Planta de GNL de Madrileña Red de Gas en Miraflores de la Sierra, Madrid.

Planta de GNL de Madrileña Red de Gas en Miraflores de la Sierra, Madrid. Cedida

Madrid Comunidad

Guerra vecinal en Miraflores por la planta de gas natural con dos 'torres gemelas': "La tenemos solo a 10 metros de las casas"

Madrileña Red de Gas, responsable de la planta, defiende que los riesgos están "muy controlados" y niega "irregularidades": "Tiene todas las autorizaciones".

Más información: La "ruina" de Aulencia, el castillo protegido de Madrid que los dueños quieren salvar 'in extremis': "Se va a caer"

Publicada
Actualizada

En la urbanización Parque Miraflores conviven cientos de chalés individuales y pareados. Algunos tienen 160 metros cuadrados construidos. Otros alcanzan los 240 m2. Hay viviendas que cuentan con tres dormitorios y otras que llegan a las cinco habitaciones. El vecindario está a tiro de piedra en coche del centro de Miraflores de la Sierra, uno de los municipios madrileños situados en el entorno del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Desde hace unos meses, ha emergido una nueva construcción que ha puesto en pie de guerra a una asociación de residentes. Se trata de una planta de gas natural licuado, con dos llamativas 'torres gemelas', que inquieta a los vecinos.

La planta pertenece a la compañía Madrileña Red de Gas y se encuentra en el número 4 de la calle Rafael Alberti, una vía clave de la urbanización. El asunto lleva años sobrevolando la localidad, gobernada por Luis Guadalix (PP). Pero ha sido el proceso de construcción y la puesta en marcha de la planta lo que ha generado diversas quejas de la asociación de vecinos Urbanización Parque de Miraflores. "La intensidad de sonido y la vibración que se genera en la descarga se siente y se escucha en las viviendas más próximas de una forma más que notable", recoge un dosier elaborado por el colectivo.

Los residentes lamentan la cercanía de la instalación de gas a las viviendas. "Estamos hablando de una planta a 10 metros [de las residencias]. El riesgo cero no existe... Este tipo de instalaciones son seguras, pero póngalas a medio kilómetro", reclama uno de los portavoces. Según el Catastro, la parcela industrial está a una distancia de 11 metros del solar residencial edificado más cercano. Entre ambas parcelas solo se interponen la calle Rafael Alberti y los muretes. Realmente, para tocar ambas edificaciones con la mano habría que andar unos 25 metros, haciendo una diagonal. 

La lista de acusaciones vecinales es larga. La ubicación, las maniobras del camión cisterna, los "vertidos a la vía pública por la falta de canalizaciones internas", "irregularidades" durante las obras, una supuesta falta de transparencia de las autoridades... La asociación apunta a tres flancos -Comunidad de Madrid, Ayuntamiento y empresa- por diferentes razones. Pero las tres partes señaladas defienden la legalidad del proyecto.

El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso asegura que todo se ha tramitado y autorizado correctamente y que la planta representa una "mejora" en el suministro de gas a los vecinos en "cuanto a eficiencia, seguridad y sostenibilidad". El Consistorio insiste en que se "cumplen todos los requisitos urbanísticos", si bien cree que es "lícito" que se quejen los residentes. Y Madrileña Red de Gas subraya que ha construido su planta con los "estándares de seguridad más altos" y que los riesgos "están muy controlados".

Del propano al GNL

La urbanización Parque de Miraflores se construyó hace más de dos décadas. Las casas se edificaron antes que la primera planta de depósitos, que era de gas propano. El alcalde popular recordó en un pleno que fue el PSOE quien aceptó en 2003 la donación de una parcela derivada de la cesión del 10% del aprovechamiento urbanístico del sector, con una carga de servidumbre para la instalación de los tanques. Los socialistas, en su defensa, recordaron que fue una petición de los vecinos de la urbanización "pero para darles servicio, no para almacenar y distribuir gas".

Lo que existió durante años en Rafael Alberti 4 fue una instalación de gas propano gestionada por Repsol. Todo cambió cuando Madrileña Red de Gas compró el negocio del gas licuado del petróleo (GLP) a la multinacional energética, según el alcalde: "En el caso de Miraflores, adquiere los derechos de los tanques". A partir de ahí, Madrileña Red de Gas abordó el desmantelamiento de la planta de propano para sustituirla por una de gas natural licuado.

El conocido también como GNL es un gas natural que ha sido procesado para poder ser transportado en estado líquido. Es sometido a una temperatura de -160°C con una presión atmosférica de 1 atm. Las técnicas de licuefacción del gas natural permiten almacenarlo en depósitos o bombonas.

El plan de la compañía gasística iba más allá. No se trataba solo de abastecer a Parque Miraflores (y a su vecina La Reserva), sino de distribuir a toda la localidad. Para ello, llevó a cabo un "importante mallado" de las redes entre el casco urbano y las urbanizaciones. En este punto, el Gobierno regional defiende que el proyecto cuenta con "todos los informes técnicos favorables necesarios para su puesta en servicio provisional, a la espera únicamente de la autorización definitiva de explotación, que se emitirá conforme a los procedimientos habituales".

"Desde el punto de vista técnico y administrativo, se han cumplido todos los requisitos exigidos por la normativa estatal y autonómica aplicable", remarcan fuentes regionales.

