
Foto difundida por Brava Madrid en su página web.
Madrid "no está hecha" para el 'boom' de superconciertos y festivales en directo: "Estamos desbordados y faltan espacios"
El sector registra cifras récord a nivel nacional, pero fuentes consultadas creen que se necesitan más recintos en la capital para acoger eventos musicales.
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"El negocio de la música en vivo va hacia el modelo de lo grande. Hacer cosas más grandes para meter más gente y sacar más dinero lo más rápido posible". Nando Cruz, periodista y autor del libro Macrofestivales. El agujero negro de la música, resume así el momento que, a su juicio, vive la industria. El escritor habla en clave nacional. Según explica, conoce mejor la situación de Barcelona que la de Madrid, donde el sector volvió el pasado jueves a los titulares.
IFEMA Madrid no celebrará más conciertos ni festivales al aire libre este 2025. El consorcio asegura que es una "decisión de negocio". En los próximos meses, priorizará los eventos musicales indoor. Todo en espacios cerrados, uno de los "grandes puntos fuertes" del recinto. Sin embargo, hay quien vincula el movimiento a las obras inminentes del circuito de Formula 1. En cualquier caso, tres festivales, Elrow Town, Madrid Salvaje y Brava, se han marchado a un espacio más alejado en Torrejón de Ardoz tras conocer el paso que ha dado la famosa institución ferial.
Este último caso se suma a una larga lista de contratiempos en Madrid con varios festivales o conciertos. "Ha habido muchos intentos de celebrar en Madrid grandes festivales, como el Festimad de Móstoles, que luego se llevó a Leganés, y acabó como el 'rosario de la aurora'. Recuerdo el Rock in Rio, que se llegó a construir, y solo duró dos ediciones. Luego se intentó lo del Primavera Sound. El Mad Cool ahora parece que está mejor, pero fue un cristo", enumera David Saavedra Vázquez, periodista y autor de Festivales de España.

Una de las actuaciones del festival 'I love 90,s Madrid' en 2024. RAULBARCIA.COM
En conversación con Madrid Total, el autor vuelve a reafirmarse en unas palabras que ya recogió El Cultural en diciembre de 2023: "Algo falla en Madrid a la hora de acoger macrofestivales". Su conclusión la extiende también a los conciertos al aire libre. "No sé si realmente es un problema de mala suerte o si tiene que ver con problemas culturales, políticos y coyunturales", se pregunta. "No es exagerado decir que Madrid no está hecha para conciertos. La historia de los últimos 30 años así lo atestigua".
Ahora bien, según el Anuario de la Música en Vivo de 2024 de la Asociación de Promotores Musicales (APM), la industria española facturó en 2023 casi 580 millones de euros por la venta de entradas. Un récord histórico. Barcelona fue la provincia que lideró el ránking (132,5 M). Madrid quedó en segundo lugar (94,5 millones, casi 10 menos que el año anterior).
La región colocó en 2023 a dos de sus eventos musicales en el 'top 10' de festivales con más asistentes: el Mad Cool y el Primavera Sound Madrid, que no repitió la experiencia en 2024. En Madrid también hay un festival que encabeza, en segunda posición, el ranking nacional de los eventos musicales de ciclo: Noches del Botánico. A lo largo de sus 45 conciertos concentró en 2023 a más de 152.000 personas. Se celebra en plena Ciudad Universitaria, rodeado de edificios educativos y no en medio de un núcleo residencial.
La pregunta es inevitable: ¿en qué momento se encuentra realmente la industria festivalera madrileña?
Breve historia de los festivales
Antes de nada, hagamos un breve repaso a la historia de estos eventos en España. Fue en los años 90 -recuerda David Saavedra- cuando comenzaron los primeros festivales. Venían asociados a ellos un "sentimiento de pertenencia o de tribu". Hablamos de los primeros FIB o Sónar, que nacieron "vinculados a una idea de música alternativa que aglutinaba a un público que hacía bandera de ello". Ahora, según el periodista, son "contenedores atrapalotodo" en los que se nota "mucho más claramente su carácter de empresas con ánimo de lucro".
Más adelante, entre 2008 y 2013, se vivieron años de crisis con bajadas continuas en la facturación. Los vientos cambiaron a partir de 2014, cuando se empezaron a vender más y más entradas hasta que llegó el golpe de la pandemia. El coronavirus obligó a cancelar festivales y giras y a cerrar salas de conciertos durante una larga temporada. Pero la recuperación fue "más rápida" de lo que imaginaban los promotores, como refleja su Anuario de la Música.
