Ayuso en la ermita de la Virgen de la Paloma.

Ayuso en la ermita de la Virgen de la Paloma. Europa Press

Madrid Capital

La primera Paloma sin Almeida desde que es alcalde: Ayuso y Sanz acompañan al bombero Manuel en la bajada del cuadro

La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha vuelto justo de las vacaciones para estar presente en la fiesta principal de los madrileños, como viene haciendo desde 2019.

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El hijo del alcalde, Lucas, y la baja de paternidad que disfruta José Luis Martínez-Almeida han sido las únicas razones que han conseguido apartar al regidor de su sagrada costumbre: acompañar a la Virgen de la Paloma en los actos de su fiesta del 15 de agosto.

Almeida había asistido siempre tanto a la misa como a la procesión desde que tomó posesión como alcalde de Madrid en junio de 2019. Siete años seguidos de presencia que, por una linda razón, no se repetirán en esta ocasión.

Este año ha sido Inma Sanz, la alcaldesa en funciones, la que ha retado al calor de este día en Madrid, para acompañar a La Paloma y, sobre todo, a uno de los actos más emocionantes que se vive ese día y es la bajada de la histórica imagen por parte del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid.

Ayuso entrando a la Iglesia de la Virgen de la Paloma para asistir a la misa.

Ayuso entrando a la Iglesia de la Virgen de la Paloma para asistir a la misa. Efe

Pero la vicealcaldesa no ha estado sola, porque Isabel Díaz Ayuso ha vuelto de sus vacaciones justo para acompañar a los madrileños en su día grande, en este 15 de agosto.

Ayuso ha estado como siempre presidiendo unos actos oficiales por la festividad de La Paloma, que fueron los primeros en los que apareció como presidenta de la Comunidad de Madrid en 2019, un día después de ser investida en el cargo por la Asamblea.

Este año, además, coincidiendo con la ausencia de Almeida por bonitas razones familiares, la presencia de Isabel Díaz Ayuso ha adquirido todavía más peso tanto en la ofrenda floral como en la misa, sobre todo para los madrileños que se reúnen en torno a la Iglesia de La Paloma ese día.

Antes de llegar a la iglesia de la Virgen de La Paloma, Ayuso y Sanz han entregado las 'Palomas de Bronce-Bomberos de Madrid 2025', que este año han recaído en Alfredo Vaquerizo Rodríguez, sargento jubilado con más de 40 años de servicio; en Madrid Salud, por su 25º aniversario; y en Matías Prats, por sus 50 años de labor de servicio público desarrollada en sus informativos.

En el Patio de Cristales del Ayuntamiento de Madrid, ambas dirigentes han felicitado a los premiados, se han hecho fotos con todos los asistentes e Inma Sanz ha querido pedir a la Virgen de la Paloma que "asista a los bomberos de toda España que están haciendo frente a los incendios que castigan nuestro país".

El bombero elegido

Con la situación tan trágica de incendios que se vive tanto en la región como en el resto de España estos días, el homenaje a los bomberos cobra todavía más sentido en esta fiesta tan señalada.

Este año ha sido Manuel Cerrillo, bombero de 50 años, el encargado de encaramarse a lo alto de la ermita para poder descender al cuadro que preside esta iglesia y que por la tarde salga en procesión por las calles del centro de Madrid.

Manuel, el bombero encargado de bajar el cuadro de la Virgen de la Paloma.

Manuel, el bombero encargado de bajar el cuadro de la Virgen de la Paloma. Europa Press

Lo curioso es que a Cerrillo lo de bajar el cuadro le viene de tradición familiar, igual que el ser bombero. Su padre, con el que comparte profesión, fue elegido para descender a la Virgen de la Paloma en los años 70 y el propio Manuel recordó este nexo que seguro que estará muy presente hoy en su memoria.

"Jamás pensé que me eligieran. Hay gente que lleva muchos años en la cofradía, que incluso se jubila, y nada. Cuando me lo ofrecieron a mí no dudé ni un segundo en decir que sí. Encantado y un orgullo", explicó Manuel en declaraciones a Europa Press.

Manuel Cerrillo es un bombero con mucha experiencia, a punto de cumplir los 25 años de servicio, aunque se reconoce uno más del cuerpo.

Estuvo presente en los trabajos de rescate después de los atentados del 11-M en Atocha y en otras dos estaciones de tren madrileñas y fue uno de los activos que lograron controlar el fuego del edificio Windsor en pleno Paseo de la Castellana.

Sin embargo, reconoce que esta misión le pone mucho más nervioso, sobre todo conforme se acerca el momento de ascender hasta el cuadro de la Virgen de la Paloma.

Lo único que desea es "hacerlo todo muy bien" para que La Paloma "baje como tiene que bajar y sea un privilegio para todos los madrileños tener a su virgen ahí delante".

A lo mejor tiene otro deseo para la Virgen de La Paloma durante el descenso y es que, como él mismo ha confesado, su hija de 14 años quiere seguir con la tradición y convertirse en bombera.

Quién sabe si lo consigue y si también se convierte en la primera mujer bombera en bajar el cuadro de la Virgen. La Paloma seguro que puede echarle una mano.