Tras varios retrasos, el jueves llegó la esperada 'fusión'. El proceso -también conocido como Merge- consistió en cambiar la red del llamado 'sistema de prueba de trabajo' (Proof-Of-Work o PoW, en inglés) al 'sistema de prueba de participación' (Proof Of Stake o PoS, en inglés).

En el primero de ellos, los mineros (usuarios que proveen su potencia informática para la extracción de monedas virtuales) debían resolver un difícil cálculo matemático que requería una gran capacidad computacional para poder validar una operación. Una vez lograda esa validación, los usuarios recibían como recompensa la criptodivisa de la red en cuestión, en este caso el ether.

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Esto generaba una gran competencia entre mineros por validar operaciones y tener la mayor capacidad computacional, lo que implicaba más y mejores equipos informáticos que consumían una gran cantidad de energía.

En cambio, en el nuevo sistema no se premia la potencia informática, sino la correcta validación de las operaciones. Según datos recogidos por Deutsche Bank, ethereum ha estado consumiendo alrededor de 83 teravatios por hora (tWh) de electricidad al año.

Esta cifra es equivalente a lo que consume un país como Chile en el mismo periodo. De hecho, una única transacción ha llegado a gastar casi 200 kWh, que es igual al consumo eléctrico de un hogar estadounidense durante una semana.

Los desarrolladores de ethereum ya habían anticipado que el consumo de energía de la red se reduciría en un 99,9% tras la 'fusión', lo que hace que sea 2.000 veces más eficiente. Los analistas de Deutsche Bank destacan que esta mejora puede empujar a los inversores que siguen criterios medioambientales, sociales y de gobernanza -conocidos como ESG, por sus siglas en inglés- a entrar en esta criptodivisa.

Materias primas

Además, consideran que la medida hará que el ether gane tracción y que gracias a "las atractivas rentabilidades" se "posicione como alternativa a los bonos o materias primas para los inversores institucionales".

La inversión institucional ya está muy presente en el ether. Aproximadamente un 40% de las operaciones que se realizan con ella son grandes transacciones institucionales, 10 puntos porcentuales más que en el caso del bitcoin. El factor de responsabilidad corporativa (ESG) puede impulsar aún más esta tendencia.

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Los expertos del banco alemán van un paso más allá y consideran que si este nuevo sistema "demuestra ser una alternativa más ecológica, los reguladores podrían obligar a las criptomonedas a reducir su uso energético".

"Los cambios siempre traen consecuencias negativas y positivas. Sin duda, el medioambiente será uno de los grandes beneficiados de la 'fusión'. Los mineros, por otro lado, son los que podrían verse más perjudicados", ha explicado a EL ESPAÑOL–Invertia Lukas Enzersdorfer-Konrad, director general adjunto de Bitpanda.

Enzersdorfer-Konrad ha subrayado que la fusión "es el mayor acontecimiento del año en el mundo cripto, quizá incluso de esta década". Tal ha sido la importancia, que la cotización del ether se ha incrementado con fuerza desde los mínimos que registró el pasado junio.

Llegó a cotizar entonces por debajo de los 881 dólares, según los datos de CoinDesk. Desde entonces y hasta mediados de agosto la subida llegó al 100%. Afectado por la agresividad de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en lo que a subidas de tipos se refiere, la revalorización del ether se ha reducido al 70%.

Con todo, al término de esta noticia, el precio del ether se situaba en los 1.513,8 dólares, lo que ha implicado una caída del 8,7% en el día de la 'fusión'. En lo que va de año, el desplome registrado roza el 60%.

A pesar de ello, Simon Peters, analista experto en criptoactivos eToro, subraya que el cambio de sistema podría ser positivo para su precio, ya que la emisión -la cantidad de nuevos ether que entran en circulación- bajará significativamente. Las estimaciones actuales apuntan a una caída del 90%.

Además, al decaer el protagonismo de las granjas de minado, los usuarios no percibirán comisiones en forma de la divisa digital por las transacciones, lo que también reduce la cantidad de ether que hay en emisión y circulación.

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"En resumen, ether podría ir a la deflación. Menos oferta y más demanda podría hacer que el precio suba después de la fusión, ya que la escasez comienza a pesar en la circulación del token. Es similar a cuando los bancos centrales suben las tasas de interés", explica.

El conocido como Merge no solo ha supuesto fuertes subidas para la criptomoneda, sino que también llegó a reducir su correlación con el Nasdaq, el índice tecnológico de Wall Street, que se hunde más de un 27% desde enero.

Ether o bitcoin

Pero, además, la segunda criptomoneda del mundo le está arrebatando cuota de mercado a la primera. En enero de 2021, el bitcoin suponía el 72% de todo el valor del universo 'cripto', mientras que el ether representaba un escaso 10%.

Sin embargo, según cifras de CoinMarket, el peso del ether ha alcanzado el 20,5%, mientras que el del bitcoin se ha reducido al 39,1%.

A pesar de que el ether es el único candidato a destronar al bitcoin, su capitalización sigue siendo la mitad: 210.000 millones frente a los 427.000 en los que está valorada la creación de Satoshi Nakamoto.