Ceremonia de graduación
Hace pocos días tuve ocasión de participar en la ceremonia de graduación de las Universidades Digitales del Grupo Planeta. Y de revivir a flor de piel el impacto de una sola persona.
El evento de graduación acogió a más de 3000 asistentes en el Auditori de Barcelona. En mitad de todo el bombo y platillo, empaque y emoción alegre, dos personas —el mejor profesor y la mejor alumna del año— tomaron el micrófono por unos minutos.
Y entonces pasó: escuchamos breves palabras que nos hicieron sentir a flor de piel esa verdad de Borges de que "cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es". Y sobre esa base, puede adaptarse para lograr su máximo potencial.
Inevitable ante tanta poesía sobre la grandeza humana pensar en Trump, en Putin, en otros supuestos líderes españoles actuales; y recordar frente a ellos al recientemente fallecido Mujica, a Steve Jobs o a Katalin Karikó —la verdadera precursora de las vacunas de ARN mensajero contra el SARS-CoV-2. La diferencia no está en la magnitud del poder, sino en su dirección.
Irresistible elegir la cara buena de la influencia individual y su impacto en una red potente desde un aforo que celebra con esperanza el cierre de un ciclo y el comienzo de algo nuevo y constructivo.
Aunque hablar "del efecto mariposa" esté pasado de moda, aunque no sepamos bien cómo doblegar el poder de la IA a favor de la tribu humana, no nos podemos desorientar
En ese Auditori lleno de graduados pude ver algo más: personas que no salían solo con un título digital, sino conectadas a una red de conocimiento, propósito y colaboración. Cada una llevaba consigo el potencial de generar ondas expansivas.
Aunque hablar "del efecto mariposa" esté pasado de moda, aunque no sepamos bien cómo doblegar el poder de la IA a favor de la tribu humana, no nos podemos desorientar. Y, para ello, de vez en cuando es fundamental encontrarse con personas de carne y hueso que resuenan, sueñan, celebran, actúan y colaboran.
Del evento en el Auditori a la fertilidad de los equipos humanos sanos y competentes, a la limpieza de los océanos, las ciudades inteligentes, la alimentación sostenible, el acceso global a la educación o la salud del futuro, el camino es mucho más corto de lo que imaginamos. Más corto, desde luego, que desde las recurrentes reuniones de politiqueo corporativo.
Personas que se entregan a causas positivas y que realmente conectan con personas. Que entienden que su influencia individual, multiplicada por la red, puede generar cambios exponenciales.
En el fondo, eso es lo que hace que el mundo gire. Como cantaba el grupo Kiss: "It makes the world go round”.