
Guerra de una urbanización de lujo a Boadilla por el 'radar de los famosos': "Estamos negros, lo de las multas es brutal"
Guerra de una urbanización contra Boadilla por el 'radar de los famosos': "Estamos negros, lo de las multas es bestial"
Un juez ha dejado sin efecto la multa y la retirada de puntos a un conductor infractor. El Ayuntamiento pedirá la nulidad del fallo.
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"Lo pusieron hace casi dos años (...) Y, de buenas a primeras, sin cartel de aviso, empezaron a multar como si no hubiera un mañana". La declaración es de una residente de la urbanización Bonanza, en Boadilla del Monte. Se queja de un radar que el Ayuntamiento colocó en la calle Playa de Formentor a petición vecinal, que no queda lejos de núcleos residenciales de lujo como Valdecabañas y Las Lomas.
Hace unas semanas, un juez dejó sin efecto la multa de 300 euros a un conductor que fue 'cazado' en 2024 circulando a 51 km/h, cuando la velocidad está limitada a 30. También obligó a devolverle los dos puntos del carné que le quitaron por la infracción. El Gobierno municipal (PP) ha pedido la nulidad de la sentencia.
Construida en 1965, Bonanza se define a sí misma como una de las "urbanizaciones históricas del noroeste" de Madrid asentadas entre la naturaleza y a 20 minutos de la capital. Se encuentra, en concreto, en el kilómetro 1 de la M-516, en el linde de Majadahonda con Boadilla. Por lo demás, destaca su "amplia oferta" de centros educativos, restaurantes y su servicio de vigilancia 24 horas, con "coches patrulla que ante el aviso de un vecino se presentan en poco más de un minuto en la propiedad". Según Idealista, el precio medio del metro cuadrado alcanza los 2.926 euros, más barato que el de las urbanizaciones exclusivas vecinas.
El radar está en lo alto de un mástil situado junto a una farola, en una calle en cuesta con dos carriles, uno para cada sentido. Es un cinemómetro rotatorio. Es decir, no está instalado permanentemente.
"Se instaló porque así lo pidió la urbanización", recuerdan fuentes del Consistorio. Una afirmación que complementa la residente consultada: "Lo pusieron porque hay un vecino que lo pidió porque los coches pasaban muy rápido".
Ante la llegada de sanciones -recuerda la residente- la Comunidad de Propietarios se puso en contacto propuso a los afectados del vecindario presentar todos el mismo recurso. "El radar está cuesta abajo, con mala idea, porque es muy difícil mantener la velocidad", dice. En Bonanza, añade, "están negros" con el tema de las multas: "Ha sido bestial".
Desde el Consistorio insisten en que su objetivo es disuasorio y que, en cualquier caso, mantendrán las "políticas que han hecho de Boadilla una ciudad con 0 accidentes mortales de tráfico".
Un juez anula una multa
El caso del conductor que ha logrado que un juez anule su multa se remonta al 15 de febrero de 2024, cuando fue sancionado por circular a más velocidad de la permitida. Primero, este hombre recurrió la sanción ante el Ayuntamiento. No tuvo éxito. Después, acudió a los tribunales. En el fallo, adelantado por Infobae y al que ha accedido EL ESPAÑOL, el juez argumenta que "no consta en el expediente administrativo una prueba adecuada y suficiente que acredite el límite de velocidad". Una circunstancia que "origina una incertidumbre que debe ceder en favor del recurrente, por aplicación del principio constitucional de presunción de inocencia en relación con el postulado clásico de 'in dubio pro reo'". El juez no entra a enjuiciar el resto de alegaciones del demandante.
La suerte hubiera sido distinta para el conductor si, como apunta el magistrado, "en el expediente administrativo se hubiera certificado oficialmente la limitación de velocidad existente el día de la presunta comisión de la infracción administrativa". Pero el Ejecutivo municipal no lo hizo. El fallo es firme y no cabe recurso alguno. Al parecer, según el citado digital, el radar se puso en marcha en abril de 2023, pero durante muchos meses no estuvo señalizado. Muchos residentes utilizaron este argumento para recurrir sus multas.
En otro escrito, el Ayuntamiento de Boadilla, que dirige Javier Úbeda, pide al juzgado que aclare algunos aspectos y declare nula la sentencia. En concreto, el letrado municipal no entiende por qué el magistrado anula totalmente la resolución municipal impugnada habiendo estimado solo parcialmente el recurso del conductor. Además, el Consistorio indica que la demanda no pone en duda el límite de velocidad de la vía, limitada a 30 km/h siguiendo el criterio genérico del Reglamento General de Circulación. Por tanto, el Consistorio considera que no estaba obligado a probar el tope de velocidad.
A continuación, el letrado recuerda que, cuando el juez concluye que no entra a enjuiciar el resto de alegaciones del demandante, da a entender que la prueba de la velocidad "es una de las alegaciones planteadas" por el conductor, algo que "no es así". Además, asegura que el límite de la velocidad está recogido en la foto que incluye la denuncia tramitada por el policía local. Por todo ello, Boadilla pide al tribunal que declare nula su decisión y devuelva el pleito al momento anterior. A su vez, reclama 10 días de plazo para que las partes formulen alegaciones.