El primer ministro de Francia, François Bayrou, junto al presidente del país, Emmanuel Macron.

El primer ministro de Francia, François Bayrou, junto al presidente del país, Emmanuel Macron. Reuters

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Europa, rehén de la política francesa: la incertidumbre sobre Bayrou altera la confianza en la economía y los mercados

La crisis política de Francia, segunda economía de la UE, puede contagiar al conjunto del bloque, incluido en lo que respecta a la deuda, el euro y las bolsas.

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Francia se enfrenta a unos días de alta tensión política y económica. Primero vendrá la moción de confianza convocada por el primer ministro, François Bayrou. Después, la huelga general y la revisión de la nota crediticia del país por parte de Fitch.

El desenlace de la crisis política francesa tendrá repercusiones para el conjunto de Europa, desde la propia evolución económica del bloque hasta los bonos y las bolsas, sin olvidar al euro.

Fue el 25 de agosto cuando el primer ministro francés anunció que se sometería a una moción de confianza. La reválida tendrá lugar este 8 de septiembre. La huelga general está convocada dos días después, es decir, para el 10 de septiembre.

Bayrou ha justificado su arriesgada jugada, poner a Francia de nuevo al borde del precipicio político, para lograr el aval del Parlamento a su plan de austeridad, que prevé un ahorro de 43.800 millones de euros en 2026.

Los ajustes incluyen la congelación de ciertas prestaciones, recortes en programas sociales y la supresión de dos días festivos.

El objetivo es iniciar el camino para reducir el déficit público, que se ha desbocado en los últimos ejercicios y que alcanzó el 5,8% del producto interior bruto (PIB) en 2024.

El Gobierno confía en que con las medidas planteadas el déficit disminuya al 2,8% en 2029. Es decir, que sea inferior al 3%, que es el tope establecido en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea.

Caída del Gobierno francés

Las posibilidades de que Bayrou sortee el examen parlamentario son prácticamente nulas, a pesar de que para hacerlo sólo necesita una mayoría simple de los presentes de la Asamblea Nacional Francesa.

Es decir, basta con que haya más votos a favor que en contra. Por tanto, las abstenciones no cuentan en el resultado final. Esto último es clave.

La Asamblea Nacional de Francia tiene 577 escaños. La oposición ya ha adelantado el sentido de su voto: en contra.

La extrema izquierda suma 126 escaños; los socialistas, 66. La Agrupación Nacional de Marine Le Pen cuenta con 123 escaños y la UDR otros 15. Además, está previsto que otras pequeñas formaciones también voten en contra.

Sin cambios de última hora, Bayrou contará con más de 350 noes. Sólo recibirá el apoyo del bloque de la coalición presidencial de Emmanuel Macron y de los diputados próximos al Gobierno.

Estas condiciones parlamentarias empujan a todos los analistas a considerar que el resultado más probable es la caída del Ejecutivo francés. Sería la segunda en menos de un año, después de que Michel Barnier disolviera su Gobierno el pasado diciembre.

Consecuencias

En Scope Rating advierten de que el colapso del gabinete de Bayrou tendrá "consecuencias negativas desde el punto de vista crediticio, dadas las opciones que le quedarían al presidente Macron".

Bancos y gestoras coinciden en señalar que Macron puede tomar dos decisiones: o bien nombra a un nuevo primer ministro –que sería el quinto en cuatro años– o bien disuelve el parlamento y convoca elecciones legislativas anticipadas –que serían las segundas en dos años–.

En Natixis CIB creen "que el resultado más probable serían nuevas elecciones anticipadas, lo que podría dar lugar a otro parlamento sin mayoría".

Por el contrario, en Scope Rating consideran que el nombramiento de un nuevo primer ministro que deba hacer concesiones sobre el presupuesto de 2026 parece el escenario más plausible.

"Aprobar el presupuesto del próximo año con la actual composición parlamentaria requeriría diluir el plan de ahorro del Gobierno de Bayrou", apuntan.

Pero, y tal y como advierten desde AllianzGI "sin un ajuste fiscal serio, el déficit francés seguirá aumentando". La difícil aprobación de las cuentas también "pondría en riesgo el crecimiento del PIB", añaden los analistas de Natixis CIB.

La deuda

En opinión de estos últimos expertos, "el verdadero problema es que esta falta de presupuestos pondría en riesgo la trayectoria de las finanzas públicas y llevaría a las agencias de calificación a ajustar a la baja sus escenarios de déficit público y deuda".

La primera agencia que revisará su nota será Fitch. Lo hará el próximo 12 de septiembre. Por ahora, la calificación que otorga a la deuda de Francia es de AA- con perspectiva negativa.

DBRS tiene previsto realizar su evaluación el 19 de septiembre. La agencia confirmó en marzo la calificación de Francia en AA, también con perspectiva negativa.

En octubre será el turno de Moody's, que en abril rebajó la calificación de Francia debido al aumento de la incertidumbre política y fiscal. La nota es AA3, con perspectiva estable. Ya en noviembre S&P llevará a cabo su revisión.

La tensión política y fiscal se ha trasladado a los mercados financieros, haciendo que la rentabilidad de los bonos franceses a 10 años haya superado el 3,6%. No ocurría algo así desde el pasado marzo.

Al mismo tiempo, el interés de la deuda francesa a 30 años ha llegado al 4,523%, niveles no vistos desde 2009.

Fruto de este incremento, la prima de riesgo francesa –el sobreprecio que paga el país para financiarse en los mercados a diez años en comparación con Alemania– ha superado los 80 puntos básicos.

Los niveles son similares a los registrados en la anterior crisis política, en la que cayó el Gobierno de Barnier.

Los mercados se han centrado en comparar la evolución del diferencial francés y el italiano. La distancia entre ambas primas de riesgo se ha reducido por debajo de los 10 puntos básicos, inédita desde 2005 y que refleja la preocupación de los inversores por las cuentas galas.

La situación empeorará si el Gobierno de Bayrou cae. "Es probable que el diferencial se dispare hasta los 90 puntos básicos, como ocurriría si las agencias de calificación actuaran con rapidez en respuesta a la inestabilidad política", advierten desde Natixis CIB.

Para los analistas de MFS Investment Management, "decir que el riesgo de los próximos acontecimientos para Francia y sus bonos soberanos es alto es quedarse corto".

El impacto en la Bolsa de Francia ha sido, al menos por ahora, más limitado. El Cac 40, su principal índice, cedió un 3,3% en las dos sesiones posteriores a la convocatoria de la moción de confianza.

Pero las turbulencias políticas y los problemas con las cuentas públicas se sienten en el parqué galo desde hace mucho tiempo. Así lo demuestra el hecho de que el mercado bursátil francés haya tenido una rentabilidad inferior a la de sus homólogos europeos durante los últimos doce meses.

Lo que suceda con la deuda o la bolsa francesa puede tener repercusiones en el resto de mercados europeos. Pero las implicaciones para Europa van mucho más allá.

Impacto en Europa

"Como segunda economía de la zona euro, una Francia débil arrastraría también al conjunto europeo", alertan desde AllianzGI.

En la firma también advierten de que "el desgaste del centro político podría reforzar a los extremos y aumentar la probabilidad de un duelo entre izquierda radical y extrema derecha en las elecciones presidenciales de 2027".

"Aunque ambos bloques han suavizado su discurso contra la UE, seguirían siendo socios incómodos en Bruselas", afirman.

Con este panorama, y tal y como avisan en Julius Baer, "Francia podría ser la próxima prueba para el euro".