Los vecinos también han escuchado respuestas de este tipo: "La Comunidad decía que estaba todo conforme, pero nunca nadie ha compartido el proyecto con nosotros". "Nos dijeron que nos iban a poner conductos de gas natural. Todo bien, porque es más barato, pero no sabíamos que en la parcela se iba a construir una planta regasificadora de GNL y que íbamos a ser regasificadores para todo el municipio", lamenta uno de los vocales de la asociación consultados.

"Irregularidades, ruidos y vertidos"

Los vecinos dicen que las obras de la planta terminaron en agosto del año pasado. Durante el montaje de la estación, aseguran que denunciaron a las autoridades municipales una "serie de incidencias e irregularidades" que en "ningún momento" fueron "supervisadas". Entre ellas, hablan de una tala de árboles de la parcela colindante "para ganar una mayor superficie" o de diferentes daños en el sistema de riego de una rotonda. "En el transcurso de la ejecución de las obras han transitado camiones, grúas, hormigoneras y han aparcado y bloqueado la calle de acceso principal al residencial", añaden.

Una vez en marcha la planta, la situación no se ha calmado. "Como consecuencia de su apertura se han venido produciendo cargas del tanque que, si bien en verano eran cada quince o veinte días, en el período invernal se han venido realizando con una periodicidad de seis o siete días. En cada carga del tanque, se producen, olores, vibraciones y ruidos intensos y molestos como consecuencia de las operaciones de descarga que tienen un tiempo de vaciado de la cisterna de unas dos horas", relatan.

Un camión en un acceso a la planta de GNL.

Un camión en un acceso a la planta de GNL. Cedida

Además, los residentes cargan contra las "maniobras" que realiza el camión cisterna sin "apenas" espacio para ello. En ocasiones, esto ha llevado al vehículo a "invadir los setos" de la rotonda y las aceras perimetrales, ocasionando su "deterioro". Otro de los aspectos que molesta a los habitantes de Parque Miraflores son los "vertidos abundantes a la vía pública" que se producen supuestamente durante las "operaciones de mantenimiento" del tanque. "Estos vertidos suponen un riesgo en período invernal como consecuencia de las heladas", señalan.

La asociación vuelve a repetir que no han visto "ni un solo papel" de la documentación que ha solicitado. También se pregunta cómo deberían actuar los vecinos en el caso de que ocurriera una emergencia grave: "La recurrencia del proceso de descarga de los camiones cisterna cada vez es más habitual; antes, no nos enterábamos: el del propano era una o dos veces al mes. Realmente, estamos inquietos porque la recurrencia [de las descargas actuales] hace que el riesgo se vaya a incrementar y, hasta la fecha, nadie nos ha dicho qué tenemos que hacer, si salir corriendo... Tenemos miedo"

Con todo, el grupo vecinal sostiene que durante el proceso de instalación de la planta podrían haberse incumplido "algunas cuestiones técnicas".

Respuesta de Madrileña Red de Gas

En una respuesta enviada a este periódico, Madrileña Red de Gas defiende, en primer lugar, la ubicación de la planta de Parque Miraflores: "Es la única factible al ser una parcela de uso industrial". La sociedad defiende que el gas natural es "más seguro, sostenible y económico" y que abre la puerta a que, en un futuro, pueda ser sustituido por biometano.

Respecto a la propia instalación, indica que dispone de las "últimas tecnologías" y cumple con las medidas de seguridad y reglamentarias exigidas, además de las autorizaciones pertinentes."La planta se ha ejecutado con los estándares de seguridad más altos, mucho más de los que había en la planta anterior, y cuenta con una seguridad monitorizada y telecontrolada 24 horas", agrega la gasística, que recalca que Rafael Alberti 4 ha superado "todas las inspecciones reglamentarias".

Por otro lado, afirma que sí ha celebrado reuniones con los vecinos, a los que ha informado "de todo". "Salvo a un número minoritario" de residentes, el resto de ellos están "plenamente satisfechos con la nueva planta", manifiesta la compañía.

Según la versión de la distribuidora, la situación con los ruidos de los camiones es mejor ahora que con la planta anterior porque descargan en el interior del recinto. Después de defender que el trasiego de vehículos es similar a la época del propano, la empresa dice que "todo lo mencionado sobre olores, ruidos y vibraciones no es cierto". "Es más, el camión no llega a la rotonda mencionada, sino que se queda antes". "Sobre los olores, estos vecinos han llamado varias veces a los bomberos y han 'amenazado' [los bomberos] con cobrar el servicio de 'falsa alarma' si continúan llamándoles sin fundamento alguno", apunta.

Para Madrileña Red de Gas, se trata de una planta "silenciosa" donde se produce un "mínimo ruido normal" durante las descargas. También niega irregularidades en las obras, durante las que se "limpió la maleza y las zarzas" de la zona por "seguridad".

"Una empresa como la nuestra no pondría un servicio en marcha una instalación en la que no se cumplieran estrictamente todas las normas, inspecciones y medidas de seguridad. Madrileña Red de Gas tiene experiencia en la construcción y funcionamiento de plantas de GNL, suministramos otros 5 municipios mediante planta en la región que llevan operando 10 años en los cuales nunca ha habido incidencias", argumenta la firma.