y ascensores blindados. Y después superar una puerta de acero de 16 toneladas y hasta un puente retráctil, ya que tenemos que cruzar un foso.

Pero lo más impresionante y llamativo es que una vez llegamos hasta este punto nos damos de bruces con esa particular cámara acorazada y su sistema inexpugnable. De hecho, si consiguiéramos haber superado todas estas pruebas y abriéramos dicha cámara, esta se inundaría en cuestión de segundos convirtiéndose en una trampa mortal. El sistema de seguridad permite que en caso de necesidad quede anegada por el agua procedente de los arroyos subterráneos Las Pascualas y Oropesa. Este último alimenta directamente la fuente de Cibeles.

Esto sucede por la acción de un sistema hidráulico de defensa que se activa mediante sensores y llaves que liberan ese agua. Una obra magnífica diseñada por el arquitecto José Yaroz que hace imposible el robo y la huida con el botín. Este fortín de acero solo puede ser abierto por dos personas, el interventor y el cajero jefe del Banco de España.

En el interior de la cámara podríamos encontrar dependencias reservadas para el Ministerio de Justicia, el de Economía y el Defensor del Pueblo. Además, una sala de vigilancia perimetral, repleta de espejos estratégicamente colocados, permite detectar cualquier movimiento sin importar desde dónde se mire. Todo para evitar que sean robados los más de 12.000 millones de euros que hay escondidos en lingotes de oro. Una joya que se encuentra bajo nuestros pies.