Las facturaciones por venta de boletos en 2022 y 2023 superaron con creces a las de los años pre-pandemia, que ya venían en ascenso. Las de Madrid también han marcado máximos, si bien el 2022 fue mejor que el 2023, al revés que Andalucía y Cataluña. "Madrid, Málaga, Barcelona... Cualquier capital potente necesita recintos grandes porque es donde se mueve el dinero. Las promotoras están buscando sitios para colocar bandas más gordas. Todas las ciudades están como locas por tener recintos, como el campo del Barça o el Bernabéu, porque generan mucho movimiento económico", analiza Nando Cruz, el otro periodista preguntado.
Eso sí, este modelo de negocio tiene, según Cruz, la siguiente consecuencia: "Los recintos que antes estaban alquilados cada dos o tres meses, ahora lo están cada fin de semana y tienen lista de espera. Esa es la razón por la que saltan las alarmas. No es porque un día hubo mucho ruido y los vecinos se quejaron. No. Es porque ven que [se van a celebrar] cada fin de semana", concluye este escritor, que habla de nuevo en términos generales.
En conversación telefónica con este periódico, una fuente de la industria se muestra muy crítico contra la "demonización" del sector: "No somos delincuentes. Aportamos riqueza y cultura. Se habla del ruido y eso crea un contexto muy negativo hacia un sector que lo que quiere es divertir a la gente a través de la cultura. Hay que encontrar equilibrios".
"No hay una estrategia clara"
Esta misma persona, que está detrás de un conocido festival que se celebra en la capital, recuerda que, hace un tiempo, las grandes giras dejaron de pasar por Madrid. Ahora, han vuelto, algo que se produce en un momento en el que la región se está posicionando como "capital mundial de la cultura y de la música". Pero, en medio de ese contexto, identifica dos presuntas limitaciones. Por un lado, asegura que Madrid "no tiene espacios". "No creo que haya una estrategia clara (...) y la 'caja' se está desbordando. Parece que se quiere evitar el anillo de la M-30 e ir echando para afuera estas actividades".
Este profesional del sector festivalero se pregunta por qué recintos como el Palacio de Madrid, junto al Bernabéu, o el Auditorio del Parque Juan Carlos I están cerrados al público. "Yo ahí he visto a Björk y a artistas internacionales y lleva reventado desde hace 10 años", lamenta. David Saavedra coincide, aunque con matices: "En teoría, Madrid lo tiene todo para organizar. Sin embargo, algo falla. ¿Por qué en Barcelona conviven en menos de un mes el Primavera o el Sónar, todos se llenan y no hay ningún problema? ¿Por qué no puede pasar eso en Madrid? Recintos hay; infraestructuras, también... Pues esa es la pregunta".
La fuente musical consultada relata, además, que "cada vez es más complejo" sacar adelante los proyectos musicales. "Hay que certificar muchísimas cosas, contratar más estudios, nuevas justificaciones... Todo en pos de la seguridad, accesibilidad y sostenibilidad. Pero a veces no se tiene en cuenta el equilibrio que tiene que tener un promotor a la hora de cerrar un plan de negocio", argumenta este conocedor de la industria, que defiende las mediciones y esfuerzos técnicos que hacen los promotores para reducir las molestias del ruido.
Crítica y réplicas
La fuente del sector consultada para este artículo considera que las instituciones públicas, como la Comunidad de Madrid o el Ayuntamiento, deberían hacer campañas de sensibilización sobre lo que aportan los grandes eventos musicales a la economía y a la cultura madrileña. "Se da poco pábulo al promotor, que aporta riqueza y somos los primeros en garantizar las mediciones [de ruido] en el exterior".
Preguntados por ello, desde el Área de Cultura del Consistorio de José Luis Martínez-Almeida defienden su "apuesta decidida y apoyo institucional", por ejemplo, en eventos como el Mad Cool o las Noches del Botánico". "No olvidemos que incluso algunos de estos eventos se celebran en los propios espacios del Ayuntamiento, como el Tomavistas o el Inverfest". Todo ello, abogando "siempre" por el respeto a la regulación vigente.
Por otro lado, el director general regional de Cultura e Industrias Creativas, Gonzalo Cabrera, manifiesta que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso trabaja para que todo el ámbito de la música sea una "experiencia satisfactoria, tanto en grande como en pequeño formato". "En ambos casos, apostamos por la responsabilidad y por conjugar la accesibilidad y el respeto a los ciudadanos, de manera que, cada vez más, estos eventos puedan distribuirse y ampliarse por toda la región".