Los niños de la Residencia San Ildefonso de Madrid Piero Rai Chávez y Alisce Ríos muestran el número 72.480, el Gordo de Navidad en el sorteo de 2024.

Los niños de la Residencia San Ildefonso de Madrid Piero Rai Chávez y Alisce Ríos muestran el número 72.480, el Gordo de Navidad en el sorteo de 2024. EFE.

Loterías

España se entrega a San Pancracio: la Lotería del 22 de diciembre, última posibilidad de cambiar el rumbo del año

El Palacio Real de Madrid acogerá, este lunes, el Sorteo Extraordinario de Navidad que repartirá un total de 2.772 millones de euros en premios.

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Hay una calma expectante en el aire, de esa que sirve de antesala a la tempestad. Aunque, en este caso, esa lluvia venga en forma de premios y con un soniquete muy particular.

Las administraciones de lotería han bajado la persiana esta tarde —tras vender los últimos décimos a los más rezagados— impregnadas de optimismo y décimos arrugados en los bolsillos de quienes confían en que, por una vez, el número elegido por azar cambie el rumbo de un año entero.

Este 22 de diciembre, España volverá a detenerse ante el sorteo más emotivo del calendario: el de la Lotería de Navidad.

Desde las 9 de la mañana, el Teatro Real de Madrid se convertirá en el epicentro del ritual. Los bombos girarán y las voces de los niños de San Ildefonso marcarán la cadencia de una tradición que no pierde brillo por muchos años que hayan pasado desde que Carlos III introdujo este sorteo en la península en pleno siglo XVIII.

Su canto, entre inocente y solemne, —para el que llevan practicando meses— será la banda sonora de casi todos los españoles en una mañana en la que los cafés se acompañan con roscón, se sintonizan las radios y las televisiones se convierten en telón de fondo de los desayunos.

"Hay tantas historias como décimos", le dice una lotera a la protagonista del anuncio de la Lotería de Navidad 2025 cuando esta le pregunta si se acuerda de la persona que compró un décimo premiado 30 años atrás.

El spot muestra que lo que realmente se esconde detrás de cada billete son personas con sus correspondientes historias. Es por eso, que entre los números más buscados se encuentran fechas significativas, aniversarios o códigos postales, pero otras veces basta comprar un número aleatorio solo por el mero hecho de compartir la suerte con algún ser querido.

Hay quien los guarda entre las páginas de un libro y quien los lleva en la cartera con la misma fe que en un escapulario. Porque al final, más allá de los millones, la Lotería de Navidad es la ilusión colectiva de que la suerte puede tocar en la puerta de cualquiera y traer confeti y champán.

Grandes premios

Las paredes del Teatro Real albergan todo tipo de personalidades, no solo acude la prensa a cubrir el evento, la gente quiere vivir esas mágicas horas en primera persona y por ello, hacen cola durante horas la noche anterior para asegurarse un sitio.

Incluso, los más extravagantes acuden disfrazados con ideas de lo más originales: customizados de bombo de la propia lotería, de elfo navideño o, los más supersticiosos, de ranita de la suerte.

Este año, el Sorteo Extraordinario de Navidad repartirá un total de 2.772 millones de euros en premios, entre ellos 13 premios mayores y por supuesto, el más ansiado, el Gordo.

En esta nueva edición, el sorteo se celebra con una emisión mayor, de 198 series, cinco más que en la anterior cita.

El primer premio está dotado con 4 millones de euros a la serie y repartirá 20.000 euros por cada euro jugado, es decir, 400.000 para cada décimo jugado.

En el sorteo de mañana, no solo estará en juego el Gordo. También habrá toda una red de premios asociados a los grandes números que puede hacer que muchos jugadores se lleven una alegría sin tocar el primer puesto.

Los décimos cuyas dos últimas cifras coincidan con las del primer premio cobrarán 6 euros por cada euro apostado, mientras que quienes acierten las tres primeras cifras del número ganador obtendrán 5 euros por cada euro jugado.

Además, disfrutarán del reintegro todos aquellos números cuya última cifra sea la misma que la del primer premio, lo que permite recuperar lo invertido.

El segundo premio de la Lotería de Navidad 2025 repartirá 1.250.000 euros por serie, de modo que el poseedor de un décimo agraciado se embolsará 125.000 euros, equivalentes a 6.250 euros por cada euro jugado.

También aquí se premian las aproximaciones: los números inmediatamente anterior y posterior al segundo premio recibirán 62,50 euros por cada euro jugado. A esto se suman los décimos cuyas dos últimas cifras o las tres primeras coincidan con el segundo premio, que serán recompensados con 5 euros por cada euro apostado.

El tercer premio, dotado con 500.000 euros a la serie, concede 50.000 euros a cada décimo, lo que se traduce en 2.500 euros por cada euro jugado. Las aproximaciones al número agraciado también tienen recompensa: los décimos anterior y posterior al tercero se llevan 48 euros por euro apostado.

Como en los demás grandes premios, quienes acierten las dos últimas cifras o las tres primeras del tercer premio tendrán derecho a 5 euros por cada euro jugado.

Los dos cuartos premios del sorteo, cada uno con 200.000 euros por serie, dejarán 20.000 euros por décimo, es decir, 1.000 euros por cada euro apostado.

A ellos se suman los ocho quintos premios, con una dotación de 60.000 euros por serie, que se traducen en 6.000 euros por décimo, equivalentes a 300 euros por cada euro jugado; y las numerosas pedreas que recompensan 1.794 números con 1.000 euros por serie.

En conjunto, este entramado de importes convierte la mañana del 22 de diciembre en una auténtica lluvia de premios, donde no solo importa acertar el número completo, sino también acercarse a él.

En cada rincón del país, ya hay billetes que le 'hacen ojitos' a San Pancracio —el santo de la buena suerte y el dinero— para intentar arañar unos euros que, aunque se suela decir que "el dinero no da la felicidad", sí que hace buenos apaños que tranquilizan el alma.

Y así, mientras la noche avanza, España se acurruca en esa espera que no envejece nunca. Mañana, con la primera bola que caiga en el bombo, se volverá a creer en la suerte.